Se masajeó la sien y luego sacudió un poco la cabeza. Se había dado un golpe, la evidencia estaba en la sangre que brotaba de una herida en su frente, muy posiblemente había perdido la consciencia pero comenzaba a recordar lentamente lo que le había pasado.
Era un motín. Lo habían encerrado en aquella prisión oscura hasta que muriera de hambre o se volviera loco, lo que sucediera primero, tal y como habían hecho con Tian Fu. En aquel entonces él había intercedido por el hombre, para que saliera en libertad, sin embargo dudaba que sucediera lo mismo en esa ocasión, a diferencia de su antiguo guardaespaldas nadie lo quería allí.
Iba a tener que buscar la manera de salir por su propia cuenta.
Iluminó dos dedos con magia color verde y se los llevó al ojo derecho, quería saber si su familia se encontraba bien y conectarse con Yang era la única manera que tenía para informarse sobre lo que pasaba en el exterior. Le tomó unos momentos concentrarse para lograrlo, y entonces lo vio.
Revoloteaba sobre sus hijos, Ryu —que estaba en su forma sobrenatural— y Mei Ling, siempre atento a los infantes. Inquieto, le ordenó que le enseñara un poco más sobre lo que los rodeaba, en vista de que parecían estar en problemas, no le gustaba ni un poco no poder correr hacia ellos para rescatarlos.
No vió a Sakura por ningún lado, lo que aumentó sus preocupaciones, rápidamente su cabeza comenzó a pensar en lo peor. "¿Les habrá dicho que huyeran mientras se encargaba del enemigo? ¿O acaso él ya...?" meditó, luego sacudió la cabeza para apartar esas ideas, no tenía que entrar en pánico, debía mantener la calma para idear una manera de salir de allí.
Estuvo un buen rato tratando de encontrar un punto débil en aquella fortaleza en la que estaba atrapado, tanteando las paredes con calma, sin conseguir nada, no había aberturas o posibles áreas vulnerables.
Se dejó caer al suelo, para sentarse unos momentos y pensar un poco. Tomó uno de los pergaminos que siempre traía consigo, el del fuego, e iluminó con él para poder ver algo. Sonrió inconscientemente al evocar el recuerdo de Sakura y él encerrados en el elevador, cuando eran niños, el mismo día en que se había percatado de cuánto la quería, cuando creyó que la había perdido por causa de un instante de distracción y luego el posterior alivio al verla regresar a él, sana y salva. Sí, se había llevado un buen susto.
Deseaba desde el fondo de su ser que estuviera bien en ese momento también. Ya no eran niños y los peligros que los rodeaban eran completamente reales.
Contempló con cansancio el pergamino en su mano, meditando si usarlo o no para escapar. Lo descartó casi de inmediato, podría morir en el intento y no conseguiría nada con ello.
"Sakura... ¿qué puedo hacer para ir donde tú estás?"
Se puso de pie, se hizo con su espada utilizando su hechizo particular, iluminó la hoja del arma con su magia y cerró los ojos.
Sus hijos intentaban pelear con las ánimas que los atacaban.
Maldijo entre dientes, pero dejó que ese enojo brotara de sí como la corriente de un manantial. Enseguida su espada comenzó a refulgir con una luz verde que parecía flamear, como si de fuego se tratase.
Clavó la mirada en una de las paredes que lo rodeaban, y corrió a toda velocidad. La golpeó con una potente estocada y consiguió atravesarla, volviéndola añicos. Se irguió, aún furioso y contempló a su alrededor.
Se trataba del sótano N° 2 del edificio del Consejo de Ancianos.
—Voy por ustedes...— murmuró, con ojos encendidos.
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Is Our Life
FanfictionTercera parte de "Is our Destiny". Sakura y Shaoran comienzan una nueva vida juntos llena de alegría, paz y nuevas experiencias, acompañados de viejos y nuevos amigos todo pareciera ser perfecto. Pero nada lo es ¿Cierto? Los inquietantes sueños de l...