Capítulo 24.

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Narra Joaquín.

-Podrías cambiar esa carita ¿No?- Kathia estaba de mal humor por mi mala predisposición -Esta mañana estas peor que nunca-

-Y estaré peor si no me dejas tranquilo- Dije secamente, estaba esperando a que Wood apareciera para supervisar el ensayo -Vamos, hagamos una nueva pasada antes de que llegue Wood-

-Como quieras- Mi compañera se encogió de hombros -No pierdo nada-

La presentación se acerca y la coreografía la teníamos lista. Salía perfecta. El problema estaba en que el día de hoy no estaba pensando en mostrar mi máximo potencial, quería aclarar un par de cositas con el encargado de dirigir mi carrera.

Cuando acabamos, Kathia me observaba. De pasar tanto tiempo juntos ella había comenzado a conocerme igual que yo a ella. Nunca nos pusimos en plan de amigos, nos tomamos muy profesional nuestra relación y, por mi parte, creo que es lo mejor.

-Puedes decirme que es lo que te está molestando- Su ceño se frunció en mi dirección -Parece que tenes la cabeza en un gran problema-

-Tengo que hablar con Wood- Me encogí de hombros para restarle importancia -Eso es todo-

-Pero sigues molesto por algo- Prosiguió, si había conocido algo de ella es que era insistente -No seremos amigos, pero hace dos años que estamos en esto juntos y se muy bien que algo te molesta-

-Pues entonces déjame tranquilo- Espeté a la espera de que me dejara tranquilo -

-Mira, se que habíamos quedado que solo seríamos compañeros de trabajo- Sus ojos fijos en mi no me dejaban concentrarme, sabía como lograr que la escucharan -Pero si necesitas alguien con quien hablar, aquí estoy-

-Gracias- Susurré y eso fue suficiente para sacarle una sonrisa y se marche -

Wood no tardó en llegar. Cuando abrió las puertas de la sala de ensayo y vio que Kathia no estaba su ceño se frunció en mi dirección. Seguramente estaba echándome la culpa de que no esté ensayando.

-¿Dónde está Kathia?- Sus ojos gélidos seguían fijos en mí -¿No habrán discutido de nuevo?-

-Claro que no- Me defendí conteniendo mi temperamento -Acabamos con el ensayo hace quince minutos y se fue a duchar-

-De acuerdo- Su mirada analizó cada una de mis facciones -A ti te pasa algo- Dijo sin preguntar -Largalo-

-¿Qué hiciste con las cartas que te di para que le envíes a Paula?- Espeté sin piedad, una media sonrisa apareció en el rostro del tipo -¿Por qué no se las enviaste?-

-Porque si ella te contestaba vos te ibas a ir dejándome sin cubrir mis presentaciones y era un riesgo demasiado alto para mis negocios- Su mirada petulante cambio hacia un espejo -Además, por lo que tengo entendido ella dejo el ballet y rehízo su vida sin ti-

-Todo porque no enviaste las malditas cartas- Sentí como mi mandíbula se tensaba -¿Qué te hizo pensar que no cumpliría con el maldito contrato?-

-El amor no esta hecho para este trabajo, amigo- su mirada se ensombreció -Y deja ya de cuestionar mis decisiones, lo hecho, hecho esta-

-Que tu no hayas tenido suerte no es mi culpa- Tenía los dientes apretados mientras largaba todo el odio que estaba conteniendo -Pero si llego a perder a la chica que amo no me vas a volver a ver un pelo-

-Eres tal y como Karen me había dicho- Sonrió -Ella si que te conocía, estaba haciendo un gran trabajo contigo- Un brillos destelló en sus ojos -Pero fui yo quien te sacó al mundo, no olvides eso muchacho-

-Ese no es el punto en esta conversación- Lo fulminé con la mirada -No voy a dejar a Kathia colgada, pero en cuanto consiga un compañero para ella yo me marcho-

Me di la vuelta sin dejar que dijera algo. No era cierto que tenía pensado dejar las presentaciones, en realidad pretendía que Paula las retomara. Pero fue tal la impotencia del momento que no supe que más decir.

Kathia terminaría en el medio, pero estoy seguro de que ella me entenderá. Tenía que ver a Karen también y hablar con ella era lo próximo que haría. Tomé el teléfono y, sin pensarlo mucho, llamé a la Academia.

~Llamada Telefónica~

-Academia. Buenas tardes- La voz de Karen era tan familiar que me hizo sonreír -¿En que puedo ayudarle?-

-Estaba buscando a una instructora para un loco que se fue de viaje- Sonreí cuando se le escapó un gritito -Me dijeron que allí tienen a la mejor-

-¡JOAQUIN!- Su alegría era contagiosa, deje escapar una carcajada -¿Cómo estás? ¿Cuándo llegaste? ¿Por qué no me avisaste? ¿Por qué no viniste a ver?-

-Oh, como extrañaba tus interrogatorios- Sonreí ampliamente -Estoy bien, llegue hace un par de días, te estoy avisando ahora y te estoy llamando ahora para ver si estabas y visitarte-

-Ven, estoy con ensayos con Anahí y Andrés- Puede imaginar su sonrisa -Ven y luego de que acaben hablaremos todos juntos-

-De acuerdo- Sonreí, era agradable escuchar a quien me ayudo con mi sueño -Tenemos mucho de que hablar-

-Ni que lo digas- Se rió -No puedo creer que este hablando contigo-

-Créelo- Dije riendo -Y espero que me recibas con un gran abrazo-

-Lo haré- Hablar con ella era fácil -Te espero entonces-

-Estaré allí en media hora- Tenía que hacer algo antes -Nos vemos en un rato Karen-

-Hasta luego Joaquín- Se despidió antes de cortar -

~Fin de Llamada Telefónica~

Tomé las llaves del auto que alquilamos y salí rápido para que no me vea nadie. Sonreí cuando salí del ascensor, creyendo que había pasado desapercibido. Pero no fue como pensé. Kathia estaba apoyada en la entrada del edificio con una sonrisa de satisfacción.

-Pensaste que te ibas a escapar de nuevo- Sonrió aun más -Pero no, esta vez iré contigo-

-No, te quedas- Caminé hasta el auto -No necesito que alguien me este atrás para cuidarme-

-No pienso cuidarte- Se encogió de hombros -Quiero conocer la ciudad nada más y, como vos sos de acá, pensé que me podías un tour por el lugar-

-Ahora no- Comencé a abrir la puerta del auto -Tengo prisa-

-Pero Wood me pidió que le diga lo que hacías- Me estudió, estaba en apuros -Tendré que decirle que saliste-

Lo pensé una fracción de segundo. Si no la llevaba, Wood se enteraría de que me fui y, realmente, no lo quiero detras de mi para molestas. Kathia, de todas formas, no era alguien a quien no pudiera soportar y tenía como entretenerse en la Academia.

-Sube, pero ni una palabra a Wood- Dijo abriendo la puerta a Kathia -

-Seré una tumba- Prometió mientras sonreía -

Tomé el camino más rápido a mi querido barrio, había poco trafico por lo que íbamos prácticamente solos por el camino. La radio a todo volumen y Kathia iba cantando al ritmo de las canciones que sonaban en esta. Era una chica alegre y divertida y, definitivamente, esta era la verdadera Kathia.

Me contó que quería conocer un poco el lugar, que en los ensayos y alrededor de Wood era seria porque realmente le encantaba lo que hacia y que, cuando estaba de mal humor, no debía tomarla en serio. Era la primera vez que salíamos juntos en uno de los lugares en los que pasábamos para hacer una presentación.

Le conté que estábamos yendo al barrio donde Wood me había reclutado, donde mi familia vivía y donde había hecho ballet. Le dije que estábamos yendo a visitar a mi vieja entrenadora y que llevaba tiempo sin verla. Ella sonrió, pero noté algo de nostalgia en su mirada. Al parecer, estaba extrañando un poco su lugar en el mundo.

Regresa junto a mi. [EDMMA #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora