Capítulo 33.

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Narra Paula.

Recién llegada del trabajo, tomé mi antiguo bolso de entrenamiento y me encaminé a la puerta. Estaba lista para irme y comenzar con esta nueva, pero no tan nueva, parte de mi vida. El ballet estaba esperando. Esa mañana, Karen me había enviado un mensaje preguntando si iría. Mi respuesta fue un gran si.

Cuando estaba terminando de tomar las botellas de agua y las llaves de la barra, alguien golpeó mi puerta. Una hermosa sonrisa floreció de lo más profundo de mi ser cuando vi a mi novio, parado allí con una rosa amarilla en su mano.

-Hola- Sus ojos verdes brillaban y pude sentir mi corazón acelerarse -

-Hola novio- Me acerque a él y besé sus labios -¿Qué haces aquí?-

-Vine a verte porque te extrañaba- Me entregó la rosa y me rodeó con sus brazos -Además, hoy tenemos la cena que organizó tu hermano ¿Recuerdas?-

Julián. Lo había olvidado. Mi hermano me había llamado para decirme que vayamos a cenar a casa, me había dicho que era algo super importante y que no podía faltar. Me dijo que me necesitaba allí.

-Casi, casi lo olvido- El agarré de Christian se hizo un poco más fuerte, más cariñoso -No puedo creerlo-

-Hey- Se retiró un poco para observarme -No te tortures, que vuelvas a bailar te tiene completamente entretenida-

Su sonrisa genuina me llegó al alma. Rodeé sus hombros con mis brazos y lo besé. Lo besé como nunca pensé que volvería a besar a alguien. Christian se había convertido en mi compañero, en mi cable a tierra. Mi novio comenzó a ayudarme a reconstruir la vida que creí perdida.

-Mmm... Si no me largas creo que llegaras tarde al ensayo y nunca llegaremos a la cena de tu hermano- Susurra en mi oído, su voz ronca -A menos que quieras que eso pase-

-Creo que no esta bien que falte a mi primer ensayo y a la cena de mi hermano- Me pongo de puntitas de pie -Pero me encantaría quedarme aquí contigo-

-Anda, ve a buscar la ropa para la noche- Dice soltando mi cintura, pero yo sigo rodeándolo por los hombros -¿Qué?- Sus ojos brillan mientras se traban con los míos -

-Nada- Una sonrisa tira de la comisura de mis labios -Te quiero- Digo en un susurro y salgo corriendo hacia mi habitación -

-¡Paula!- Lo oigo gritar, freno en el marco de la puerta de mi habitación y giro para mirarlo. Christian tiene una perfecta sonrisa enmarcando su rostro -Yo también te quiero-

Entré a mi habitación y tomé de mi armario lo primero que encontré. Estaba bastante cálido para ser invierno. Tomé unas calzas negras, una camisa a cuadros y mi chaqueta de cuero. Tenía puestos mis borcegos, ellos quedarían perfectos. Después de todo, era una simple cena familiar, Julián no había especificado nada.

-Lista- Digo a Christian mientras metía la ropa dentro del bolso de entrenamiento -¿Vienes conmigo o tienes algo que hacer?-

-Haber... Estoy aquí, esperando a que vuelvas- Noté como Christian había puesto la rosa en un florero sobre la barra de la cocina -Te recordé la cena... Mmm... Creo que sí, que iré contigo-

-Lo que a ti te pasa es que mueres por verme bailar de nuevo- Sonrió colgando el bolso sobre mi hombro -

-Tal vez- Dice quitando el bolso de mi hombro y llevándolo él -Si, creo que definitivamente es eso-

Reí mientras salíamos a la calle. Christian me contó que había visto a Kate y a Caro con los chicos cuando se encontraron el otro día. Me sorprendo muchísimo darme cuanta que no había hablado con mis amigas desde hace bastante tiempo. Meses prácticamente.

Regresa junto a mi. [EDMMA #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora