Capítulo 34.

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Narra Paula.

Entrar a casa y ver a toda mi familia en movimiento me hizo sonreír. Julián y Mía estaban poniendo la gran mesa mientras que Isa y Martín estaban en la cocina terminando de cocinar. Mis padres estaban entrando por la puerta del patio sonriendo y tomados de la mano.

Tomé la mano de Christian y me encaminé a donde se encontraba la mayoría de mis familiares, en medio de la cocina estaban acomodadas las pocas cosas que faltaban para completar la mesa. 

Contemplé en silencio por unos instantes a mis padres, conversando como si solo estuviesen ellos dos en la habitación. Ellos vivían trabajando, pero definitivamente se amaban. Siempre tenía un gesto de amor para el otro. Eso me hacia desear una relación como la de ellos. Completamente especial.

La relación de Isa y Martín era completamente distinta. El amor que emanaban también estaba rodeado de su compañerismo e, incluso, por bromas y risas que muy pocas personas podrían soportar. Definitivamente eran el uno para el otro y no se daban cuenta de la felicidad que los rodeaba cuando ambos estaban juntos.

Julián y Mía eran la ternura en persona. La adoración que tenían el uno por el otro era tangible. Mi hermano, mi querido hermano, había encontrado a la persona que realmente lo complementaba. Mía era una mujer preciosa, pero no muy consciente de su belleza. Más de una vez contemple como se ruborizaba muchísimo cuando alguien la alagaba un poco.

-Hola señor Jones- Dijo Christian con una sonrisa cuando mis padres se acercaban -

-Por favor Christian, puedes decirme Marcos- Papa sonrió -No me gusta el formalismo-

-Y todavía lucha para que yo no le diga Señor Jones- Rió Mía y mi papa le sonrió -

-Haré lo posible para que no luche conmigo, Marcos- Sonrió Christian. Se acercó a mi mama -Buenas noches Señora Jones-

-Si él logra que le digas Marcos a mi me tendrás que decir Susan o nunca te dirigiré la palabra- Mi madre guiño un ojo en su dirección -

-Mama... Estas avergonzándome- Pude sentir como mis mejillas comenzaban a enrojecer-

-Creo, Susan, que con usted será un poco más fácil- Christian tenía a mi familia en la palma de su mano. Sip, se los había comprado a todos y me hizo sonreír como una idiota -

-Es bueno verte hombre- Dijo Martín mientras se acercaba a nosotros -¿No piensas saludar a tu cuñado favorito?-

-Lo dices porque no tengo otro cuñado- Reí mientras me acercaba a abrazarlo -Isa no pudo haberse equivocado más contigo-

-Se supone que estás de mi lado- Sonrió mientras rodeaba la cintura de Isa con un brazo -Ella no se tiene que enterar que se equivoco-

-Oh, nada de eso- Mi hermana tenía una sonrisa bastante tonta en su cara -Yo no me equivoque con mi osito-

-Oh, no... Te tiene bien amarrado hombre- Dijo Julián haciendo un gran esfuerzo por no soltar una carcajada -De ella no te libras-

-Tal vez no quiero que me suelten- Martín guiñó un ojo en dirección de Julián haciendo que explote de la risa -

-Hola Mía- Dije mientras me acerqué a abrazarla -Hace tiempo que no te veo-

-Creo que ambas estábamos demasiado ocupadas- Una sonrisa de disculpas asomó en su rostro -Pero no más, tenemos que organizar algo para hacer juntas-

-Y les conviene no dejarme afuera porque no les dirijo nunca más la palabra- Isa se cruzó de brazos en forma de reproche -Odio cuando me dejan afuera-

-Nadie dijo que te dejaríamos fuera- No pude evitar poner los ojos en blanco -

Las conversaciones comenzaron a rondar en la casa mientras todos terminábamos de preparar las cosas para la cena. Mis padres quedaron en la cocina junto a Christian, quien comenzó a ayudar a Martín e Isa con la cena, conversando sobre su vida. Básicamente, mi padre había comenzado su interrogatorio.

Regresa junto a mi. [EDMMA #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora