Lo logramos
Debo salir de aquí, pero me espera otra persona ahí afuera. Me puse a buscar con la mirada algo que me pudiera servir para defenderme, y ví un jarrón de cerámica en una esquina, parte de la decoración del baño, supongo. Me levanté del piso y fui por el garrón, el cual por suerte no era muy pesado, lo agarré por la parte de arriba y salí del baño, y ahí estaba parado el muchacho dándome la espalda así que le dí con el jarrón en la cabeza, pero no se desmayó, sino que se tambaleó un poco y se agarró la cabeza con ambas manos y miró en mi dirección, rayos, en las películas siempre funciona.
Me miraba con los ojos achinados y la boca entreabierta, entonces le dí un puñetazo en la frente y otro en el estómago, ese siempre es un punto débil, y ahora si se desmayó, después de todo el jarrón si funcionó, acompañado con puños, pero funcionó. Lo arrastré hacia el baño y cerré la puerta del mismo.
Salí escondiéndome para no ser vista por nadie, pero me dí cuenta de que no había nadie, así que me puse cerca de una de las ventanas y cuando miré hacia adentro pude ver a alguien vestido completamente de negro que iba a mitad de camino hacia la parte delantera del local, iba despacio. Llegó a la parte delantera y se dió la vuelta, miró a uno de los que parecen albinos y luego a mis amigos.
—Deberíamos empezar con el sacrificio.
—Así es jefe, solo falta una de las personas que vamos a sacrificar— dijo el albino.
¿Escuché bien? ¿Nosotros somos el sacrificio?
—¿Y qué esperan para buscar a esa persona?— dijo la persona a las que llaman "jefe" y pienso que deberían llamarla "jefa" porque estoy segura de que esa voz es la de una mujer.
Salieron unos cuantos buscándome, y aproveché que estaban en movimiento para pararme frente a la ventana, y por suerte Joris mi vió, y le topó a Caleb, el cual la miró a ella y luego a mí, les hice una seña para que salieran. Ellos se pusieron de pié y empezaron a correr con dirección a la salida mientras golpeaban a unos cuántos albinos pero la jefa los vió, extendió su mano hacia ellos y los mandó a volar hacia la entrada, yo empezé a correr en su dirección para ayudarlos.
Me arrodillé al lado de Joris y desaté sus manos, lo mismo con Caleb, nos pusimos de pié pero la jefa volvió a hacer lo mismo, y nos mandó a volar a los tres. Los albinos empezaron a acercarse a nosotros.
—Esto no es bueno chicos— dijo Joris forzadamente. Asentimos en su dirección.
Me quedé mirando a la jefa y de repente me quedé paralizada, Joris empezó a moverme, y a los pocos segundos volví a la realidad.
—Joris has un escudo al rededor de nosotros— ella me miró extrañada —¡Ahora!
Y así lo hizo, los albinos nos atacaban con sus espadas, pero no lograban romper el escudo de Joris.
—¿Tienes algún plan?— dijo Caleb, y yo asentí —¿Y que esperas?
—Solo debo imaginar que no existen.
—Chicos, no creo que pueda aguantar mucho todo esto— habló Joris.
Los tres estamos sangrando por los raspones causados por el extraño poder de la jefa, la cual en este momento le hizo un gesto a los albinos para que dejaran de atacar, se quitó la capa que tapaba su rostro, su piel es muy blanca y su cabello es extremadamente plateado, entonces habló.
—¿Ustedes creen que pueden vencernos?— ladeó un poco su cabeza hacia la izquierda.
Me puse de pié, aún dentro del escudo de Joris, empiezo a amar este escudo, parece un campo de fuerza.
—No solo lo creo— dije y tomé aire —Sé que podemos hacerlo.
Cerré los ojos, "ellos no existen, ellos no existen". Me repetía una y otra vez, entonces abrí los ojos y grité.
—¡USTEDES NO EXISTEN! ¡TODO ES PRODUCTO DE MI IMAGINACIÓN— repetí esto tres veces, y desaparecieron, todas las personas desaparecieron.
—Lo lograste fiera— Joris hizo desaparecer el escudo cuando Caleb habló.
—Lo logramos— dije y me dejé caer al lado de ellos —Lo logramos.
—Creo que tendré que aprender a luchar mejor sin mi katana, no quiero ser inútil.
Los tres empezamos a reír, esto fue algo que no voy a olvidar nunca.
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Superando Pesadillas
FantasyUn día despertó, y se dió cuenta que todas y cada una de sus pesadillas se hacían reales. Poco a poco y una por una. No era fácil aceptar que eran parte de la realidad y que sólo ella podía hacer que todo vuelva a la normalidad. Sabía que no sería f...