20: Creí lo que dijiste

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Creí lo que dijiste

El significado de mi nombre no tiene sentido si no creo en él. Imaginación, que tengo mucha imaginación dice, si fuera real, ¿por que estoy cayendo de un edificio de algunos seis pisos? Oh, claro. Porque yo misma me limito con lo que puedo imaginar.

—¡Kiara!— el grito de Caleb me hizo dejar de pensar y reaccionar. Cerré mis ojos con fuerza.

Pensé que dejaba de caer, dejé de sentir que moría, deje de sentir que me quedaba sin aire, dejé de sentir que mi corazón había salido de mi pecho.

Solo debo imaginar algo que me salve, así que imaginé que regresaba al techo, que tenía mis pies firmes sobre una superficie sólida, que el aire volvía a mi pecho. Entonces abrí los ojos, y me encontré con Joris y Caleb luchando con los de negro. Yo podía moverme, eso significa que el hombre de negro y ojos rojos no estaba presente, se fué cuando me dejó caer del techo.

—¿Kiara?— Joris me miro sorprendida luego de golper a uno de los malos —¿Cómo?— dijo con la respiración entre cortada.

Abrí la boca para responder, pero no sabía que decir, así que la cerré nuevamente y negué con la cabeza. Miré fijamente el lado donde estaban mis amigos luchando con los de negro, imaginé que los de negro desaparecían, extendí mi mano derecha hacia ellos y fui cerrándola lentamente mientras lo imaginaba, y así pasó. Mis amigos se quedaron helados al ver que los de negro habían desaparecido.

Giraron lentamente hasta quedar completamente frente a mí, yo sonreí aún sin poder creer lo que había pasado, había cambiado el final de una pesadilla, podía cambiar las cosas solo con imaginarlo. Ellos seguían helados, yo miré mi mano, imaginé que si chasqueaba los dedos saldría brillo de ellos, y así pasó. Sonreí aún más a ver eso, estaba feliz y asustada al mismo tiempo.

—¿Cómo rayos lo hiciste fiera?

—Solo creí en lo que me dijiste— dije aún sonriendo —Tenías razón.

Joris se acercó a mí y me abrazó con fuerza, nos pusimos a girar en medio del abrazo.

—Eso es genial— me dijo aún sin soltarme.

—Si, pero debemos bajar de aquí— Caleb dijo mientras se acercaba a nosotras, y rompimos lentamente el abrazo —El sol está muy fuerte y debemos salir de aquí. Además, tengo hambre.

Joris y yo nos reímos sonoramente y asentimos, empezamos a bajar escaleras hasta salir del edificio abandonado.

Llegamos a la carpa, aunque  pensándolo bien, es una tienda de campaña, pero ya me acostumbré a decirle carpa. Estamos cansados y heridos, nos duele el cuerpo por cada golpe. Entré nuevamente al edificio, entré a un baño y me dí cuenta de que estaba en buenas condiciones, me quité la ropa y me metí bajo una ducha, la abrí y dejé que el agua cayera sobre mi cuerpo. Lo necesitaba, esto es relajante.

Me vestí, aunque me siento un poco incómoda ya que mi cuerpo está mojado, pero me siento fresca.

—Oigan chicos, el baño está en buen estado. Pueden usarlo si quieren.

Ellos asintieron con la cabeza, Caleb entró al baño mientras Joris y yo buscábamos frutas en el campo que habíamos encontrado detrás del edificio. Luego de Joris bañarse nos pusimos a comer, comimos muchas frutas, había variedad; naranjas, bananas, mangos, etc.

Ya era de noche y yo me la había pasado practicando lo que podía hacer con la imaginación, era genial. Pero aún sigo sin poder moverme frente al hombre de negro y ojos rojos. Eso debe ser un problema.

Nos acostamos, y estoy segura de que cuando despierte, estaremos en otro lugar.

Superando PesadillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora