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Acru insiste en acompañarme hasta mi casa pero me niego, no tiene su auto y va a tener que caminar un montón.

Le doy un abrazo de despedida, pongo mis manos en mis bolsillos y comienzo a caminar... y a pensar, pensar tanto y tan profundamente que no me di cuenta que un pibe empezo a seguirme.



— ¡Hey amiga!


La puta madre. Mierda.

Es un braian y me va a robar todo. En acto de reflejo meto mi celular disimuladamente en mis "tetas" y sigo caminando.




— ¡Hey! ¡Te estoy hablando linda! — vuelve a gritar.





Me alcanza y me toma del antebrazo girandome hacia el.




— Soltame — digo calmada.



— Dame el celular.


Niego.



— ¡No tengo celular! — respondo.



— Una chetita como vos — me acaricia el pelo —... seguro tiene asique no la hagas difícil y dame el celular.




— Vos te pensas que si tuviera celular no estaria con el en la mano o en los bolsillos — le muestro mis bolsillos — aparte estaria escuchando musica antes de escuchar a la gente de mi alrededor. No tengo celular — miento.



El parece pensarlo y despues parece que me cree.



— Bueno pero dame algo — pide desesperado.



— Tengo esto nomas — digo y extiendo la billetera con 350 pesos adentro — no tengo mas.


El la toma y se va corriendo.



— La re puta madre ¿ahora como carajo me vuelvo? — me digo a mi misma y me siento en una vereda mas adelante, donde hay mas gente por las dudas que me roben de nuevo.


Saco mi iPhone de mi escondite y marco el número de acru pero despues me acuerdo que se le habia apagado.

Y no se si lo hice por que necesitaba ayuda o porque realmente queria verlo.



— ¿Hola? — pregunta alguien del otro lado de la linea.



— Soy tami — digo y puedo sentir hasta aca como sonríe — Me robaron y estoy cerca de la casa de klave y no conozco nada.




— ¿Que? ¿estas bien? — pregunta rapidamente y siento ruido de llaves — ¿Por donde estas?





Miro a mi alrededor.




— Al frente de una plaza, sentada en la vereda de enfrete. Justo hay una heladería aca.




— Quedate ahi. ¿me esperas?



— Si Marcos.




Y corta la llamada.


Espero mirando los autos pasar hasta que uno de ellos se estacionan frente ami.



Marcos sale acomodandose el pelo y me sonríe.



— Hola — dice dejando un beso en mi frente.



— Gracias por venir — digo y suelto un suspiro. El niega riendo y me agarra la mano guiandome hasta su auto.



(***)



— ¿a donde vamos? — pregunto mirando a Marcos.


subimos al auto y tomo una direccion contraria a la de mi casa.


— A mi casa... va si queres.


Frena el auto y espera mi respuesta.




— Si vamos.

deseos encontrados ; mks ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora