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Maraton 2/3

Mi celular suena y abro los ojos rapidamente, la posición en la que estoy no me favorece en nada y me levanto quejandome del dolor hasta tomar el celular.


— ¿Que?


Estoy afuera — dice Marcos.

— Hay una llave en la maseta, no tengo ganas de levantarme. Abri y dejala de nuevo escondida ahi — digo y corto la llamada. Me tiro de nuevo en el sillón.

La puerta es abierta unos segundos después y luego siento un cuerpo aplastandome.


— ¡Ahhh! ¡Dejame!


— Levantate gorda morsa.


— Déjame en paz.


El rie y comienza a llenarme de besos por toda la cara. Comienzo a reir y lo beso.


— Que lindo tenerte — dice haciendome sonrojar.


— Sos un divino.


— Te quiero.

Eso me deja petrificada.


— Y yo — murmuro.


— ¿Que? no te escuche...

— ¡Que te quiero idiota! — le digo.

El me besa en los labios y yo por supuesto me dejo llevar.

— ¿Que vamos a hacer en la noche? — pregunto riendo.


— ¿Que queres hacer?


Me encogo de hombros.



— Ni puta idea — respondo — ¿Vamos a tu casa a comer?


— Dale. ¿Vos sola? ¿O invito a los pibes?


Agarro el control remoto.


— Me da igual.



— Mejor vos sola y cocinamos algo para los dos — me dice abrazandome — Pone una peli.




(***)

Siento que la cama se mueve y me giro para ver a Marcos colocandose las zapatillas.

— ¿A donde vas? — pregunto bostezando.


— A ver a seba.

— No me da buena espina — admito.


— Es buena persona y es mi amigo — dice sonriendome

— Ya se — digo y el se despide con un suave beso.

Cierro los ojos nuevamente y quedo dormida.

deseos encontrados ; mks ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora