16.- Lo que está destinado a suceder, encontrara la manera de manifestarse

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No puedo creer que pase esto. Hace unos días llegue aquí sin ninguna intención, después de que Kiran destruyera los cristales, no tengo mucho humor para hacer algo. Claro que el caos que estallo en la ciudad no fue obra mía. No me molesta que me culpen, pero esto está lleno de magos y Kiran no está aquí, no vale la pena ni siquiera molestarme en aparecer. Se oye otra explosión, así que mejor me voy en dirección contraria.

Hay un poco de magia oscura en el ambiente, parece que alguien le dio algún objeto maldito a los humanos y eso está causando este alboroto. ¿Cómo pueden culparme de una revuelta? Bien, no es que me hayan culpado que yo sepa, pero si me ven...

Escucho los pasos tras de mí, y también escucho ruido en las calles que me quedan por recorrer. Ah, vaya, al final tendré que hacer algo. Suspiro, preparándome. Algunas personas corren hacia todos lados, me las topo de vez en cuando.

«Hadrien»

Alzo la mirada, esperando encontrarme con algún espíritu. Nada más lejos de la realidad. Me toma unos segundos reconocer al chico que me observa entre las sombras, casi oculto tras un montón de madera. Escucho voces más cerca, no tardaran en llegar a esta calle. Él me hace un gesto de silencio, llevándose un dedo a los labios. Con la otra mano me dice que le siga. Tsk, no quiero hacerlo, pero tengo que largarme de aquí si no quiero perder tiempo. Viktor está más alto, luce mayor, no como aquel chiquillo que conocí en la fiesta. Hay un espacio pequeño entre las dos casas, Viktor se detiene a la mitad y abre una puerta. La puerta es la entrada a unas escaleras que descienden a la oscuridad, solo veo la llama azulada que debe estar invocando Viktor. Cierro la puerta y comienzo a bajar.

— ¿acaso me estas siguiendo?— pregunto, cuando llego abajo. Es un sótano, pero ha sido cambiado y ahora parece una lujosa habitación. Unos cómodos sofás, y lámparas iluminan todo.

— No te estaba siguiendo— su voz siegue siendo como la recuerdo, sus movimientos también.

— ¿Tú has hecho esto?— sus ojos me miran sin expresión.

— siéntate— me dice, pues sigo de pie, a un lado de las escaleras— quizá lo hice, o quizá no. estaba por cenar ¿me acompañas?— Nunca he confiado en Viktor, sigue siendo extraño, tiene ese algo que me hace desconfiar con tal solo estar cerca. Aun así, me siento en el lugar que me indica.

— ¿disfrutando tu éxito?

— no lo llamaría éxito, solo fue algo que paso.

— Y una coincidencia que estuviera yo aquí— él sonríe, una sonrisa apenas perceptible.

— si no quieres creerme está bien. No sabía que estabas aquí hasta esta noche, que pasabas justo delante de donde estoy. El destino sigue insistiendo en juntar nuestros caminos, Hadrien.

— quizá la fatalidad.

— Nadie nos encontrara aquí— me dice, sentándose élegamente, ya hay platos servidos en la mesa.

— ¿Por qué el parlamento no habla de ti?— pregunto. Detiene los cubiertos encima del plato.

— es mejor que no sea el centro de atención, te lo dije, esas cosas ya no me importan. Pero me alaga que hayas investigado sobre mí.

— ningún alago, es solo que me parece peculiar que no se sepa nada sobre ti más que tu nombre— le doy un trago a la copa con agua.

— Si quieres saber algo sobre mí ¿Por qué no me preguntas?— es tan... diferente. A pesar de que sé que no debería estar con él, hay algo también que me causa interés. Me quedo en silencio, comiendo lo que hay delante de mí.

Crónicas de un villanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora