Si, había pensado cientos de veces que esto era una buena idea. No porque iba a tener a Kiran muy cerca de mí. Me gustaba la idea de estar burlándome, que vieran lo genial que soy, ver sus miradas de miedo. Y, maldición, eso fue jodidamente divertido... como por dos días, justo antes de que Kiran tuviera que arruinarlo todo.
— ¿Qué vamos hacer ahora?
— Arsénico, mucho arsénico— Han me mira, con las cejas alzadas con curiosidad— solo vayamos por ahí, me siento asfixiado con tanta gente aquí.
— entiendo.
— ¿Qué paso con las invocaciones?
— emm... ayer hubo capítulos de estreno y... Auch...— le doy un golpe en la cabeza.
— nada de peros. Esta noche la pasaras practicando, te estaré viendo.
— ¿para qué? De todos modos voy a...
— yo mismo me encargare de terminar eso ahora mismo si vuelves a decir algo así— le digo, cortando de golpe sus palabras. No voy a dejar que Han muera, no, así tenga que hacer mil cosas diferentes, no va a morir, no por esto. ¿Cómo podría dejar que muriera la única cosa que me hace sentir menos solo? aun si es muy torpe, me saco por completo de una monotonía en la que no sabía que vivía.
— ah, pero no sirvo para hacer invocaciones— gruñe. Eso no es del todo cierto, pero desde que le encontré, ha sido casi incapaz de poder invocar un alma.
— Ya encontraremos el motivo— para empezar, alejarnos de las alturas.
— Hadrien ¿ese Kiran es amigo tuyo?
— un viejo conocido.
— umm.
— ¿Por qué?
— solo me pareció extraño la forma en la que se hablan, como si se conocieran de mucho tiempo. No hablan así con otras personas. No sabía que tenías amigos.
— no es mi amigo, de hecho es lo contrario. Nos hemos enfrentado un par de veces a lo largo del tiempo.
— si, Ione me conto algo. ¿Es cierto que asesinaste a tu maestro?— y yo que pensaba que los dos solo habían estado embobados con la televisión.
— he matado a muchas personas... pero si, es verdad.
— ¿Yo también voy a tener que matarte?— suspiro, deseando darle otro golpe en la cabeza.
— no, esas fueron circunstancias especiales. Pero me has dado una idea. Iremos al cementerio esta noche.
— ¿Qué?
— Necesitamos más almas, no quería usarlo por si te excedías, pero ya es suficiente— es como hacer trampa, almas sobran en un cementerio y a nadie le resulta imposible invocar algo ahí, o al menos eso es lo que estoy esperando.
— ¡Genial! ¿No podemos ir ahora? ¿O adelantar la noche?— pongo los ojos en blanco.
— Hay cosas que incluso no podemos hacer, deberías dejar de ver tanta televisión— nunca se de dónde saca tantas ocurrencias. Aun es demasiado inexperto, y sé que mucha culpa tengo yo de eso.
Por más que quiera alargar nuestras salidas, no puedo hace mucho, en algún momento tenemos que volver, y siempre es más pronto de lo que quisiera. Ya no se siente el mismo ambiente tenso que los primeros días, el ambiente se relajó muy repente y ahora no parece que a nadie le importe lo que haga. Que me ignoren es peor a que me teman. La mesa es ahora mi lugar de trabajo, he estado intentando ver más allá de las simples joyas que tengo. Estoy tomando notas de las posibles formas de contrarrestar la maldición. Esto se está volviendo tedioso, complicado. Como quisiera que fuera tan fácil como leer algún hechizo dentro de las gemas. He llegado a un callejón sin salida. Suspiro, levantando la mirada, casi deseo no hacerlo. ¿Qué se supone que está haciendo Kiran con esa chica? No lo tenía como alguien promiscuo a decir verdad. ¿Coquetea con alguien más aun estando aquí?
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Crónicas de un villano
FantasyEn este mundo existe la magia, hay magia en todo. En el aire, la tierra, el fuego, el agua... en la luz, y en la oscuridad. Algunos humanos pasaron su vida intentando controlar esa magia... y lo lograron. Ahora muchos años después, todavía nacen pe...