20. Ya no espero nada de nadie, espero todo de mí.

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Las cosas no mejoran.

No es seguro salir, no podemos comentar tranquilamente nuestros descubrimientos, tampoco dejar de vigilar al grupo de Kiran. No hay forma de comunicarse con el exterior y no tenemos noticias nuevas sobre el zafiro y ha estado lloviendo toda la semana... al menos el espacio es agradable.

—Hadrien.

— ¿Qué?— alzo la vista de una novela aburrida que encontré en este lugar. Han me mira, igual con aburrimiento.

— ¿Cuándo nos podemos ir? Este lugar es genial, pero ya me aburrí, no hay televisión y no hemos hecho nada desde que llegamos— no podemos hacer magia. Hace días que siento que mi magia regreso, o al menos ya no me molestara usarla, desgraciadamente no he podido comprobarlo.

— no lo sé... preguntaste lo mismo ayer. Mientras no encontremos el zafiro...— dejo la frase incompleta. No ha hay rastros de que más magos vinieran pero detesto pensar que estamos encerrados.

— Que aburrido— lo es, demasiado. No estoy acostumbrado a tanta tranquilidad. No tengo ni siquiera las cosas para entretenerme. Han se sienta en el suelo, enfurruñado.

— Esto pasa cuando quieres ser bueno— me quejo. Estamos solos, he visto muy poco a los demás y Hassim está ocupado vigilando— cuando terminemos con esto, haremos algo grande, Han.

— ¿Si?

— sí, nos divertiremos mucho, lo prometo.

— Aun...— Han mira a la puerta, baja la voz— ¿aun vamos a crear más nigromantes?

— sí. Necesito que me ayudes en esto, no sé cómo resultara pero creo que deberemos enseñar lo básico. Una educación completa toma mucho tiempo.

— entonces apresurar el aprendizaje. ¿Y si hago una posición para eso? creo que podría intentarlo.

— Si quieres, el objetivo es solo darles esa magia, teniéndola ya nada podrá cambiarlo y no les quedara de otra más que aceptarlo— la mirada de Hanley brilla de emoción. Esta idea le gusta también, tanto como a mí. Ah, hasta que no complete eso... ¿Cuándo lo logre que hare? Me encantaría ver las caras de todos en el parlamento cuando comiencen a aparecer nigromantes por todos lados. ¿Qué harán?

— Eso será genial— los espíritus de este lugar se concentran solo donde estamos, andan perdidos, a veces nos ven y quieren hablarnos, simplemente hago que se callen.

— ah, quizá. No hables de eso con nadie. Si nadie sabe lo que planeamos, no tendrán que detenernos— me sonríe. Yo le sonrió también. No dejare que nada le pase, así tenga que hacer mil cosas.

Dejo que pasen tres días más antes de ir directamente con Kiran. No se supone que yo tenga que estar ayudando al bueno, ni siquiera porque es Kiran. Pero vamos ¿Qué soy yo sin un héroe? El mundo se vuelve aburrido si no te llevan la contraria y además, aun necesito a Kiran. Incluso sus compañeros lucen decaídos. La chica Ivette, apenas y me ve al pasar por su lado. Los gemelos no les veo por ningún lado. De los otros tampoco se nada. Kiran está en una habitación bastante lejos de la mía.

— Estoy ocupado— escucho cuando toco.

— Claro, yo también y aun así aquí estoy— hablo mientras entro. Kiran me ve, perdido. Cierro la puerta. Esta sentado, mirando por la ventana que tiene la habitación.

— ¿paso algo?

— Ese es el problema, no pasa nada— frunzo la frente, mirándolo serio— y no me refiero al zafiro.

Crónicas de un villanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora