020|¡Ya casi es hora!

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Sasori se encontraba observando todo atentamente

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Sasori se encontraba observando todo atentamente.

¿Así que había un secreto?

Dentro de la marioneta una sonrisa macabra se formó, y en su mente un plan bastante elaborado se estaba armando.

No es que la Uchiha le cayera mal, era una buena integrante de Akatsuki, pero el compañerismo no era lo suyo, y había cosas más importantes por las cuales debería preocuparse, como por ejemplo, el pequeño secreto de la pelinegra.

Después de colaborar todos esos años, Sasori se había dado cuenta de que la Uchiha no compartía las mismas ambiciones que ninguno de ellos, al contrario de los miembros de Akatsuki, Saeko aún no caía en la oscuridad, ella estaba en esa línea, estaba cerca de oscuridad, pero no dejaba de iluminarla la luz.

Saeko era la única que podía estar al borde del precipicio sólo para disfrutar la vista.

Sasori desapareció del lugar en cuanto vió a la Uchiha acercarse de nuevo a la guarida.

Saeko podía sentir el chakra de el marionetista cerca, estaba segura que él no era el único que desconfiaba de ella, Zetsu estaba por todas partes, escuchando, y probablemente también Kakuzu, este último es demasiado paranoico.

La Uchiha suspiró entrando en su habitación, el ambiente frío y húmedo era enfermizo, pero si pudo aguantar todo este tiempo, podría soportarlo un poco más.

-Dakutai...- lo llamó-

Una voz cansada y somnolienta respondió a los pocos segundos.

-¿Qué ocurre?-

-Te quedaste dormido a mitad de la conversión así que pensé que no lo habías escuchado todo- la voz de Saeko sonaba con un leve eco en la habitación-

-Me dormí en cuanto dijo que volveríamos a esa aldea- su tono de voz era aburrido-

-Bien, dormiré todo el día de hoy, debes estar atento- Saeko se recostó el su fría cama y trató de conciliar el sueño-

-Bien, solo porque al fin nos iremos de aquí-

Saeko no respondió, solo se encogió en sí misma tratando de guardar calor y así al fin poder dormir.

Después de unos minutos, bostezó un par de veces antes de quedarse dormida.

Mientras la pelinegra dormía una pequeñas arañas pálidas entraron por debajo de la puerta.

Dakutai se percató al instante de la intrusión, pero prefirió observar que era lo que esas pequeñas criaturas buscaban.

Las arañas de arcilla se dispersaron por la habitación, aunque no había muchos lugares en los cuales esconderse. Una de las pequeñas arañas entró en el cajón de la mesita al lado de la cama de la Uchiha, la criatura salió del cajón sosteniendo una fotografía vieja que pertenecía a Saeko.

Otra araña se coló entre la capa de la chica y salió sosteniendo el frasco ámbar que contenía el ojo con el sharingan que la pelinegra guardaba con recelo.

Dakutai entendió a la perfección las intenciones de esas cosas, y por supuesto no dejaría que llevarán llevarán a cabo su plan. Dos largos tentáculos salieron de la espalda de la chica que aún dormía profundamente, y aplastaron a las pequeñas arañas ladronas.

Dakutai colocó se nuevo las cosas de la Uchiha en su lugar.

La foto la puso en el porta armas de la chica en ves que devolverla al cajón, era una foto pequeña, del tamaño de un pulgar, en ella estaba un castaño que Dakutai reconocía a la perfección, Iruka.

La noche cayó y la pelinegra seguía en el sueño profundo, a la mañana siguiente no había mucho que hacer pues todos estaban algo cansados después de la extracción de la bestia con cola, así pasaron los días más.

El cuarto día después de la conversación con Obito, Saeko se sentía totalmente recuperada, su chakra fluía con normalidad y la marca detrás de su cuello ya solo era una mancha borrosa, aunque esta aun dolía un poco cada tanto.

Dakutai había hablado con Saeko sobre las pequeñas arañas que insistían en entrar cada maldita noche a la habitación de la Uchiha para tratar de robar cualquier pertenecía de la chica.

Saeko sabía perfectamente que Deidara estaba detrás de todo eso, pero prefería no discutir con el rubio por tonterías como esa, además de que en realidad no significaba ningún peligro para ella que alguien tan insignificante estuviera rondando su habitación, después de todo Dakutai jamás permitiría que nada fuese robado mientras ella dormía.

Justo ahora la pelinegra estaba escuchando atentamente las órdenes que Pain tenía para ella, entre los varios encargos sin importancia había uno que llamó su atención.

-No debes fallar, es importante que todo salga a la perfección por eso eh decidido que tú lo harás- Pain tenía la vista fija en un pergamino-

Dar órdenes mientras lee algo, le recordada demasiado a el viejo, quizá debió visitarlo alguna vez en todo este tiempo, ¿Le gustaría que ella tuviera un hijo? ¿Cómo reaccionará el viejo? Definitivamente entraría por la ventana a verlo en cuanto regresara a Konohagakure.

-¿Estas prestando atención?- la voz de Pain sonaba seria, pero no dejaba de ver el pergamino-

-Si- Saeko respondió con su tono neutral-

-Bien, tienes que traer ese pergamino, lo necesitamos para extraer a la siguiente bestia con cola-

-¿Podemos confiar en la información sobre el lugar?-

-Se que tuviste problemas la ultima vez en Kumogakure, pero debes hacerlo- finalmente levantó un poco la mirada-

La pelinegra prefería evitar esa mirada fría, había tanto dolor en esa mirada que te daba la sensación de vacío en el estómago.

-Está bien, me voy- hiso una reverencia y salió de la sala-

Al cerrar la puerta tras de ella pudo ver a que Konan venía por el pasillo directo hacia ella.

Saeko comenzó a caminar, pero una mano la detuvo.

-Consigue el pergamino que Pain pidió, iré por el y tu podrás irte- su voz sonaba bastante relajada-

Konan siguió su camino, mientras tanto Saeko se quedó en su lugar, no parecía poder articular palabra alguna y en su mente sólo rondaba una pregunta.

¿Cómo diablos lo supo?

Es cierto que pensaba no ir por el pergamino, si no que pensaba ir por su pequeño y huir.

La pelinegra salió de sus pensamientos por el dolor que le provocó la marca.

Puso una mano en su cuello mientras hacia una mueca, esa peli púrpura era todo un maldito misterio.













☔Las nubes no se pueden atrapar, salen volando en cuánto las sopla el viento. Son lo más errante que hay.🌂

La mayor de los Uchiha. #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora