Terminada.
❝Jamás dejaría que mi hermano menor cargara con la muerte de nuestro clan.❞
Saeko Uchiha tiene una maldición, la maldición que todo Uchiha carga, ella ama demasiado, tanto y tan profundamente que caería en el abismo si eso significa prot...
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1 año y 6 meses atrás.
Obito había estado detallando partes de su plan, tenía que tenerlo todo perfectamente organizado, no podía darse el lujo de dejar cabos sueltos.
Planes de emergencia, muertes inesperadas, todo estaba planeado y detallado.
El Uchiha había dejado una nota en la habitación de Saeko, esperaba que la chica la hubiese visto. Sus dudas fueron disueltas cuando vió a la pelinegra llegar hasta el lugar que se había acordado en la nota.
Su cabello negro brillaba con los rayos del sol, su pálida tez se veía suave y tersa, sus labios naturalmente rojizos y carnosos... Obito detuvo sus pensamientos antes de que llegaran a más.
La chica se sentó en el fino césped. Obito olisqueó el aire encontrando el olor del ambiente mezclado con la fragancia azucarada de Saeko, ella siempre olía igual, era como oler pastelillos recién horneados mezclados con caramelos.
Saeko suspiró, últimamente Kisame estaba insoportable, si eso seguía de ese modo de seguro terminarían en medio de una batalla, no era bueno pelear con los compañeros, además de que de alguna manera a la Uchiha le caía bien el maldito pez.
-¿El plan esta avanzando como debe?-
-Sí, necesito que consigas información de Kumogakure- Obito acomodó un poco su máscara-
La chica asintió y giró su vista hacia el enmascarado.
-¿Hace cuánto que nos conocemos?-
La pregunta tomó desprevenido a Obito, pero le resto importancia de inmediato.
-¿Por qué eso es relevante ahora?- sonaba fastidiado-
-Sólo me preguntaba- ignoró el tono de voz de su compañero- Nunca he visto tu rostro-
-No necesitas verlo- respondió de inmediato-
La Uchiha rodó los ojos, nunca podía mantener una buena conversación con esta persona.
-Sólo trataba de mantener una conversación-
-No necesitamos hablar de más-
Saeko se levantó dispuesta a irse, la voz de Obito la detuvo.
-¿Quién dijo que te podías ir?- sonaba altanero, burlón-
La Uchiha apretó los puños, siguió su camino alejándose del idiota que iba tras ella.
-Te estoy hablando- Obito tomó con fuerza la mano de la chica-
Saeko se quejó en voz baja mientras de giraba para encarar a Obito.
No lo hagas. No lo hagas. No lo hagas.
La chica colocó su mano libre sobre la máscara naranja, quería saber, era infantil, pero quería ver su rostro, no recordaba como era de niño, y aun si lo recordaba quería ver su rostro adulto.
-No te atrevas- la voz de Obito salió con un tono de advertencia bastante marcado-
-Sueltame- exigió-
Ambos se miraban fijamente, ninguno cedería.
Ambos activaron su sharingan, el ambiente alrededor se volvió pesado, el viento dejó de soplar y los sonidos del bosque dejaron de escucharse.
En un movimiento rápido, Saeko jaló a Obito, pero este tomó la otra mano de la chica y la lanzó lejos hasta que chocó con un tronco. La pelinegra se levantó y limpió la comisura de sus labios donde salía un poco de sangre, se lanzó de inmediato hacia el hombre frente a ella, patadas y puñetazos que Obito bloqueaba con facilidad.
Obito saltó hacia atrás mientras bloqueaba los puñetazos de uno de los clones de la chica, mientras tanto Saeko apareció detrás del Uchiha y desenvainó su katana. Obito realizó un jutsu de sustitución y apareció detrás de la chica usando su propia técnica de atacar por la espalda, Saeko esquivó con agilidad la bola de fuego que apareció a su espalda.
La Uchiha trató de meter a Obito en un genjutsu, cabe decir que falló. Obito sonrió con arrogancia, aunque la chica no pudo verlo debido a la máscara.
Volvieron al estilo de pelea cuerpo a cuerpo, era el mas justo para ambos si consideraban sus habilidades.
Obito parecía no haber sudado ni una gota, mientras Saeko trataba de que su respiración agitada y su pulso inestable no se notaran demasiado, estaba cansada, pero su orgullo jamás dejaría que lo admitiera, muchos menos rendirse. La pelinegra maldijo internamente que Dakutai estuviese dormido en ese momento, si el demonio le prestara un poco de chakra quizá ganaría fácilmente esta batalla.
Saeko tiró una patada directo a la cara de Obito, pero este la detuvo e hizo que Saeko rotara ciento ochenta grados y se estrellara contra el piso, en cuanto la espalda de la chica tocó el suelo se deshizo en humo, era un clon.
¿Cómo es que no pudo saber que era un clon si tenía el sharingan activado?
Mientras la cabeza de Obito era un lío, la chica aprovechó para conectar un puñetazo en la cara de el Uchiha. La máscara se partió en varias partes y Obito escondió su rostro entre sus manos, la pelinegra se acercó curiosa.
-Yo gané, muéstrame tu rostro- Saeko jaló las mangas de la capa que Obito portaba-
-No seas infantil, déjame tranquilo-
-Mira quien habla- rodó los ojos-
Obito sintió que la chica se alejaba unos pasos, eso lo hizo suspirar aliviado, quizá se había rendido.
Saeko tomó aire y luego lo expulsó silenciosamente.
-Obito- lo llamó-
El aludido abrió un poco de espacio entre sus dedos para poder ver a la chica, la imagen que se llevó lo dejo paralizado.
La pelinegra se acercaba peligrosamente a su rostro, sus ojos cerrados y sus labios entre abiertos.
Dejó caer las manos a sus costados, sus ojos negros estaban más abiertos de lo habitual.
Saeko sonrió levemente antes de juntar sus labios con los ajenos, abrió lentamente los ojos y miró fijamente a Obito.
-Estoy viendo tu rostro- murmuró aún inclinada-
-Tramposa-
Saeko pudo apreciar por primera vez las facciones de Obito, la mitad de su cara que tenía esas extrañas cicatrices, las tocó por impulso, sabía que estaba mal y ya era suficiente con ver su rostro, pero no pudo evitarlo.
El aroma dulce llenó las fosas nasales de él pelinegro. Se impulsó hacia adelante, solo fue un beso, o es lo que ambos querían pensar, pero después vinieron más, y más, y ambos querían algo más del otro.
☔Lo astuto viene de familia, ya decía yo que Itachi no podía ser el único.🌂
Especial de San Valentin atrasado, pero mas vale tarde que nunca.
