045|¡La obscuridad de Saeko Uchiha!

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Saeko Uchiha no solo ha demostrado ser una madre abnegada en toda la extensión de la palabra sino también ha demostrado que es una hermana mayor ejemplar, lo ha dado todo por su familia y lo que ella considera correcto, pero, donde los lazos de sa...

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Saeko Uchiha no solo ha demostrado ser una madre abnegada en toda la extensión de la palabra sino también ha demostrado que es una hermana mayor ejemplar, lo ha dado todo por su familia y lo que ella considera correcto, pero, donde los lazos de sangre no la unen a nadie, donde los lazos sentimentales y el corazón no le dictan ser buena, ahí, en ese lugar obscuro, al borde del precipicio, casi cruzando la línea de la moralidad, ¿Qué tanta obscuridad alberga Saeko?

El ambiente pesado invadido por el fétido y profundo olor a alcohol que se impregnaba en la ropa e invadía las fosas nasales, el calor corporal acumulándose en aquel pequeño salón era casi insoportable o al menos eso era lo que pensaba cierto rubio, asqueado al ver como las personas frente a él ingerían alcohol como si se tratase de agua pura.

Hidan estaba a un paso de caer desmayado debido a la ebriedad.

-Me voy a dormir- el rubio no podía soportarlo más-

-También nos vamos- Konan se levantó de su asiento, no había bebido una gota de alcohol-

Nagato la siguió de cerca, sobrio, pero cansado.

Poco después todos fueron yéndose del lugar hasta dejar solo a un inconsciente Hidan, a un Kisame medio dormido y balbuceando tonterías y a Saeko "ebria".

La pelinegra se aseguró de que sus compañeros estuviesen fuera de juego antes de salir del lugar, el ambiente era fresco, probablemente sería muy temprano en la mañana, el sol aún no salía.

Acomodó su capa de nubes rojas antes de adentrarse en un pequeño bosque que rodeaba la aldea donde se estaba quedando.

Se podía escuchar el crujir de las hojas húmedas bajo sus pies, como sin vacilar daba cada paso. Justo frente a ella pudo ver la silueta de su compañero a lo lejos, estaba esperándola justo donde ella le indicó,  era un buen compañero, lástima.

-¿Qué tipo de misión será?- preguntó frotándose las manos debido al frío-

-Una sencilla- la pelinegra le restó importancia-

-Si es tan sencilla ¿Por qué no vas sólo tú y nos evitamos problemas?- bromeó, aunque en verdad no quisiera ir a Kirigakure-

-Es cierto- chasqueó los dedos- Que buena idea-

La chica hablaba con tanta emoción en su voz que provoca un poco de miedo, después de todo siempre fue ese tipo de persona que es bastante monótona y aburrida.

-Sólo bromeaba- por alguna razón sintió que debía afirmar que era una broma-

Saeko negó con la cabeza un par de veces, sus manos fueron directo a los hombros de su compañero mientras sonreías sin mostrar los dientes.

-Es una buena idea Jūzo- dijo con apremio-

Jūzo era un gran ninja, pero hasta los grandes ninjas caían ante los encantos de una mujer.

Embobado por el rostro angelical, cautivado hasta su última célula no pudo preveer que su propia compañera le atravesara el corazón con una katana.

Cuando todos preguntaron, con una mueca de dolor fingida y el descaro adherido a las entrañas, Saeko proclamó que su compañero había caído dignamente en una batalla cara a cara con el Mizukage.

Se guardó un minuto de silencio por él, trágico.

-Era un estorbo- el pelinegro miraba miraba a la nada, su rostro tenía sangre seca-

Saeko asintió aunque no pudiese verla. Obito estaba fuera de control, pero fuera lo que fuese, ella solo era un perro fiel.

-Kisame será tu nuevo compañero- su voz temblaba, como si estuviese ansioso-

-Bien, yo...- sus palabras se ahogaron-

Una mano en su garganta le impedía hablar, tragar saliva o que el aire pasara normalmente a sus pulmones, comenzó a asfixiarla.

-Necesito que todo salga a la perfección- ordenó, casi rogó-

La liberó.

La pelinegra tomó una bocanada grande de aire tosiendo después de eso, su vista estaba nublada y probablemente las lágrimas se habían acumulado en sus ojos.

-Todo saldrá bien, yo haré lo que sea- aseguró masajeando su cuello-

Él ya no la escuchaba, de nuevo perdido dentro de sus pensamientos, carcomiendo su cabeza con dolorosos recuerdos, llenándose de odio, viviendo por el odio.

Esa noche la pelinegra regresó a la guarida fingiendo que nada había sucedido.

Dos semanas después en una reunión de Akatsuki se le dió otra misión.

Kisame y Saeko partieron directo a Sunagakure, tenían que asesinar a unos cuantos ninjas para obtener dinero fácil.

Fue por error ó quizá coincidencia, nunca sabrá si fue el destino o una mala jugada de la vida. Un pequeño niño pelirrojo se le acercó y jalando de su capa con insistencia le ofreció unos dulces, parecía tan lindo y le recordaba a Sasuke.

La pelinegra sonrió antes de agacharse para poder sonreír un poco y tomar lo que el pequeño le ofrecía.

Sus manos se encontraron por un breve instante, pero eso fue suficiente para que Saeko se diese cuenta, sólo había visto esto una vez en su vida, ésta técnica era única imposible que alguien lo hubiese replicado.

Un alma, en una marioneta.

-La mujer de la que me enamoré, probablemente este muerta-

-¿Y porqué le haces un regalo?-

-Lo llevaré a su tumba-

Si estuviese muerta, no le harías un regalo.

Era linda, amable, tenía un encanto peculiar que parecía ser el de un demonio, y lo era.

Sólo bastó con sonreír un poco, perder a Kisame entre la multitud y decir unas cuantas palabras convincentes.

Castaña, de mediana estatura, bonita, pero era una marioneta, un títere con alma. Sasori se había empeñado en preservar algo que ya no podía tener.

Al final Saeko no disfruto tanto asesinarla como imaginaba. No hubo sangre ni gritos, sólo un silencio absoluto, uno que duraría para la eternidad, justo como a él le gustaba.

La efímera existencia de esa mujer al conocer a Saeko fue vaga e indolora. Lo hubiese pedido a gritos si él no le hubiera arrebatado la voz, porque la eternidad no es para todo el mundo lo más bello que existe, es solitaria y dolorosa para la mayoría.

Colocó cuidadosamente los cascarones vacíos de madera justo en la habitación principal, ahora solo eran lo que siempre debieron ser, marionetas esperando ser movidas por alguien más.

-¿Dónde estabas? Hay trabajo que hacer- la miraba con recelo, enfadado-

-Vi un show de títeres- y sus palabras fueron interpretadas literalmente-







#WattPride Feliz mes del orgullo 🌈

La mayor de los Uchiha. #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora