Bad Decisions «Duff McKagan» ✔

2 |Quince años

Narra Paris

¡Oh, Cristo! Es el chico de la playa. ¿Pero no sé llamaba Duff? ¿Me tomó simplemente el pelo? Duff era un nombre muy extraño.

—Ellos son los señores Ren —Le informa su madre.

Notó mis mejillas calientes cuándo no me quito la mirada de encima.

—Encantado —Dijo él, seguía mirándome.

Intento ignorar la ardiente sensación qué provoca su voz en mi estómago. Esto no es normal, ¿por qué me siento tan atraída hacía él? ¡Apenas lo conozco!

—Ella es Sydney —Dijeron mirando a mi hermana que observa al chico con esmera atención— Y ella es Paris —Informaron y él esbozó una sonrisa.

—Sí, la chica de la cadenita —Río por lo bajo y su padre le miró confuso.

-¿Os conocéis? —Alzo mi padre una ceja.

—Sí, antes en la playa —Aclara Duff y toma asiento al lado de mi madre, la cuál está en frente mía.

Durante la cena hablaron mis padres con los señores McKagan —por lo que habían dicho—  animadamente, yo comía en silencio. Estaba muy nerviosa, ya que Duff no me quitaba la vista de encima.

—Bueno, y ahora Sydney va a comenzar el Instituto en septiembre —Comenta mi madre.

—Ya verás que secundaria se te da bien —Dice Alice de forma tranquilizadora cuándo mira a mi hermana, está extrañamente le sonríe.

—Michael trabaja en una tienda de música para pagarse la carrera por su cuenta —Explica Elmer— Adora tocar instrumentos y da clases a los más pequeños.

Espera, ¿Estudia una carrera? ¿cómo que trabaja?  Quiero decir hay chicos de mi edad que trabajaban pero me imaginaba que él estaría apunto de graduarse del instituto a menos qué...

—Tengo veinte años.

Una tristeza me invadía todo el cuerpo. Me sacaba cinco años, ¿la edad no importa o sí?

—Paris comenzará cuarto año —Mamá cállate la boca.

Al decir eso, Duff abrió los ojos y me miro confundido.

—¿Tienes sólo quince años? —Me pregunta a mí directamente.

—Sí...—Susurro avergonzada.

¡Qué estúpida! Él sólo me miraba cómo una niña, quizás se pensó que tendría su edad.

—Vaya, pues pareces más mayor —Dice Alice.

***

El resto de la cena de anoche fue tranquila, me hicieron un largo interrogatorio en el que Duff no participio, se comportó de una manera bastante rara. A veces se reía por mis comentarios sarcásticos pero nada más que eso.

Los primeros rayos de sol me despertaron. Yo era una persona bastante madrugadora pero a veces en las mañanas de verano me levantaba de la cama muy tarde, pero hoy no era de uno de esos días. Eran las nueve de la mañana, así que decidí levantarme de mi cómoda cama y hacer algo productivo. Sydney dormía cómo un oso en proceso de hibernación y mis padres lo mismo.

Me di una ducha muy rápida pues por la tarde tenía pensado bañarme en el mar y pasear.
Cogí un libro, una manzana y unos auriculares para conectar música. Me fijé en la puerta de los McKagan estaba entrecerrada.

Me senté en la orilla de la playa dónde la arena estaba seca y demasiado caliente.

Comencé a leer Lolita mientras le daba mordiscos a mi manzana roja.
Miré por unos segundos al agua y vi a un chico practicando surf.
Ese mismo después de unos minutos salió del agua con una tabla en su mano.