No podía creer lo que acababa de suceder, me sentí tan ingenua, tan pasada a llevar, todo era un juego, siempre lo fue para él. ¿Por qué tuvo que ser mi jefa? ¿lo hizo apropósito? ¿Qué quiere lograr con esto? ¡Tengo novio! ¿Por qué no puedo dejar de revivir todo lo que pasó esa noche? ¿Kiki sabrá que tuve algo con él? No podía enfrentarlo, de que serviría, que sacaría con hacerlo.
Después de llevar tiempo pensándolo, decidí hacer como si nada, negar todo si Kiki llegase a saberlo y asistir a la cena de año nuevo.
Bee...- enmudeció Gael cuando fue por mi- te ves...
Estaba dolida, Izan había jugado conmigo, iba a hacer como si nada hubiese pasado, pero no se la haría tan fácil. Me había puesto mi mejor vestido de fiesta, había peinado y recogido mi cabello y puesto maquillaje.
Estaba parada en la puerta de mi casa, abriendo mi abrigo para que diera un vistazo a mi atuendo – Te ves preciosa Bee – se acercó sonriendo y besó suavemente mis labios. Subimos al auto y nos marchamos con dirección a su casa.
Llegamos a su casa, hacia frio y Kiki nos hizo pasar al comedor inmediatamente.
Los esperábamos, estamos casi listos para cenar – comentó ella mientras indicaba donde debíamos sentarnos. – tomen asiento, ¿Cariño? Me ayudas con las bandejas – se dirigía a "Ferr". Este se levantó del sofá donde estaba y yo sonreí encantada de verlo en ese papel.
Ro bajó las escaleras para unirse a la mesa, Kiki y compañía trajeron la comida, brindamos y comenzamos a cenar sin problemas. Izan les habló un poco de su vida a los mellizos, en que trabajaba, que le había gustado de su madre y que tenía 32 años.
A Ro se le deformó la cara por un momento y luego miró a su mamá.¿32? Quince años menor que mi madre – comentó Ro de lo más normal, hubo un silencio incómodo y como nadie dijo algo continuó – Roberto, su ultimo "novio" tenía apenas 22 recién cumplimos – dice antes de llevarse una cucharada de comida a la boca.
No seas insolente Rodrigo – le dijo su madre tomando la mano de su pareja. – no somos novios, solo salimos – le corrigió a su hijo, como si eso calmara algo las cosas.
Entonces ¿por qué lo sientas en nuestra mesa? – está vez el tono de burla de Ro había desaparecido y hablaba enserio.
¿Por qué no te calmas? – le dijo Gael agarrándolo del hombro – tenemos visitas.
Son visitas de ella, no mías – agarró una copa y se levantó de su asiento – Becca, disculpa, sabes que no es nada contigo, es ella. – miró a su madre y se retiró a su habitación en el segundo piso.
Continuamos comiendo, incomodos y en silencio.
¿A quién se le apetece postre? – dijo de pronto Kiki, como si nada hubiese pasado.
Quizás para después – dijo Izan al fin
Para más tarde mamá – contestó Gael – no podremos movernos luego.
¿Saldrán a festejar? – Preguntó repentinamente Izan cuando Kiki se fue a la cocina por postre para ella.
Si – respondí y me levanté para ir al baño.
Caminé por un pasillo angosto hasta llevar al baño de visitas. Al entrar dejé mi celular en el lavamanos y cuando ya había acabado sentí como le entró un mensaje.
No puedo quitarte los ojos de encima, te ves increíble.
Izan.
Por un momento me desestabilizó, pero quise hacer una jugaba.
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Ciegamente Ahogada
RomanceBecca relata los episodios previos a terminar la universidad, que le hicieron perder el control de su vida. Un día de verano mientras trabaja en la playa se encuentra con un hombre, que va a poner su mundo patas arriba a cuesta de secretos, engaños...