Di un brinco hacia dentro por el empujón que me había propinado, me giro sobre mí misma y veo a Elena parada en la puerta.
¿Qué haces aquí? – le pregunto riendo, ya estaba bien tomada, pero ella se queda callada y me mira extraño. – sabes, si quieres usar el baño después ¿puedes al menos girarte para poder orinar yo? – la chica sigue sin habla, pero se gira y se coloca en un rincón mirando la pared.
Listo – dije cuando ya me he lavado las manos y arreglado el cabello. – voy a salir.
No creí que fueras así de patética – habló y me dejó helada.
¿Disculpa? – le dije sosteniendo la manilla de la puerta, pero no se quitaba del camino.
Cuando me hablaron de ti no imaginé que fueses así, niña –
Fue tan inesperada su reacción que me dejó sin habla y solo estaba balbuceando.
¡Muévete! – le grité al fin y la empujé para poder salir. Me agarró del brazo fuertemente. – ¡Qué es lo que quieres de mí!
¡Que me escuches! – dijo seriamente.
¡Pues, habla de una vez! –
Izan y yo somos pareja, y quiero que desaparezcas de su vida ¡ahora! –
Aléjate de mí por favor – dije sin mirarla y me escabullí para salir de ahí.
¿Como iban a ser una pareja? ¿Quién se cree que es ella? Yo vivo con él, yo soy su pareja, yo soy su novia, ¿por qué me dice eso a mí? Ni siquiera sé quién es, no la conozco ni un poco. Salí disparada hacia la barra del lugar buscando a Izan, no lo encontré y fui a tomar aire a la calle y ahí estaba Alex fumando.
¿Becca? ¿estás bien? – Alex me sujetó por los hombros, no me había dado cuenta de que estaba tiritando
Si, más bien no, necesito encontrar a Izan, ¿puedes buscarlo por mí? Creo que bebí más de la cuenta – mentí, con toda la situación había despabilado casi por completo.
Alex entró al lugar y rápidamente volvió con Izan, quién al verme me sostuvo entre sus brazos.
Linda, ¿qué pasó? – me acariciaba la cabeza para calmarme. – sentémonos.
Nos sentamos en una banqueta que estaba cercana a la entrada de la disco.
Fue Elena – dije apenas nos sentamos – ella me habló en el baño.
Que te dijo – Izan se preocupó más de lo que pensaba y me tomó de la mano.
Creo que tú lo sabes – me dolía decirlo, pero su actitud me hizo pensar en que algo sabia.
¿Ya te calmaste niñita? – era ella.
Caminaba hacia nosotros, sonriendo y tocándose el cabello, me dieron unas ganas de gritarle que se fuera, pero ahí, con la luz de los faroles y viéndola sin la luz titilante del baño... pude ver el bulto que tenía en su estómago, grande como un balón y ahora se lo acariciaba.
Ee..estás...embarazada – dije apretando con fuerza la mano de Izan, lo miré y tenia los ojos vidriosos.
¡¿Elena, qué le dijiste?! – Izan gritaba ahora, yo estaba en shock sentada a su lado.
La verdad, lo que no eres capaz de hacer tú -le respondió ella. – vamos a ser una familia, Izan, no puedes esconderlo.
En ese momento me levanté y entré rápidamente a la fiesta, no podía encontrar a mis amigas, estaba ebria nuevamente y las lágrimas me impedían ver con claridad.
¡rebecca! ¡becca! – escuché que me gritaban y al girarme noté que era Sofi.
Me acerqué a ella – Sofi, sofi, necesito irme –
Tranquila, Becca – mi auto está a la vuelta.
Izan
Elena, por qué le mentiste –
No mentí, vamos a ser padres y ella está estorbando en todo esto –
¡No estamos juntos entiende! eso no quiere decir que no me haré cargo del niño. –
No sabía qué hacer, Becca se había ido llorando hace segundos, no era la manera en que debía enterarse, yo me había enterado hace poco que Elena había quedado embarazada. No teníamos ninguna relación, ni la tuvimos antes, ella me coqueteaba en el trabajo y yo varias veces me había aprovechado de eso para invitarla a salir y hacerlo en su departamento, cuando la despidieron a fin de año solo nos volvimos a ver una vez más.
Estaba envuelto en mis pensamientos cuando Becca pasa rápidamente frente a nosotros, le sigo el paso, pero me agarran del brazo.La has cagado como nunca – era Alex y a su lado estaba Beatriz, la amiga de Becca.
No me lo creo – dijo ella.
Debo ir tras ella – le dije a Alex, me faltaba aire.
Hombre, déjala – me respondió.
Eran las 5 de la mañana cuando llegué a casa, estaban todas las luces apagadas menos una pequeña lampara en la sala, que está alumbrando tenuemente el sofá, y ahí está Becca, con sus piernas recogidas hasta el pecho, su cara está hinchada, pero ella está dormida. Fui a buscar una manta para taparla, la cubrí y cuando iba por el pasillo a mi cuarto la escuché hablar.
¿Por qué? -
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Ciegamente Ahogada
RomansaBecca relata los episodios previos a terminar la universidad, que le hicieron perder el control de su vida. Un día de verano mientras trabaja en la playa se encuentra con un hombre, que va a poner su mundo patas arriba a cuesta de secretos, engaños...