Becca - pasó sus manos sobre mis hombros suavemente - ¿Qué pasó?
No tenía donde ir – confesé y me alejé de él sin mirarlo, pero recuperando cordura – mejor me voy, no sé que estaba pensando – me giré para salir de ahí y lo vi a los ojos al fin.
No sé que reflejaba mi rostro en ese momento, pero posó su mano en mi mejilla y la acarició tiernamente.
Quédate – Esta vez me atrajo hacia él y depositó un pequeño beso en mi cabeza.
Fuimos hacia el sofá, me quitó los tacones y abrió el cierre de mi vestido.
No –
Tranquila – dijo Izan levantándose y yendo a su maleta para sacar una camisa y la dejó a mi lado. – iré a juntarme con unos amigos dentro de la fiesta, si quieres dormir no dudes en usar la cama o ponerte cómoda – apunta a la camisa a mi lado.
Gracias – le respondí.
Suspiró antes de salir por la puerta y se fue.
Abrí las cortinas y salí al balcón a tomar aire, tratando de averiguar cómo continuar con todo esto, si quedarme en esta habitación a correr a la playa hasta que todo acabara.
Al rato cerré el ventanal, las cortinas y me recosté en el sofá mirando al techo. Caí rendida.Me desperté por un segundo cuando Izar intentaba tomarme en brazos.
Estoy bien aquí- dije balbuceando
Estás helada, déjame llevarte a la cama – me agarré a su cuello y luego me depositó en la cama. – No te quitaste el vestido.
Estaba por dormirme cuando sentí como me quitaba el vestido para ponerme la camisa y taparme con las sabanas.
Al abrir mis ojos por la mañana él estaba mirándome y tenía el celular en su mano.
¿Como lo pasaste con tus amigos anoche? –
Lo pasamos bastante bien de hecho – respondió – y nos reuniremos a cenar hoy.
Sonreí educadamente y me senté.
¿y tú? –
Yo ¿qué? – le respondí sin saber bien que preguntaba
¿No vas a decirme lo que te pasó? Me crucé con Gael en la fiesta y estaba desesperado – comentó – me preguntó si te había visto, me dijo que habían discutido y te marchaste corriendo.
¿y que le dijiste? –
Claramente no que estabas en mí habitación, si es lo que te preocupa – dijo – tu novio no sabrá que a la primera pelea corriste a mis brazos. – sonrió como si fuese parte de un juego.
Cállate, no sabes lo que hablas – le dije y me cubrí hasta arriba con las sabanas de su cama.
Becca, explícame entonces lo que pasó – dijo en un tono distinto.
Le conté todo, como si fuese mi mayor confidente, estaba por llorar cuando me rodeó con sus brazos para tranquilizarme.
Me siento como un juguete – dije de pronto – ni siquiera una persona que me conoce de toda una vida puede evitar usarme para su beneficio.
Le se quedó en silencio y sabía que me refería a que él también había jugado conmigo.
Izan estuvo toda la mañana donde los Kindelan, mientras yo estaba oculta del mundo en la habitación. Pude pagar una hamburguesa vegetariana como almuerzo a la habitación. Luego de almorzar, cuando miraba televisión tocaron a puerta y fui a abrir.
Abro la puerta de par en par, pero no me encuentro a Izan, es alguien diferente.

ESTÁS LEYENDO
Ciegamente Ahogada
RomanceBecca relata los episodios previos a terminar la universidad, que le hicieron perder el control de su vida. Un día de verano mientras trabaja en la playa se encuentra con un hombre, que va a poner su mundo patas arriba a cuesta de secretos, engaños...