7. Rendida

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Becca - pasó sus manos sobre mis hombros suavemente - ¿Qué pasó?

No tenía donde ir – confesé y me alejé de él sin mirarlo, pero recuperando cordura – mejor me voy, no sé que estaba pensando – me giré para salir de ahí y lo vi a los ojos al fin.

No sé que reflejaba mi rostro en ese momento, pero posó su mano en mi mejilla y la acarició tiernamente.

Quédate – Esta vez me atrajo hacia él y depositó un pequeño beso en mi cabeza.

Fuimos hacia el sofá, me quitó los tacones y abrió el cierre de mi vestido.

No –

Tranquila – dijo Izan levantándose y yendo a su maleta para sacar una camisa y la dejó a mi lado. – iré a juntarme con unos amigos dentro de la fiesta, si quieres dormir no dudes en usar la cama o ponerte cómoda – apunta a la camisa a mi lado.

Gracias – le respondí.

Suspiró antes de salir por la puerta y se fue.

Abrí las cortinas y salí al balcón a tomar aire, tratando de averiguar cómo continuar con todo esto, si quedarme en esta habitación a correr a la playa hasta que todo acabara.
Al rato cerré el ventanal, las cortinas y me recosté en el sofá mirando al techo. Caí rendida.

Me desperté por un segundo cuando Izar intentaba tomarme en brazos.

Estoy bien aquí- dije balbuceando

Estás helada, déjame llevarte a la cama – me agarré a su cuello y luego me depositó en la cama. – No te quitaste el vestido.

Estaba por dormirme cuando sentí como me quitaba el vestido para ponerme la camisa y taparme con las sabanas.

Al abrir mis ojos por la mañana él estaba mirándome y tenía el celular en su mano.

¿Como lo pasaste con tus amigos anoche? –

Lo pasamos bastante bien de hecho – respondió – y nos reuniremos a cenar hoy.

Sonreí educadamente y me senté.

¿y tú? –

Yo ¿qué? – le respondí sin saber bien que preguntaba

¿No vas a decirme lo que te pasó? Me crucé con Gael en la fiesta y estaba desesperado – comentó – me preguntó si te había visto, me dijo que habían discutido y te marchaste corriendo.

¿y que le dijiste? –

Claramente no que estabas en mí habitación, si es lo que te preocupa – dijo – tu novio no sabrá que a la primera pelea corriste a mis brazos. – sonrió como si fuese parte de un juego.

Cállate, no sabes lo que hablas – le dije y me cubrí hasta arriba con las sabanas de su cama.

Becca, explícame entonces lo que pasó – dijo en un tono distinto.

Le conté todo, como si fuese mi mayor confidente, estaba por llorar cuando me rodeó con sus brazos para tranquilizarme.

Me siento como un juguete – dije de pronto – ni siquiera una persona que me conoce de toda una vida puede evitar usarme para su beneficio.

Le se quedó en silencio y sabía que me refería a que él también había jugado conmigo.

Izan estuvo toda la mañana donde los Kindelan, mientras yo estaba oculta del mundo en la habitación. Pude pagar una hamburguesa vegetariana como almuerzo a la habitación. Luego de almorzar, cuando miraba televisión tocaron a puerta y fui a abrir.
Abro la puerta de par en par, pero no me encuentro a Izan, es alguien diferente.

Ciegamente AhogadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora