Extraños

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- hola chicos- sacudí la mano en él aire a modo de saludo mientras corría hasta ellos.

- ¡ Mako-chan!- corrió hasta mí Nagisa terminando por desbalancearme un poco al abrazarme - ¿ cómo estas?- fijó sus ojos rosado en lo míos, está preocupado- ayer Haru-chan nos lo dijo...- desvío la mirada - pero no importa, me alegra que estés bien- sonríe y afianza un poco más el abrazo.

- Nagisa-kun, deberías dejarle respirar- dice en un tono celoso el peliazul desde el agua.

Vaya que si Rei es celoso, al menor acercamiento con el pequeñin saltan sus alertas. Me parece peculiar que esos dos se quieran de esa forma, son tan diferentes... Y es poco común ver que se de entre hombres, pero no tengo nada en contra.

Sonrío ante mis pensamientos del rubio y él peliazul estando en una cita tomados de la mano y él pequeñin ensimado, como siempre, en su pareja.

- Makoto, ¡Makoto!- parpadeo rápidamente saliendo de mis pensamientos para ver a un pelirroja vastante alterada frente a mí - te dejo el programa de te dejaré a cargo por hoy. Mi hermano tuvo un accidente y debo ir a alegrar unos papeles y todo eso- se ve muy preocupada- no los dejes holgazanear, confió en ti- se fue corriendo.

- ¿ qué paso, Makoto-senpai?- él confundido peliazul se acerca a mí seguido de los demás.

- kou tuvo que irse...- hice una pausa mientras pienso si es mejor que les diga la verdad completa o no- tiene que arreglar un par de cosas- sonrío nervioso.

- entonces supongo que ya nos podemos ir...- el ojirosa no es nada bueno intentando ocultar su emoción.

- siento desilucionarte pero vamos a seguir con el entrenamiento- me recargo en el hombro del pelinegro - así que todos al agua.

Él pelinegro tiene confusión, incomodidas e ilusión en sus hermosos ojos. Me aparto un poco dejándole espacio personal y me dirijo a la orilla de la alberca donde kou a dejado un cronometro.

- Rei te toca- tomo el cronometro en mis manos y espero paciente a que se ponga en posición - listo... ¡ahora!- lo activo al mismo tiempo que él sale rápidamente.

- a mejorado...- murmura Nanase a mi lado. Me mira detenidamente - y tu has aumentado tu musculatura...- sus ojos están más oscuros de lo normal.

-esto...- balanceo mi peso de un pie al otro incomodo - en realidad no me di cuenta...- carraspeé un poco- supongo que estoy acostumbrado a verme así. He estado en la natación desde pequeño pero deje de nadar por- me cayo en seco al no lograr recordar el porqué deje de nadar. Paro el cronometro en el momento justo en el que Rei toca el final de la alberca- buen tiempo Reí. Nagisa, tu turno-

- ya veo...- apartó la vista - Rei, ven un segundo- y se fue sin más al otro lado del lugar.

Vuelvo a parar el cronometro al terminar la vuelta de Nagisa el  cual se reúne con el resto inmediatamente una vez fuera del agua.

Un escalofrío recorre rápidamente mi espalda. Desde temprano en la mañana se han comportado extraños...

Primero Nagisa y Rei se la pasaron murmurando entre ellos algo sobre recuerdos, no logré escuchar muy bien. Después Nanase se la mantenido vifilandome desde que lo recogí en su casa, como es de costumbre, sin despegar ni por un segundo su vista de mí. Y ahora tienen una junta en medio entrenamiento.

¿ pero qué pasa hoy?

- ¡chicos!- chillo - ¡vengan aquí! Aun no terminamos- me acerco a ellos. Se callan de inmediato al percatarse de mi presencia. - vamos, la "importante junta" la pueden hacer más tarde- me recargo por inercia en los amplios hombros del pelinegro recargando la barbilla en su cabeza.

Su cabello me hace cosquillas en el mentón y ligeramente en los labios, tiene el cabello aun algo húmedo. Algo que me llama particularmente la atención de este chico, además de su personalidad tan reservada y fría, es su obscuro, lacio y ligeramente largo cabello, con ese peculiar flequillo que cae entre sus hermosos ojos...

¿ pero qué digo? ES. UN. CHICO.

Nego con la cabeza en un intento de alejar esos pensamientos de mi cabeza.

- ¡pero Mako-chan!-

Sentí una leve punsada en la cien al escuchar ese apodo, a pesar de haberlo escuchado ya repetidas veces por parte del ojirosa siento como si ese mismo apodo lo utilizara una persona cercana a mí. Mi vista se vuelve borrosa terminando por ver todo negro, de repente veo a un pequeño niño rubio muy animado corriendo hacia mí.

-¡MAKO-CHAN!- chilla el pequeño llegando a mí. - ¿ haremos los relevos con Rin-chan?- su voz se perdía a la lejanía mientras su cilueta iba siendo envuelta por una cegadora luz.

-¡Nagisa-kun! No lo aluces con la lampara de tu móvil- reprendió el peliazul al pequeño.

Cuando por fin pude abrir los ojos, una vez que él ojirosa me quitó la luz del rostro, pude encontrarme con esos ojos azules que, por alguna razón, me reconfortan y tranquilizan.

- ¿ qué pasó?- pregunto con fingida inocencia.

Se perfectamente lo que pasó. Me desmayé y tuve otro de esos estúpidos sueños realistas pero no pienso contarles, no quiero preocuparlos.

- te desmayaste y preguntaste por un chico lla...- Rei le tapó la boca al rubio con sus labios - Rei-kun...- sus grandes ojos tomaron un brillo  que nunca había visto en ellos.

mis ojos buscaron rápidamente a los de Nanase encontrándome con un extraño brillo en ellos.

- vamos, a nadar- se levanta y va al agua.

- Nagisa-kun- le llama el peliazul caminando a la alberca.

Me levanto del suelo mientras el pequeño va campeante al agua.

- ahora haremos 100 metros libres  y otros 100 metros en su especialidad- digo leyendo el programa de la peliroja.

Al terminar los recorridos vamos todos juntos a las regaderas. Nanase no ha dejado de verme en todo el entrenamiento con una tonta sonrisa en su rostro, a decir verdad que luce como un estúpido así pero al ver esa sonrisa me motiva más.

De camino a casa no dijimos ni una sola palabra hasta que el pelinegro se decidió a hablar.

- ¿ no recuerdas algunas cosas verdad?- sostenía sus profundos ojos en los míos.

mís ojos se abrieron como platos ante esa pregunta. Me esperaba cualquier comentario antes que esa maldita pregunta. Mis manos comenzaron a sudar por el nerviosismo.

- ¿p-por qué piensas eso Nanase-san?-  trato de mostrarme tranquilo pero mi voz sale entrecortada delatandome.

- no devi preguntar... Lo siento- es la primera vez que lo escucho disculparse con alguien.

-no... Esta bien, no te preocupes- paso uno de mis brazos por sus hombros a manera de abrazo.

Por alguna razón verlo de alguna manera vulnerable hace mi corazón se ablande y quiera levantarlo en mis brazos y besarle la frente como si fuera mi hermana pequeña...

¿ pero qué me pasa? No debería de pensar esas cosas cuando hablamos de hombres. Y Haru ES. UN. HOMBRE.

-Makoto...- veo una gran mano pasar impaciente por mi rostro - ¿está todo bien?-

- si...- mi cabeza da vueltas y mis ojos escuesen - estoy bien- forzo una sonrisa.

- apoyate en mi...- es la primera vez que escucho ese tono de voz en Haru, tristeza.

Después de que me haya llevado a mi habitación y que mis padres, en vez de hacerle un interrogatorio de mi estado o preguntar quién es, le ayudaran y le dejaran cuidando de mí hasta que ellos volvieran.

Hoy todo fue muy extraño pero si no hubiera sido así no tendría al ojiazul tan serca a mí. Pienso mientras enredo un mechón de su cabello entre mis dedos.

Destinados ( MakoXHaru) D1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora