Trabajo

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- Haru, levántate- chillé desde la cocina.

Di una última vuelta a la tortita, antes de dejarla sobre el plato que coloqué en la encimera. Lo bueno del apartamento es que ya venía equipado con la cocina, lista para ser usada.

- buenos...- cubrió su boca al bostezar- días...- saludó adormilado.

Sonreí al ver su cabello alborotado, tomé lo último que quedaba de la mezcla y la coloqué en el sartén.

Espero que haya podido dormir después de aquello... Demonios, este no es momento para sonrojarme, tengo que dejar d pensar en eso.

- agh...- se quejó el pelinegro al sentarse en la encimera.

- ¡Haru, no te subas allí!- chillé.

- c-cuidado- advirtió el chico.

Al darle vuelta al panqueque salió volando del sartén y terminó aterrizando en mi antebrazo, quedándome el área.

- ¡q-quema!- chillé quitándome lo más rápido que pude la comida del brazo.

- ¿estas bien?- preguntó bajándose con un pequeño quejido.

- s-si... Sólo arde un poco- sonreí nervioso.

- ven- pidió tomando mi mano y llevándome al lavabo.

Abrió la llave del agua fría y puso la quemadura bajo el chorro. Un fuerte ardor recorrió la zona, pero lejos de molestarme, fue un ardor agradable.

- gracias... Lamento ser tan torpe- sonreí a manera de disculpa.

Me sorprendí un poco al sentir sus labios en mi mejilla, al separarnos nuestros ojos se encontraron. Sonreí ante el acto del chico, es muy rara la vez en la que se anima a hacer cosas del estilo.

- vamos a comer, ya quiero probar esto- terminó en un murmuro.

Volvió a la encimera y tomó un plato, al dar el primer bocado sus ojos se iluminaron. Mi sonrisa se amplió al ver que le gustaron, no necesita decirlo para que lo sepa.

- ¿ricos eh?- solté una pequeña risa.

- tal vez, pero faltó la caballa- replicó.

Negué lentamente y el pelinegro comenzó a reír por lo bajo, a lo que yo respondí también con un par de risas. No llevamos ni 24 horas viviendo juntos y ya nos sentimos cómodos con la presencia del otro. Aunque pasemos la gran parte del tiempo juntos, nunca habíamos estado todo el día.

- oye...- tomé el último bocado del plato- creo que deberíamos ir buscando empleo- sugerí meneando el tenedor.

- si...- murmuró terminando su plato- que sea juntos- pidió sonrojándose ligeramente.

- claro- asentí energéticamente- sería lo mejor, teniendo en cuenta que la mayoría del tiempo estaremos separados por la Universidad...- mi voz fue disminuyendo a la par que recordaba ese detalle.

Se que estaremos en el mismo lugar al llegar a casa, pero aún así el tiempo se lo llevarán los estudios y no nosotros. Estaremos juntos pero al mismo tiempo no, al principio será extraño, pero supongo que deberé acostumbrarme.

Saqué el móvil de mi bolsillo y busqué por internet empleos cercanos a la zona, encontrando 3 posibles lugares.

- panadería, guardería o florería- leí en voz alta las opciones.

- no deberías preguntarme si te brillan los ojos por trabajar con niños, Makoto- respondió obviando mis deseos.

- no podía dejarte fuera- repliqué- aunque tienes razón- sonreí.

Destinados ( MakoXHaru) D1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora