8a Parte

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EL VIDEO.

Aunque, si había que ser realista, no había mucho que explicar, todo estaba ahí, en ese video. En esa grabación se mostraba cómo, después de que la señora Kirishima pusiera la cámara en el lugar donde la había ocultado, el departamento se mantenía en calma. Solo Sorata se movió un momento para bajar de su lugar en el sofá donde había dormido media tarde después de haberse retirado Hanami-San, para irse a instalar frente a la puerta de vidrio que daba hacia el balcón, y allí, volver a tenderse con la panza rellena a más no poder en dirección al sol que entraba a raudales. Al menos era un gato honorable, y había respetado el contrato de silencio con la señora Kirishima, y pasaba por alto la ubicación secreta de la cámara; aunque, disimuladamente, miró un par de veces en esa dirección; y no volvió a moverse de ahí, ni siquiera para acomodar su cola.

El siguiente momento que se mostraba era cuando Sorata, alertado por el ruido de la puerta, se levantaba y se dirigía al genkan. Después de un pequeño momento, hacía su entrada Hiyori, hablando animadamente con su padre y Yokozawa, con quienes al parecer se había encontrado en la entrada, y luego tras ella aparecían ambos hombres con sus maletines y se dirigían a sentarse a descansar un poco en la sala, Yokozawa con el gato en brazos, hablando cosas relativas al trabajo, mientras Hiyo iba a su cuarto a dejar sus cosas, para, instantes después, volver con unos cuadernos y sentarse a la mesa a hacer sus tareas del colegio. Al rato se acerca Yokozawa a preguntarle si le puede ayudar con algo, instancia que aprovecha Hiyori para consultarle sobre matemáticas, mientras Zen va a su cuarto y aparece momentos después con algunas ropas y avisa que va a darse un baño. Hasta ahí nada fuera de lo normal. Yokozawa estaba enfrascado explicándole a Hiyori como resolver unas fórmulas, y la niña hacía lo posible por entender, y así el tiempo pasó tranquilamente.

Después de unos veinte minutos, por fin Hiyori terminaba sus deberes escolares, y mientras recogían todo junto a Yokozawa, Zen salía del baño secándose la cara con una toalla, caminando lentamente hacia la cocina para abrir el refrigerador y sacar de éste una cerveza para él y otra para su, hasta ese minuto, amigo, quien la recibía para dejarla sobre la mesa y, con toda tranquilidad, tomar la toalla que colgaba del cuello de Zen y ponerla sobre la cabeza de éste y frotar con poca suavidad, regañándolo de que no debía andar con el pelo mojado; Zen solo reía y se dejaba hacer, mientras le contestaba con dulzura un "sí, mi amor", para después, volver a la sala y desparramarse en el sofá.

Mientras Hiyo iba de vuelta a su cuarto a arreglar sus cosas, Yokozawa y Kirishima conversaban de algo que había pasado durante la tarde en la editorial, donde se había dado un nuevo conato de pelea entre Usami-Sensei e Ijuuin-Sensei, pues este último había vuelto a invitar a Takahashi-kun a salir a tomar un café los dos solos, con el consiguiente disgusto de Usami, quien justo "pasaba por ahí". Zen realmente había tenido que hacer un enorme esfuerzo para detenerlos, pues Ijuuin se había puesto igual de molesto que Usami, y estaba pensando en, tal vez, prescindir de la ayuda de Takahashi, quien, si bien era un buen empleado muy dedicado a sus labores, la carga personal de tener a Usami encima suyo le pasaba la cuenta y lo hacía un tanto voluble, pues el escritor solía sacarlo del trabajo cuándo y cómo se le daba la gana, y solía poner en duda la continuidad de los mangas que tenía a cargo desde que el chico se convirtió en editor novato de manga kodomo-shonen. Yokozawa le dio su opinión al respecto, defendiendo a Takahashi, pues le tenía cierto aprecio, después de haber trabajado en varias ocasiones con él, y lo consideraba realmente un buen empleado. Quizás lo mejor era hablar claramente tanto con Usami e Isaka, y dejar de plano de usar al chico como levantamuertos de Ijuuin, y alejarlo de él, para no seguir teniendo situaciones tan engorrosas como esas. Zen le encontró la razón a Takafumi, pues él también apreciaba bastante a Misaki, sólo que esta clase de situaciones le dejaban de mal humor, así que al día siguiente hablaría con Isaka para comunicarle eso y que se lo hicieran saber también a Usami-Sensei.

En ese momento Hiyori volvía de su cuarto calzándose un mandil, preguntándole a su padre que quería de cenar, pues ya estaba siendo hora de empezar a cocinar; Zen le dijo que tenía antojo de pollo, pero que lo dejaría a su elección el cómo prepararlo, por lo que Hiyo le dijo a Yokozawa que entonces quería probar alguna receta de estilo thai, recordando cuando un domingo fueron a almorzar los tres a un restaurante que servía ese tipo de comida y a ella le había encantado, dándole éste su aprobación, pero que no fuera tan picante, por lo que se pusieron a buscar recetas de ese estilo en la red. Cuando dieron con una que les agradó, Hiyo se dispuso a buscar los ingredientes necesarios, mientras Yokozawa se subía las mangas de la camisa y buscaba su delantal de cocina que estaba guardado en la alacena y al mismo tiempo se soltaba un poco la corbata. Una vez tuvieron las cosas que usarían, se dieron al trabajo de cocinar conversando alegremente, mientras Zen iba por su segunda cerveza y volvía a tirarse en el sofá. Una vez estaba todo ya cocinándose, Yokozawa le sugirió a Hiyori que aprovechara de ir a darse una ducha, pues la veía un tanto cansada y quizás le daría sueño durante la cena, a lo que ésta asintió y le dejó a cargo de lo que se estaba cocinando, mientras ella salía corriendo a buscar sus cosas y entraba al baño. En cuanto la niña cerró la puerta de éste, Zen se levantó del sofá y se fue a la cocina; mientras tiraba las latas de cerveza al cubo del reciclaje, con el brazo libre rodeaba la cintura de Yokozawa, quien al darse cuenta lo miró, aprovechando esto Zen para darle en los labios un beso lento y suave, el que fue correspondido junto con un sonrojo del moreno, mientras le susurraba que no hiciera esas cosas cuando Hiyo andaba por ahí, teniendo por respuesta otro beso suave y luego, posicionándose Zen detrás de Takafumi, al que tenía aún agarrado de la cintura, pegar su cadera al trasero de éste, mientras le daba un pequeño y suave mordisco en el cuello, y luego lamer su nuca, haciendo que el pobre se sonrojara más todavía, para después, como si nada, hacer su parte en alistar la mesa para cenar.

Minutos después salía Hiyori del cuarto de baño cambiada de ropa y secándose el cabello; Yokozawa estaba ocupado terminando de preparar la ensalada, mientras se daba vuelta para que la niña no lo viera sonrojado, por lo que Zen se levantó de la silla donde estaba y buscó el secador de pelo para ayudar a su hija con esto; le ayudó a peinarse dejándole el largo cabello suelto ordenado en la espalda, y una vez listos con eso, Takafumi sirvió los platos. La cena transcurrió en total calma, con elogios para ambos cocineros y conversaciones amenas entre todos. Cuando ya estaban en el postre, un bavarois de té matcha, el preferido de Hiyori, ésta ya se encontraba cabeceando de sueño, manteniéndose firme a duras penas, aunque no por eso dejaba de tomar su apetecido postre, por lo que Yokozawa le dijo que no se preocupara por levantar la mesa pues él se encargaría, pero que antes de eso le arreglaría el cabello para dormir. La verdad, a esas alturas, Hiyori no estaba consciente, así que rápidamente Yokozawa tomó un par de elásticos para el pelo que tenía la niña de reserva en un pocillo de la cocina, y le hizo un par de trenzas sueltas a ambos lados de la cabeza, para después Zen llevarla cargando a su cuarto, hablando con él, pero ya dormida. Mientras Kirishima se demoraba en el cuarto de su hija, Yokozawa se ocupaba de lavar los platos y terminar de limpiar la cocina; una vez finalizó con eso, buscó algo en el bolsillo de su chaqueta y se dirigió al balcón, pero después de abrir la puerta, la cerró de inmediato sin haber salido, y, viendo que Sorata aún estaba en el sofá, lo despertó dándole una suave caricia, mientras le decía que fuera con Hiyori, pues ella ya se había ido a dormir, a lo que el gato, después de aceptar gustoso las caricias de su amigo humano, se fue corriendo a la habitación de la niña.

Luego de esto, se dio una conversación entre Kirishima y Yokozawa que, sin saberlo ellos, se transformaría en fundamental para sus vidas.


Continuará...


Una vez más, gracias a todos los que se han dado el tiempo de leer, espero que les siga gustando, y gracias a los que han votado ¡¡tengo estrellitas!!

Saludos a todos.


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