ESPECIAL TAKANO - RITSU

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LA HUIDA - PARTE 2


Una vez que cortó la llamada, revisó a toda prisa algo en su laptop, imprimió un par de papeles, buscó en uno de los cajones de la cocina y tomó una pequeña cartera que tenía guardada para una ocasión como esa, revisó si estaba todo el contenido que debía estar en orden, verificándolo a través de una pequeña listita adherida al interior, buscó su identificación en sus bolsillos y cuando la encontró, la puso dentro junto con los otros documentos, se colgó la cartera del cuello y la metió dentro de sus ropas; agarró sus llaves y su celular, al cual le apagó la función de GPS, y salió corriendo de su departamento y se fue al de al lado, tocando a la vez la puerta y el timbre con insistencia, de la misma manera estúpida que solía hacerlo su jefe cuando quería obligarlo a salir juntos en una cita.

En cuanto Takano abrió la puerta, Ritsu ingresó sin siquiera preguntar si podía ni pedir permiso. Éste lo miró enojado y triste a la vez, pero Ritsu tenía algo urgente que preguntarle y no tenía mucho tiempo, por lo que fue directo: – Takano-san ¿tú me amas? – Takano lo miró sorprendido por la pregunta, y con una mezcla de tristeza y amor le respondió – sí, te amo - ¿en serio me amas? ¿estás seguro de que no es otra cosa, realmente me amas Takano-san? – volvió a preguntar Ritsu - ¡por supuesto que estoy seguro! Pero a veces creo que ya no debería insistir en este sentimiento – contestó Takano con tristeza, recordando la llamada que había recibido el castaño al llegar a su piso – entonces vendrás conmigo – dijo Ritsu, y tomando a Takano de la mano lo arrastró dentro del departamento sin siquiera obedecer la norma básica de respeto japonesa de quitarse los zapatos, estaba demasiado apurado pues tenían el tiempo en contra; Takano iba a reclamarle, pero Ritsu le interrumpió diciendo apresuradamente – tenemos que apurarnos, debemos salir ahora Takano-san, necesito que lleves tu pasaporte y tu carro ¿Dónde están las llaves de tu carro? ¡¿Takano-san, me estas escuchando?! – Takano le miraba sin entender que estaba sucediendo, pero Ritsu lo sacó del trance gritándole - ¡Takano-san, tenemos que irnos ahora! ¡busca tu pasaporte y las llaves de tu carro ya! ¡tenemos una hora para llegar al aeropuerto, apresúrate! – Takano le miró sin entender, pero hizo lo que el castaño demandaba, así que fue al escritorio y sacó su pasaporte nuevo que la empresa le había gestionado un par de semanas antes sin explicar por qué, pues el que tenía aún estaba vigente, y volvió a la sala, en donde Ritsu tenía ya su chaqueta en la mano, y éste, cuando le vio volver, le quitó el pasaporte de las manos y lo guardó junto con las otras cosas que llevaba en la cartera, le entregó la chaqueta ordenándole que se la pusiera y volvió a preguntar por las llaves del carro, Takano las tomó y se las mostró, a lo que Ritsu solo respondió – bien, nos vamos – y lo volvió a tomar de la mano y lo arrastró fuera, apurándole para que se pusiera los zapatos y salieran del departamento.

Salieron al pasillo, y cuando estaban por llegar al ascensor, éste se activó y empezó a subir desde la planta baja; Ritsu miró la hora en su celular, y poniendo cara de espanto, apretó la mano de Takano y comenzó a arrastrarlo rápidamente hacia las escaleras; Takano reclamó que por qué razón quería bajar por las escaleras siendo que el ascensor ya venía, a lo que Ritsu le contestó con una mirada afligida - ¡tenemos que bajar por las escaleras, si esperamos a que llegue el ascensor todo estará perdido! ¿quieres perderme Takano-san? – a lo que Takano respondió negativamente y se dejó llevar por Ritsu.

Bajaban a toda prisa por las escaleras; en el piso diez, Takano tuvo que ponerse sus anteojos, los que por suerte había puesto en el bolsillo de su chaqueta al salir, pues con su miopía y la mala iluminación, los escalones se le hacían borrosos y en más de una ocasión había resbalado; Ritsu iba adelante, prácticamente corriendo, y cada cierto tramo se paraba a mirar hacia abajo y hacia arriba, mientras esperaba a Takano. En el piso seis, la curiosidad se reavivó en Takano, y mientras bajaban trataba de preguntar que estaba ocurriendo, pero Ritsu siempre lo callaba con un simple chisteo, y ya cansado de eso, Takano se paró en mitad de la escalera y llamó con voz fuerte - ¡Onodera! ¡explícame que mierda pasa! - ¡¡¡ssshhhhttt!!! ¡Takano-san, cállate por favor! – siseó Ritsu desesperado, y volviendo a subir hasta dónde venía Takano, sin mediar palabras, lo abrazó por el cuello y lo besó en los labios, para en seguida juntar sus frentes, y mirándolo a los ojos le dijo en un susurro – por favor, confía en mí, si no quieres que nos separen, debemos correr y salir de aquí lo más rápido posible y sin que nadie nos vea, cuando estemos a salvo te explicaré todo, pero ahora por favor, guarda silencio y muévete – Takano asintió preocupado, y siguieron bajando a toda prisa y en silencio hasta llegar al estacionamiento.

Una vez llegaron a la planta de estacionamiento, Ritsu abrió la puerta con mucha cautela, y mirando hacia todos lados, salió medio agachado hasta refugiarse en el vehículo más cercano, Takano le siguió, y cuando se aseguraron de que no había nadie en todo el lugar, corrieron al carro del pelinegro, y subiendo rápidamente, salieron del edificio. Ya en la carretera, Ritsu le insistía en que acelerara, urgiéndole en que debían llegar cuanto antes al aeropuerto, y gracias al cielo había muy poco tráfico, por lo que llegaron muy rápido. En el camino, Ritsu le había pedido su celular a Takano, con el cual envió un correo e hizo una llamada que a Takano le pareció extraña, pues todo lo que dijo Ritsu cuando le contestaron fue – soy yo... ha pasado, estamos saliendo, por favor haga lo que habíamos acordado... sí... gracias... está bien... muchas gracias... adiós – para luego cortar y apagar el GPS del móvil.

Después de aparcar el vehículo en el estacionamiento de terminal aéreo, Ritsu volvió a tomar la mano de Takano y lo obligó a correr adentro; llegaron a un sector de casilleros, y una vez allí, Ritsu sacó una tarjeta y abrió uno, de donde sacó un pequeño bolso de mano, se lo pasó a Takano para que lo sostuviera, y le pidió que dejara todo lo metálico dentro del casillero, él hizo lo mismo además de apagar su celular y dejarlo dentro junto con las llaves de ambos y un par de estiletes que llevaba Takano encima, además de sacar otro celular que Takano no le había visto. Una vez hecho esto, cerraron el casillero y Ritsu volvió a guardar la tarjeta dentro de su cartera, tomó la mano de Takano y volvieron a correr.

Takano a esas alturas estaba completamente impresionado con la actitud de su amado, nunca lo había visto actuar de esa manera, parecía tener todo preparado y haberlo ensayado mucho para no equivocarse. Corriendo llegaron a extranjería, donde Ritsu entregó los papeles de ambos, y como ya eran los últimos, el trámite no demoró nada; estando todo el papeleo listo, volvieron a correr hasta llegar a la puerta de embarque, donde Ritsu entregó los pasajes y al chequear que estaban en orden, les dejaron pasar al avión, el cual estaba a punto de partir; la azafata les indicó sus asientos, donde se acomodaron rápidamente, dejando el pequeño bolso en el compartimiento sobre sus asientos, se abrocharon los cinturones, ya a estas alturas jadeando de cansancio, y por fin el vuelo despegó. Cuando ya estaban un buen rato en vuelo, Takano quiso saber que estaba pasando y hacia donde iban, pero al mirar a Ritsu, éste se había quedado dormido. 


Continuará...

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Primero que nada quiero hacer un descargo, y es que con los problemas que tuvo la página de Wattpad esta semana no pude leer ninguna de las notificaciones, y eso me tuvo de un humor de perros, sabía que habían escrito y no podía leer sus mensajes, ¡no me dejó entrar en toda la semana!

Pero ahora sí, muchas gracias a todos por darse el tiempo de leer este relato, y por sus votos y sus comentarios.

¡¡Gracias a todos!!

Saludos.

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