13ava Parte

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Anteriormente...


En realidad, todos estaban más que impresionados en este punto, primero por enterarse de esta manera de que tenían un familiar que estaba en una relación homosexual, y segundo, por saber que la curiosidad de la señora Kirishima tenía límites bastante excéntricos.

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El primero en reaccionar fue Seitaro; él realmente no tenía nada que pensar, si su hermano era feliz, y se veía que lo era, entonces él no tenía de qué preocuparse, que total, le había visto y escuchado ideas más raras a Zen; ante todo, lo único que quería ahora era conocer al tipo ese por el que su hermano estaba vuelto loco, y si la conversación en la que Zen lo nombraba era cierta, lo más probable era que ese tipo le caería muy bien, pues se veía como alguien serio y responsable, y además cocinaba, lo que le agradaba de partida; y no es como si fuera la primera vez que veía una pareja así, a su restaurante iban varias, una en especial le agradaba mucho, eran asiduos comensales de larga data, que se solían juntar allí desde hacía mucho tiempo, prácticamente desde que abrió el local; uno de ellos se notaba que era profesor, pues seguido lo veía llegar con muchos libros y trabajaba más de lo que consumía, un tipo parco de pocas palabras, y su pareja era un chico alto muy amable, con el que solía conversar más a menudo, enterándose con el tiempo que era residente de medicina infantil en un hospital cercano, y que en más de una ocasión revisó a sus hijos sin pedir nada a cambio; en fin de cuentas, ambos le caían bien, por lo que haciendo una revisión rápida de su propia personalidad, realmente no tenía nada en contra de ese tipo de relaciones. Miró a su esposa Aiko, y ni siquiera tuvo que preguntar, después de todo solían terminar pensando igual; pero antes tendría que terminar un asunto con Risako.

En realidad, Aiko estaba encantada con lo que alcanzaba a ver de Yokozawa, después de todo, con tantos años trabajando en arquitectura, se había topado con muchos artistas y diseñadores de interiores homo, o que aparentaban serlo, y el novio de su cuñado era uno de los pocos homos que veía que no se comportaba como una loca plumífera histérica, lo que realmente agradecía, además de que quería ver en persona ese trasero, cosa que no diría en voz alta frente a su esposo, pero que se veía que estaba bastante bien, considerando que los hombres de la familia Kirishima eran un tanto... "pobres" en ese aspecto, y su concuñado era más bien "discreto"; después de todo, ella conoció a Zen poco antes de la partida de Sakura, y vio cómo ese hombre se deshizo de dolor al perderla, y al estar viviendo más cerca en ese tiempo de la familia Kirishima, le tocó ver durante varios años los esfuerzos de Zen por salir adelante, y como nada lograba quitar ese dolor de su mirada; pero ahora Zen estaba radiante, se veía feliz por completo, y si ese hombre era el causante de esa felicidad, ella le daría a ambos todo su apoyo.

Un hecho interrumpió los pensamientos de todos, y los preocupó bastante: después de un rato de haber terminado de ver el video junto a todos sus familiares cercanos, Hiyori se había quedado muda e inerte en el lugar donde se encontraba sentada en el suelo; por un momento parecía que apenas respiraba, pero cuando su abuela quiso hablarle, Hiyo se levantó y como alma que lleva el diablo, se fue corriendo y se encerró en el baño. Hanami-san quiso seguirla, pero su esposo la detuvo diciéndole que la dejara un rato sola, que debía digerir esto tranquila; sin embargo, su prima más pequeña la siguió, y cuando tocó la puerta llamándola, Hiyo le dijo que se fuera, pero la niña le contestó que no, que ella la quería mucho y al tío Zen también, y si el tío era feliz con ese hombre, entonces también lo iba a querer a él, y que a ella jamás la iba a dejar sola y la iba a esperar ahí afuera hasta que saliera, así se tardara toda la noche y el día siguiente en salir, recibiendo por toda respuesta un "está bien". Al rato se acercaron los hermanos mayores de la pequeña hija de Seitaro, ambos gemelos, y se sentaron a esperar junto a su hermana; eran tan idénticos que hasta pensaban igual en muchas ocasiones, y esta vez no era la excepción, así que sólo tomaron las manitos de su hermana y se sentaron a esperar por Hiyo.

Shinichi-san estaba un tanto contrariado; ese video que acababan de ver contenía demasiada información, para la que él no estaba del todo preparado; si bien era cierto, como abogado había tenido que abrir su mente a la fuerza, pues nunca se sabía con qué cosas se podría topar en un juicio, en honor a la verdad, el enterarse de que Zen estaba en ese tipo de relación fue un balde de agua fría, sobre todo considerando que él había conocido a su actual cuñado cuando éste era su kohai en el equipo de baloncesto en la universidad, y él y sus amigos solían utilizar a Zen como imán para atraer a las chicas a los entrenamientos, partidos y salidas varias; y el que ahora, ese mismo chico, ahora todo un hombre, estuviera enamorado de otro hombre, era por demás chocante; si al menos el tipo con el que estaba Zen fuera más "femenino", quizás le sería más fácil de entender, pero ver a ese tal Yokozawa, tan alto y corpulento como su cuñado, y con un carácter tan recio, pues... era difícil de digerir. Si lo pensaba un poco, y trataba de mirar las cosas desde otra perspectiva, entendía un poco la postura del novio de su cuñado de no querer ventilar su relación - "rayos" pensaba, decir: "el novio de mi cuñado" era raro hasta para pensarlo - después de todo, en su ya larga carrera de abogado había visto no pocas veces a familias romperse por encontrarse con que uno de sus integrantes era homo; y antes de eso, en sus inicios como asistente de fiscal, le había tocado en más de una ocasión ver crímenes protagonizados por personas que habían sido descubiertas en relaciones de ese tipo por sus cercanos, o que motivados por los celos o la incomprensión, habían tenido un amargo y trágico fin; y él no quería eso para Zen; él, como hijo único, había encontrado en ese chico risueño y bromista al hermano que siempre quiso; lo había visto cuando se casó con Sakura, tan feliz que parecía brillar con luz propia, que verlo ahora abrazando y besando a un hombre, era tan contradictorio que le daba un poco vueltas el estómago; tenía que reconocer que sí, Zen se veía feliz con ese tipo, y eso era un punto a favor de Yokozawa, pero a su punto de vista éste seguía siendo demasiado... ¿"macho"?; sin embargo, le conmovía el cariño y la preocupación que parecía demostrar ese tipo por su sobrina, y ver en ese video cómo la trataba y la cuidaba era algo que no se veía muy a menudo, pues por lo general, las nuevas parejas no solían tenerle tanto cariño a los hijos ajenos; él lo había visto muchas veces, hombres a los que sus nuevas mujeres les pedían que enviaran a los hijos de matrimonios anteriores con la madre u otros parientes o a internados porque no se llevaban bien con ellos o de plano no los querían cerca, y hombres que les hacían escoger a sus novias entre ellos y los hijos de su anterior relación, porque les recordaban que ellas ya estaban "usadas"; pensamientos arcaicos, decía en su fuero interno; pero ahora, ¿qué tenía que pensar?, no lo sabía con certeza, así que miró a su esposa y a sus hijos y sopesó de nuevo los hechos: Zen estaba en una relación homo, por dos años ya, y se veía más feliz que en los últimos ocho o nueve años anteriores, eso era una gran cosa; luego pensó en su esposa, y sobre todo en una conversación que tuvieron poco después de conocerse, gracias a Zen precisamente, donde ella le había contado muchas cosas de su hermano menor y su relación con él; miró a su hijo mayor Satoshi, y recordó como hacía poco más de seis meses se había enterado que uno de sus compañeros de clase con el que compartía bastante y eran amigos, intentó suicidarse porque estaba enamorado de otro chico del mismo grado de otro salón, y éste sólo se había burlado de él, y el cómo le había afectado este suceso a su hijo, dejándolo por varias semanas con una profunda tristeza, pues si bien gracias al cielo ese chico no murió, se trasladó a otro colegio y no lo había vuelto a ver en varios meses, pero al final habían vuelto a retomar su amistad; pero su hijo menor Akira, estaba con matrícula condicional en el colegio por participar en una pelea que se inició por molestar junto a sus amigos a un chico que era abiertamente homo, pero bastante rudo, de un grado superior, y aunque había hablado con él acerca de respeto y tolerancia, parecía ser que su hijo tenía una mentalidad más cerrada y tradicional; al final, decidió que la felicidad de su cuñado era lo más importante, pero sabía y le tranquilizaba que al menos él no tendría la última palabra.

Risako se había quedado helada...


Continuará...


Sí, ya sé, soy mala por dejarlo hasta ahí, pero es que ¡ya queda poco!.

Gracias a todas las personas que se han dado el tiempo de leer y comentar, son muy lindos, lindos, lindos.

Saludos a todos.


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