Capítulo 13

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La chica se acercó a mi, mirándome por completo.

–¿Cómo estas, Joel? –preguntó.

Abrí mis ojos con sorpresa, ¿cómo sabía mi nombre?

–¿Disculpa?

–No me respondiste.

–Pues estoy bien, por lo menos eso fue lo que dijo el doctor.

–Me alegró muchísimo –se acercó aún más y dio un leve apretón a mi mano.

–Pues..., gracias –sacudí mi brazo soltando su agarre.

Sentí una fuerte presión al momento de soltarla, como si aquello me hubiese hecho daño. Ella me miro nerviosa, y sólo bajo la mirada, suponía que se sintió mal por mi reciente reacción.

–Lo siento, pero..., ¿podrías dejarnos solos un momento? Necesito hablar algo de suma importancia con Charlie.

La chica se miro decepcionada, y algo dolida. Pero término por salir de la habitación, y lo único que obtuve fue una mirada de desaprobación por parte de Charlie.

–¿Enserio? –me miro–. ¡La hiciste sentir mal!

–¿Porqué haces esto? –pregunté esperando una respuesta–. Sólo quieres verme mal, ¿no?

Solté una risa amarga.

–Sabes que me duele no poder recordar, más sin embargo te tomas la libertad de traer a una chica que al parecer ya conocía antes. ¿Ella lo sabe?

–No.

–¡Grandísimo idiota! –gruñí–. ¿Ahora que haré? No es como que sea algo fácil de fingir.

–Pensé que te agradaría verla.

–Pues pensaste mal, ahora a ver como me ayudas a arreglarlo.

Él asintió y camino hacia la puerta en busca de la chica.

Ahora mismo tenía un gran dolor de cabeza, en que momento se le había cruzado la grandiosa idea de traerla.

–De verdad, puedo irme sola, no pasa nada –escuché como la chica decía mientras se adentraba a la habitación junto a Charlie–. Después de todo, sólo vine a ver como estaba. Comprobando que se encuentra bien, puedo irme.

Dio una sonrisa que más bien pareció una mueca. Me miro por unos segundos y después desvió la mirada.

–Tan siquiera quédate un rato más, sólo un poco –pidió mi amigo intentando arreglar lo que había provocado.

–No lo se, Charlie.

Se miraba pensativa, sin saber si quedarse o no. Aunque por mis dentros esperaba a que su respuesta fuese un 'no, no puedo quedarme'.

–Por favor –repitió.

–¡Bien! –dijo totalmente rendida.

Quise desaparecer en aquel momento.
¿Cómo haría para simular que la conocía? ¡Diablos! Esto es demasiado para mi.

Sólo miraba la puerta de la habitación, ni siquiera les prestaba atención. No tenía interés en ello, ahora mismo estaba realmente enfadado con Charlie como para ponerme a charlar.

–Me gusta tu cabello –lo escuche decir un cumplido a la chica.

–Oh, Uhm... ¿Gracias?

Soltó una risita nerviosa.

Rodé mis ojos al instante, no había momento en que el chico dejara de ligar.

–Charlie –interrumpí su entretenida plática–. ¿Podrías traerme gel para las manos?

Él chico me miro sin comprender.

–¿Gel? ¿Para manos? Tú para que ocupas eso –soltó una risa.

–¿Puedes o no? Porqué bien puedo ir yo mismo –hice como si me fuese a levantar y él sólo se paró rápidamente impidiendo el que siguiera.

–¡No! –gritó–. Yo puedo ir, no tardo.

Dio una rápida mirada a la chica antes de salir de la habitación. El silencio se hizo presente, lo que más odiaba.

–¿Te sientes bien, Joel? –preguntó la chica.

–Si –confirmé–. ¿Porqué la pregunta?

–Estas algo raro –comentó–. La última vez que nos vimos hablamos por un buen rato. Ahora parece como si estuvieses viendo a una desconocida.

Ay, niña. Si supieras que es así.

–Lo siento –me disculpé–. Suelo ponerme así en ocasiones, una más sincera disculpa.

–Pensé que había comenzado a caerte mal.

Solté una carcajada, intentando sonar lo más creíble posible.

–¿Estas loca? Como puedes pensar eso, es totalmente falso –reí.

–Como dije antes, sólo lo pensé.

–Pues no es así –hablé–. Pero no hay porque pensar en eso, ¿cierto?

–Si, olvídalo –hizo un gesto extraño con sus manos–. Sólo son cosas mías, no me hagas mucho caso.

Se acomodó bien en el asiento, juntando sus piernas. Por alguna extraña razón, no había dejado de mirarla y la verdad, no me apetecía dejar de hacerlo.

El sonido de un celular comenzó a inundar la habitación. Ella se levanto del asiento y pude ver como sacaba el móvil de alguna parte, pues mi vista seguía sin volver a la normalidad.

–Ay, no –la escuché susurrar.

–¿Pasa algo? –me atreví a preguntar.

–Y-yo... Joel tengo que irme, nos vemos luego, ¿si?

Se acercó a mi y depósito un beso en mi frente, causando un escalofrío en mi cuerpo, ¿porqué lo había hecho?

Salió corriendo de la habitación dejándome completamente confundido.

–Acá está tu... ¿Dónde esta? –pude observar la figura de mi amigo, sostenía una cosa extraña en su mano.

La dejo sobre el buró y miro hacia el baño de la habitación.

–¿Qué hiciste, Joel?

–¿Porqué tomas por hecho el que fui el culpable?

–Te conozco, esa es razón suficiente.

Volvió a tomar asiento, pero no toco el tema de nuevo, simplemente lo dejo pasar.

Aunque aún estaba extrañado por la repentina ida de la chica.




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¿Será que el siguiente capítulo lo narra la chica?

¡Que tengan un lindo día!😚💙

24 horas |Joel Pimentel #PromiseAwards17Donde viven las historias. Descúbrelo ahora