Capítulo 3

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La noche llegó con rapidez, y me vi obligado a bajar, pues la cena estaba lista y mi madre estaba esperándome.

–Huele delicioso –comenté sonriente.

–Y sabe aún mejor de lo que huele.

–Seguramente es así, no te lo discuto.

Tomé el tenedor y lleve el primer bocado a mi boca, saboreé aquel torso de carne por un momento.

–¿Y bien?

–Si, tenías razón –reí y ella lo hizo de igual forma.

Se sentó frente a mi y colocó su plato en la mesa, ambos comenzamos a comer en silenció, lo cual era demasiado extraño.

–¿Vas a decirme que te pasó? –colocó los codos sobre la mesa y junto sus manos apoyando su barbilla sobre estas.

–¿De qué? –me hice el desentendido.

–Joel, sabes que tienes que decírmelo, ¿cierto?

–En realidad, no –llevé otro bocado hasta mi boca. Mi madre se veía algo sorprendida por mi recién respuesta, pero era verdad.

–Siempre me cuentas todo...

–Ahora prefiero guardarme esto para mi mismo, de igual forma lo vendré olvidando y no importara –admití encogiéndome de hombros.

–Joel...

–No pasa nada, madre. Ya es costumbre.

[...]

Tallé mis ojos con el torso de mi mano. La luz entraba por la ventana, y molestaba mi vista.

El reloj marcaba que pronto serían las diez de la mañana. Estire mis brazos y solté un bostezo, sentía como si no hubiese dormido en toda la noche, y seguramente fue así.

Unos leves toques en la puerta, me hicieron volver a la realidad.

–¿Se puede? –murmuró detrás de la puerta.

–Si, ma.

Ella entro a la habitación a pasos lentos, en su mano sostenía un celular.

–Te levantaste más temprano que de costumbre –ella soltó una risita.

–Ah, ¿si?

Asintió y se sentó al borde de la cama, la mire fijamente sin saber el motivo por el cual estaba en mi habitación. No me molestaba en lo absoluto, pero sin embargo, me sentía de forma extraña.

–Joel –comenzó–. Sabes el problema que poses, ¿cierto?

Asentí.

–¿Sabes quien es Charlie? –asentí nuevamente.

–Oh –suspiró–. Menos mal, está todo bien.

–¿De que hablas?

–Necesito que escuches con atención, mi bebe.

¿Mi madre diciendo "mi bebe"? ¿Ahora que pasaba?

–Claro, soy todo oídos.

–Bien... –escuché como dio una fuerte respiración y prosiguió a continuar–. ¿Qué es lo último que recuerdas?

–Uhm... –rasqué mi nuca–. El ir saliendo del instituto con Charlie, después pasamos a su casa y estuvimos jugando unos videojuegos.

–Lo has cambiado –hizo una mueca–. Por todo un mes, dijiste que lo último que recordabas, era estar en tu fiesta de cumpleaños número diecisiete.

–¿Qué?

–No pasó nada de eso, y no puedo ayudarte el día de hoy, gracias a que te negaste a darme explicaciones –resopló molesta–. Sabes que no lo hago a propósito, simplemente tengo que saber lo que haces para poder ayudarte.

–¿No te lo dije? –negó.

Mi pecho comenzó a doler y fije mi vista en mi cuerpo, notando los moretones recientes.

–¿Qué me ha pasado?

–No lo se, omitiste esa parte –rodé los ojos y golpe mi frente, pero que idiota.

–Lo siento –me disculpé.

–Tranquilo cariño, no pasa nada, sólo intentó ayudare, recuérdalo.

Di un leve movimiento de cabeza y ella me regaló una sonrisa antes de salir de mi habitación. ¿Porqué no le había contado lo que sucedió? Odio no poder recordar nada, joder.

Tome mi móvil y marque el número de Charlie, necesitaba hablar con el, tal ves sabía algo.

Pasaron uno, dos, tres, y hasta cuatro tonos, y jamás contesto. ¿Para que querían los celulares si no iban a tomar las llamadas? Siempre me pregunto eso. Devolví el móvil en donde segundos antes estaba, conecte el cargador y la pantalla se ilumino, indicando el por ciento de batería que tenía, 33% .

Me levanté de la cama y fui directamente hacia el baño, después de hacer mis necesidades, me dirigí hacia el lavabo, coloque jabón sobre mis manos y comencé a tallarlas, para después pasarlas por debajo del agua, eliminando el rastro de jabón.

–¿Dónde deje mi cepillo? –hablé para mi mismo. No podía recordar en que lugar lo había dejado y necesitaba cepillar mis dientes, pues sentía que tenía mal olor, y aunque nadie más que mi madre, pudiera percibirlo, lo hice por higiene.

Gruñí completamente enfadado conmigo mismo, abrí el primer cajón y tuve que sacar uno de los nuevos. Coloque la pasta dental sobre el, y lo lleve hasta mi boca.

Escuche como mi celular comenzó a sonar y aún con el cepillo en la boca, corrí hasta tomarlo.

-¿Hola?

La línea se quedo en total silenció.

-¿Hay alguien al teléfono?

Y otra vez el silenció.

-¡Estoy harto de sus malditas bromas!

Grite antes de colgar, seguramente era algún chico intentando burlase de mi condición, y eso no lo aceptaba, ¿cómo alguien podría ser tan malo para jugar con una cosa así?

Mi celular volvió a vibrar, esta vez no para una llamada, precisamente. Fue más bien un mensaje, del mismo número.

Hola, disculpa si te moleste, o te llame en un mal momento. Pero quería saber como estabas y agradecerte una vez más por lo que has hecho. Tal ves te preguntes como conseguí tu número, y la respuesta es simple; Charlie. En fin, gracias, espero puedas devolverme la llama, pasa un lindo día Xx(:

Mire extrañado aquel mensaje, sin comprender de lo que hablaba. ¿Lo que hice? ¿Charlie le dio mi número? Pero que mierda está pasando. Mi cabeza está por explotar, seguía sin saber lo que pasaba, sólo releía el mensaje, una y otra vez, sin saber su significado.

Tenía que hablar con Charlie, sin duda.





¡Espero les haya gustado!
Acá otro capítulo, porque... Pues porque no pude dormir y decidí escribir otro capítulo más.

Tardare una semana en subir, lo más probable. Pues tienen razón, y necesito informarme más sobre este tema, pero sólo hay un caso registrado, por lo cual no hay mucha información.

En fin...
Que tengan un lindo día💙❤️

24 horas |Joel Pimentel #PromiseAwards17Donde viven las historias. Descúbrelo ahora