Capítulo 15

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Abrí la puerta con cuidado, no quería despertarlo, en todo caso que estuviese dormido.

Él estaba sentado, con la cabeza hacia atrás topando con el respaldo. Charlie me había avisado que llegaría un poco tarde pues lo habían mandado a detención, pero eso sólo constaba de una hora o menos dependiendo de su compartamiento.

–Oh, estas despierto –reí–. ¿Cómo sigues?

Él dio un pequeño salto sobre la cama, lo había tomado por sorpresa y sólo provoque que se asustara.

–Lo siento...

–Tu eres Sam, ¿no?

Asentí con confusión, ahora que le pasaba al chico.

–¿Estas bien?

Él asintió mirándome fijamente.

–La medicina me daña un poco, ya sabes –comentó.

Algo escondía, se le notaba en la voz. Pero termine por creer su versión, así que lo deje así.

–¿Puedo sentarme acá? –señale una silla que estaba a tan sólo metros de él. Simplemente asintió, así que camine hacia la silla y tome asiento en ella.

Todo se posó en un silencio terrible, no sabía si era gracias a mi llegada. Pues tal vez él no tenía ganas de visitas, y ahora era donde me había arrepentido de venir acá sin avisarle a Joel, ¿porqué le dije a Charlie y no a la persona a la cual iba a ver?

Él cerró los ojos, se le notaba cansado. Observe su rostro por un ligero momento, su semblante seguía serio, relajado, y eso sólo lo hacia verse más guapo. Me acomode bien en la silla, era un poco incómoda pero valía la pena con tal de estar cerca de él. Era un sentimiento totalmente nuevo para mi y temía, temía de no ser correspondida, de darlo todo a cambio de nada.

Su boca se abrió ligeramente y pequeños ronquidos comenzaron a escucharse por la habitación. Sonreí con ternura, se veía demasiado tierno.

La puerta se abrió y pude observar como Charlie se adentraba a la habitación. Posé mi dedo índice sobre mis labios y negué con la cabeza, dándole a entender que no hiciera ruido.

–Lo siento –murmuró.

Se sentó en el sillón que estaba detrás, era de mala educación dar la espalda, pero no quería moverme.

Mi celular vibró y no tarde en sacarlo de mi bolsillo. Era un mensaje, rodé los ojos al ver quien lo había mandado; Charlie.

Me gire un poco sobre el asiento y lo mire mal.

Él volvió la vista a su aparato y mi celular volvió a vibrar.

Simplemente lo apagué, intentaba sacarme plática a través del aparato. Y sólo provocaría que me diera un dolor de cabeza.

–¿Charlie? –escuché como susurró.

Eleve la mirada y lo observe, él talló sus ojos y soltó un bostezo.

–No avisaste que vendrías –dijo adormilado, posó su vista en mi y me dio una sonrisa–. Perdón por quedarme dormido, estaba algo cansado.

Sonreí con ternura, no tenía porque pedir perdón.

–No pasa nada –contesté.

Charlie se levanto y camino hacia la camilla, sentándose al borde.

–¿Cómo estas, hermano?

–Bien –rasco su nuca–. Supongo...

Ellos comenzaron a hablar, había un par de cosas que no entendía así que sólo me aleje un poco de ellos, dándoles espacio.

Saqué mi celular y lo encendí, por lo menos esperaba a que el aparato lograra distraerme.

La pantalla se ilumino y un montón de notificaciones llenaron el inicio. Trague saliva al ver la cantidad de mensajes que tenía de mi hermano, estaba muerta.

¿Qué haría ahora? Mis padres llegaban hasta la noche, y si me iba ahora lo más probable es que me gane una buena golpiza.

–¿Estas bien?

Su dulce voz logro sacarme de mis pensamientos.

Eleve la cabeza viendo como ambos chicos sostenían la mirada fija en mi.

Mi cuerpo temblaba, recordando lo de la noche anterior, y no quería que se volviera a repetir.

–Si.

Me levanté del asiento para poder salir de la habitación. Dejando a ambos chicos completamente confundidos por mi reacción.

Una señora colocaba un par de papeles justo al lado de la puerta. Parecían ser algunos expedientes de Joel, o algo así.

Al ver como se iba, me acerque a pasos lentos, observando con detenimiento las hojas de papel.

Sentí como mis piernas flaquearon al terminar de leer el contenido.

No podía ser cierto.

24 horas |Joel Pimentel #PromiseAwards17Donde viven las historias. Descúbrelo ahora