¡¿Tumor cerebral?!
Esto debía ser una jodida broma, él no podía tener aquello.Mi corazón comenzó a latir con fuerza, y no era capaz de pronunciar palabra alguna.
–¿Sam? –escuche como me llamaban por mi nombre. Levemente di la vuelta encontrándome con un par de ojos brillantes.
–Y-yo... –mi voz se cortó a causa de un ligero sollozo que salió de mi boca. Aún no daba crédito a aquello. Charlie se acercó a mi dando pasos lentos.
–¡Hey! ¿Estas bien?, ¿qué pasa? –me miro con preocupación.
Señale los papeles que estaban junto a la puerta. Su rostro palideció al mirarlos y dio un brinco repentino.
–¡¿QUÉ?! –grito llevando una mano a su pecho. Comenzó a mirar hacia ambos lados, sin saber con quien acudir.
Una enfermera iba pasando por la habitación, y aprovechando aquello, él chico se acercó casi volando.
–Mi amigo... –señalo la habitación donde estaba Joel–. ¿Qué mierda está pasando? ¡Porqué nadie había acudido conmigo!
Su voz se cortó, se notaba que estaba apunto del llanto, y que decir, yo estaba igual.
La enfermera abrió sus ojos al par, y miro detalladamente los papeles.
–¡Oh! Acá están –suspiro–. Lamento mucho el mal entendido, mi compañera se equivocó al colocar los papeles, y me ha mandado con los correctos.
Mire de reojo a Charlie quien se puso de cuclillas en el suelo, tapando su rostro. Aquello había sido un susto enorme, aún más para él.
Sin pensármelo dos veces entre a la habitación. Ahí estaba él, con los ojos ligeramente cerrados, intentando no quedarse dormido.
Corrí hacia él tomándolo por sorpresa, e hice lo que más quería en ese momento, abrazarlo.
–Me asustaste muchísimo –susurré con mi cabeza sobre su pecho. Mi cuerpo estaba ligeramente inclinado hacia la camilla, pero sin llegar a estar sobre ella.
–Sam –lo escuche reír–. ¿Y porqué tanto amor?
Sentí su mano acariciar mi cabellera, y por fin pude estar tranquila, sabiendo que nada malo iba a pasarle.
–Te quiero, Joel –salió en un pequeño susurro de mis labios.
–Y yo a tí, Sam.
Se movió un poco, depositando un pequeño beso sobre mi cabello, y así siguió acariciándolo por un rato.
–Pero dime, ¿que ha pasado?
Me separe lentamente de él sólo para mirarlo. Se notaba pensativo y me negaba a la idea de contárselo, pues no tenía caso, después de todo había sido una confusión y él estaba bien, nada malo le había pasado.
–No pasó nada –reí–. Sólo una leve confusión, pero ya está.
Él asintió aún no muy convencido, pero término por aceptar el que no quería hablar de ello, así que prefirió mantenerse silencio.
Nos mantuvimos en silencio por unos segundos, simplemente haciendo un contacto visual que lograba estremecerte por completo.
–Se que esto es algo precipitado, y que aún no se hay la confianza suficiente, pero... Me preguntaba si t-tú, ¿si tú quisieras salir conmigo?
Mis mejillas se tornaron de un leve color rojizo. Había estado esperando este momento, sin embargo jamás se había dado la ocasión.
Su sonrisa estaba aún más amplia de lo que recordaba, sus ojos brillaban con un destello natural. Mordió su labio levemente en espera a mi respuesta.
–Si quiero... –me vi interrumpida gracias a que la puerta de la habitación se abrió y de ella entro Charlie.
Sus ojos estaban llorosos, y sus manos hechas puño.
–Tenemos que hablar –dijo seriamente, sin siquiera mirar a Joel, su vista iba dirigida hacia mi–. Hay algo que debes saber, Sam. Algo que Joel no te ha dicho.
–Basta –dijo el moreno de forma rápida–. No lo hagas, por favor.
–¿La harás sufrir con esto? ¡Mírala!
Me señalo con su dedo índice.
No entendía que era lo que estaba pasando.
–Si ella en verdad se preocupa por ti y te quiere, te aceptara tal y como eres, Joel.
Aquello último ya estaba comenzado a precuparme. ¿De que estaban hablando?
Mi corazón se paró al escucharlo pronunciar las primeras palabras.
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24 horas |Joel Pimentel #PromiseAwards17
FanfictionCada mañana al despertar, veía su rostro. Preguntándome, ¿quien era aquella mujer? Ella sólo reía con ternura mientras se apegaba más a mi pecho. Intentaba alejarla de mi, ¿acaso estaba loca? Con cada empujón que daba, ella me acercaba más, como si...