Otra guerra santa se avecinaba y no podía des proteger a su amada Tierra, pero tenía que ser honesta, ya no tenía el poder ni la impetud de seguir con esto, no quería tampoco volver a ver a sus caballeros morir, no quería verlo a "él" sufrir de nue...
Kiki y Alabi se levantaron de sus asientos, caminaron despacio hasta la entrada del túnel que los llevaría hasta la arena del torneo, en silencio. Alabi de Acuario, el santo dorado guardián de la casa de la vasija preciosa, el sucesor de Hyoga de Acuario quien fue su maestro desde su llegada al santuario, poseedor de el cero absoluto,caballero de los hielos. Un joven callado y reservado, sin embargo muy querido por sus camaradas. No llevaba puesta su armadura por las reglas del torneo, sin embargo, la larga capa de su armadura la llevaba junto con su atuendo de entrenamiento. Por otro lado tenemos a Kiki, el actual caballero del templo del carnero blanco, discípulo del difunto Mu de Aries, heredero de todas sus técnicas y poder, considerado además como el herrero del santuario, quien llevaba además el peso de ser el primer protector del santuario.
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Tanto Kiki como Alabi se pusieron frente a frente al llegar a la arena de lucha, ambos tenían un semblante de tranquilidad, sin embargo al mirarse, ambos sonrieron y comenzó el choque entre el fuego y el hielo en el santuario de Athena.
La primera defensa del santuario siempre había sido el templo del carnero blanco, el rol del guardián de la primera casa, Aries, siempre había sido el más ingrato, pues es el primer caballero cuidador de este templo es quien siente la mayor presión, si la seguridad de su casa es impermeable entonces se pone en riesgo todo el santuario y por ende, Athena queda un peldaño más vulnerable. La presión que cargaba quien fuera el caballero protector del templo del carnero blanco era innegable, pues si un enemigo la atravesaba era total y completa responsabilidad de su guardián. Ariandel, la nueva Athena se dio cuenta de esto por lo mismo decidió aliviar el peso del caballero de Aries por lo que llevó a cabo la primera defensa del santuario, compartiendo así la responsabilidad en algo más que el guardián del templo del carnero blanco. La primera línea defensiva del santuario ya no era tan solo la casa de Aries.
Los santos de plata eran la primera línea defensiva del santuario, en la entrada de la casa de Aries se entabló un jardín con cúpulas donde descansaban los santos de plata quienes escoltaban el templo de Aries. Su deber era postergar la entrada de la primera casa por lo que las cúpulas contaban con vigilantes quienes se turnaban para custodiar la entrada a los 13 templos
- El señor Kiki está luchando contra el señor Alabi, esa debe ser una pelea impresionante, ¿no te parece Aymé?.- Un joven caballero portador de una armadura de plata le hablaba a la santa de Hydra, hermana del caballero dorado de acuario quien se media en duelo a Kiki. Aymé, quien había terminado su participación con honores en el torneo decidió tomar su puesto en la primera línea defensiva.
- Supongo que debe ser una buena batalla, y ambos darán lo mejor de si, sin embargo nuestro deber es custodiar la entrada al templo de Aries, especialmente mientras Kiki no está para custodiarla.- Contestó la santa tomando posición en la entrada del jardín delantero de Aries.
- No creo que tengas mucho trabajo hoy, deberíamos estar apreciando los duelos.- Contesto otro santo de plata apoyado en uno de los pilares del jardín.
