Athena.

P O S E I D O N

Athena miró por última vez su santuario antes de irse al templo marino, sintiendo un terrible presentimiento al dejarlo. ¿Sus caballeros quedarían bien sin ella? ¿El santuario estaría bien sin ella?. De todas maneras, precavida como siempre dejó a alguien quien protegiera la barrera que desplegó en el santuario. Suspiró preocupada, solo esperaba que su regreso todos estuvieran bien.

Maneen de piscis notó la preocupación de la castaña y por ende se permitió reconfortarla tomando su mano apretándola con cuidado. Ella levantó su cabeza y miró a su caballero cambiando su semblante preocupado a uno más ameno.

- Dentro de una hora estaremos en el templo marino, señorita Athena-. Le comentó Cástor quien iba sentado al lado de ella. - Al llegar probablemente algún general marino nos impida el paso, nosotros con Maneen la resguardaremos, ¿si?. De todas formas intentaremos evitar un combate innecesario para que usted pueda llegar a Julian Solo. . . el contenedor de Poseidón.

Athena asintió con la cabeza, había traído consigo a Cástor debido a la confianza que había logrado tenerle al santo de los gemelos. Si había alguien criterioso en el santuario ese era Cástor.

.-. S A N C T U A R Y -.-

Kiki seguía en el templo de Aries forjando las armas de libra, ya solo le quedaban 6 para terminar la tarea que se le encomendó. A pesar de todos los acontecimientos, al parecer todo estaba en calma dentro del santuario y aunque estuvieran en estado de guerra, todos parecían estar de buen animo.

Aldebaran se encontraba en su casa, ya se sentía mucho mejor , por lo que se dedicó a cuidar a sus hermanas quienes jugaban en la casa del Toro con Boss Taurus. No tenía tiempo para lamentarse por la pérdida de sus padres y de su pueblo. . . sus hermanas eran su responsabilidad y por ellas iba a seguir luchando. En el santuario Elena y Su estarían más seguras. . . o al menos allí podría protegerlas.

Mientras tanto en el coliseo, el torneo aún no se reanudaba, el patriarca le dio descanso a los santos tomando en consideración sus peleas y que de todas formas debían guardar energías por si una emergencia se presentaba. En las gradas vacías se encontraban Ishiro, disipulo de Dante y Kiba, disipulo de Aldebaran mirando el cielo, intentando relajarse un poco, pronto se reanudaría el torneo e Ishiro debía continuar peleando.

- Ishiro, ¿Qué haces aquí holgazaneando? ¿No deberías estar entrenando?.- La voz de su maestro llegó hasta sus oídos. Allí venía su maestro Dante portando su cloth de Escorpio junto con Duhr de Leo quien también poseía su cloth.

- El patriarca nos dio estas horas para poder descansar, no puedo entrenar.- Dijo el adolescente entrecerrando sus ojos al ver lo mal genio que andaba su maestro.

- Nos toca combatir Ishiro ¿Estás listo?.- Preguntó el siempre alegre caballero del León.

- Eso si va a estar difícil, amigo-. Se rió Kiba, todo el santuario conocía las habilidades temibles de Duhr de Leo.

- Ya se me ocurrirá como derrotarlo.- Susurró Ishiro, de pronto sus ojos se abrieron de golpe, mirando el cielo-. Si Athena no está. . . ¿Quién está sosteniendo la barrera?.- Preguntó él. Todos miraron hacía el cielo fijándose que la barrera estaba desplegada.

- Conozco un solo caballero que podría sostener la barrera de Athena.- Dijo Duhr mirando el cielo, el color dorado de la barrera llamaba la atención.

- Heze de virgo. . . -. Susurró Dante sorprendido, ¿no se suponía que Heze no estaba de acuerdo con el mandato de Ariandel?.

- El señor Heze está en la sala gemela.- Les informó Kiba

- ¿Cómo sabes eso?.- Le preguntó Ishiro.

- Cuando fui a ver a mi maestro Aldebaran, el me dijo "Heze esta meditando en la sala gemela"-. Comentó el aspirante a caballero imitando la voz de su maestro, cosa que le causo gracia a Dhur quien rió escandalosamente ante la imitación del joven aspirante.