Athena.

C O N V I C T I O N part1: Convicción dorada

Flash Back

"— Entonces Ariandel, ahora que ya te expliqué las reglas, ¿Qué jugaras?.- Cuestionó un entusiasmado pelinegro sentado en el suelo observando a la pequeña castaña de no más de 10 años quién estaba frente a él, sentada en el suelo observado atenta a las cartas que poseía entre sus manos. Su expresión reflejaba algo de confusión, al parecer tenía problemas con elegir su jugada.

Dante y Ariandel estaban frente a frente, sentados en el suelo de una habitación. La costumbre era que siempre, después de clases ellos se juntaban hacer deberes de escuela, pero también aprovechaban para jugar como cualquier niño y niña vecinos y amigos. Dante siempre le enseñaba a Ariandel algún nuevo juego con el que se obsesionaba y a pesar de que podía jugar con sus amigos, el siempre prefería jugar con ella.

"— Creo que jugaré esta carta. . . -. Dijo la pequeña castaña, decidida, colocando una carta en el centro del suelo que era el campo del juego.

"— Hey Ariandel, ¿No entendiste nada? Esa carta no podrá destruir a la mía.- Resopló el pelinegro.

"— Pero es bonita, a mi me gusta.- Le sostuvo la mirada, seria y decidida a ocupar esa carta.

"— Pero para ganar no importa que tu carta sea bonita o no. Debes realizar la mejor estrategia. Para vencer a un oponente difícil lo mejor siempre es pensarlo un poco más, defender, o juntas las cartas para potenciar su habilidad. Una buena estrategia puede derrotar a cualquier enemigo-. 

Fin del flashback

  Esas fueron los recuerdos que inundaron la mente de la castaña. Estaba de pie frente a un enorme ventanal, pensando, pensando.  .  . 

Debía volver al Santuario 

Eso lo sabía, pero sabía que algo malo estaba ocurriendo, es cierto, no sabía que, pero era malo. Había logrado tener la atención de Poseidon, sin embargo, tenía que aceptar su extraña propuesta. . . Y a su edad ¿Cuando ella iba pensar en casarse? hace un tiempo era una joven completamente normal, y ahora tenía el peso de la humanidad sobre sus hombros y además debía decidir si unirse en matrimonio con un Dios del Olimpo al que no conocía más allá del día que llevaba en las profundidades marinas.

Debía tomar una decisión, y rápido. 

Tal vez alejar sus emociones de si misma era una buena forma de tomar una decisión de manera correcta.

  —  Deberías pensar más como la Diosa de la guerra que como la simple joven que crees que eres.- Julian Solo la observó detenidamente, estaba frente a ella hace algunos instantes, más ella estaba tan sumergida en sus recuerdos que no lo notó. —  Creo que definitivamente te necesitan allá arriba.-  Susurró el peliazul haciendo referencia al Santuario. Ella giro su vista para toparse con esos profundos ojos azules que le exigían una respuesta.

  — Hace nada de tiempo, era una 'simple joven', como menciona joven Julian-. Habló ella sosteniéndole la mirada al Dios del Mar. —  Y no se mucho de que hacer o como pensar como una Diosa. Lo único que tengo claro. . . - Se giró nuevamente para ver por el enorme ventanal. —   Necesito  pensar con la cabeza fría, para poder salvarlos. . .  

  —  Para salvar a tus queridos caballeros, a tu querida Tierra, necesitas, primero, dejar de pensar como humana. Necesitas pensar como una reina, como alguien que tiene un enorme poder y responsabilidad.- El peliazul caminó hasta ella acercándose aún más. —  Necesitas convertirte en la Diosa de la Guerra, como lo que eres.