En las películas las mujeres heroínas necesitan de un amigo, un compañero, pero no un salvador.
Athena necesita a sus caballero, pero ella es su salvadora.
Su cabello castaño atado en una trenza se movió a la vez que levantaba sus brazos a cada uno de sus costados desplegando su báculo en forma horizontal formando un escudo.
La piel de su frente se juntaba en pequeñas capas que arrugaban su ceño. Sus ojos marrones brillaban intensamente y su cuerpo temblaba de ira.
— No puedo creer que la gran Athena esté de pie frente a mi. Te haz tardado, suplente.-—
Ni un cabello se le movió a Ariandel al escuchar las palabras de Ares, quién en su notoria incomodidad por la pelea con los santos, la miraba intensamente, con una sonrisa torcida, lleno de odio y ganas de acabar con ella.—Ath. . . Athena. . . -. Logró susurrar un agonizante Heze, en el piso, con su rostro cubierto del carmesí de su sangre, al menos conciente, no como Dabih y Alabi quienes acabaron unos metros después del santo de virgo, con los huesos evidentemente rotos.
Ares había quebrado con bestialidad los brazos de Dabih y Alabi para que no pudieran ejecutar sus técnicas tan molestas para él.—No hables, Heze. No gastes tu energía, luego tendremos tiempo de platicar agusto.- Esa voz no parecía ser la de la dulce Ariandel, aquella voz sonaba grave, dolida, autoritaria y llena de rabia. -Ares, sal de mi santuario, ahora.- Ordenó la castaña.
—. . . -Ares volvió a torcer sus labios formando una sonrisa burlona. -Intenta sacarme de aquí suplen. . . -Una sola estocada del báculo sagrado bastó para que Ares se retorciera de dolor tomando su estómago donde Athena lo había golpeado.
—Perfecto, te sacaré yo misma— . Dicho y hecho, un fuerte ardor entre las costillas y el estómago sintió Ares. Sus ojos incrédulos bajaron para saciar la curiosidad de saber que rayos le había provocado tremendo dolor y grande fue su sorpresa al notar el báculo de Athena que lo había golpeado ¿Qué es esto? ¿Esta. . . se ha atrevido a . . . golpearme? ¿Cómo es posible? Athena jamás acude a la violencia si no es a través de sus santos. . . Pensaba el Dios soportando a penas el temblor de sus piernas, dejando escapar unos hilos de sangre que brotaban por su boca.De un solo movimiento, la castaña volvió a mover su báculo, esta vez lo extendió hasta golpear la barbilla del Dios alzandolo logrando que se estrellara de cabeza contra en piso.
Es verdad que Athena no utilizaba la violencia a menos que le quedara como última opción pelear ella, era verdad que era primera vez que una reencarnación de a Diosa de la guerra justa era la primera en acertar un golpe. Es cierto, Ariandel era una muchacha menudita y bajita, sin embargo aquello no la limitaba de saber defenderse. Era hasta hace un tiempo una chica normal como cualquier otra, iba a la escuela y vivía en una sociedad donde si no sabes defenderte te aplastan como a una mosca. No es que fuera la reina de las peleas callejeras ni mucho menos. 'Las señoritas no golpean a los demás' , por un minuto, aquellas palabras de su madre se repitieron en su mente, aquello le dijo un par de veces por haberse medido a golpes cuando alguien la molestó en la escuela, ¿pero quién diablos dijo que ciertas cosas te hacen ver 'más señorita'? fue lo que pensaba la castaña. El punto era que si bien, no era una brillante peleadora de las artes marciales, sabía defenderse y poner a un abusador en su lugar.
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Athena.
FanfictionOtra guerra santa se avecinaba y no podía des proteger a su amada Tierra, pero tenía que ser honesta, ya no tenía el poder ni la impetud de seguir con esto, no quería tampoco volver a ver a sus caballeros morir, no quería verlo a "él" sufrir de nue...