Otra guerra santa se avecinaba y no podía des proteger a su amada Tierra, pero tenía que ser honesta, ya no tenía el poder ni la impetud de seguir con esto, no quería tampoco volver a ver a sus caballeros morir, no quería verlo a "él" sufrir de nue...
Las batallas del torneo seguían su curso, en el bloque b los ganadoras de sus enfrentamientos habían sido; Aldebarán de Tauro, quien demostró su fuerza demoledora contra Hatori discípulo de Barnard, dando una interesante pelea que terminó con el cansancio exhaustivo del pequeño caballero. Por otro lado, tanto Dhur, como Kiki dieron un espectáculo con sus habilidades de santos dorados, incluso sin armadura podían lucirse sin problema alguno.
El enfrentamiento del grupo c dio comienzo con un reñido enfrentamiento entre dos santas, dando un entretenido espectáculo de belleza y poder, donde la vencedora fue Ayme de Hidra.
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— Vaya, la santa de hidra es muy fuerte.- Le comentó Ariandel al patriarca, mientras ambos bebían un vaso de limonada.
— Ayme es hermana de Dabih de acuario, por ende, su fuerza es bastante tremenda en comparación con las de otras santas de plata-. Le comentó el patriarca. Ariandel pestañeo un par de veces, no sabía que ellos dos eran hermanos, pero le pareció interesante Sin embargo un sentimiento la inundó, de alguna forma se sintió algo culpable, no conocía mucho a Dabih de acuario y no solo a él, habían varios santos de oro a los que no era cercana y eso la apenaba, pero ya se le ocurriría algo para cambiar eso.m
— Va empezar nuestro siguiente enfrentamiento-. Le comentó el patriarca, lo que hizo que ella fijara su vista en la arena de duelos.
A continuación venía el combate de Heze de virgo contra otro aspirante a caballero, Hyromi. El chico llego a la arena, bastante entusiasmado, los rumores en el santuario hablaban de un caballero de Virgo hermético, casi intocable e impenetrable, el más espiritual y uno de los más terribles poderes se encontraba dentro de él.
Los minutos pasaban y nadie más que Hyromi se encontraba en la arena, el público se encontraba en la incertidumbre y pronto comenzaba a exigir respuestas de porque el santo de Virgo no se encontraba.
Mientras tanto en las gradas. . .
— Oigan. . . Heze no viene-. Habló Aldebarán algo desconcertado por la tardanza del guardián de la sexta casa.
— Probablemente este en su estado espiritual y lo olvidara.-Comentó Dhur intentando dar una explicación a lo ocurrido rascando sus cabellos de la nuca.
— No se va a presentar-. Una voz tras de ellos quien luego se sentó a su lado los hizo sorprenderse. Maanen de piscis llegó al lado de sus amigos a tomar asiento.
—¿De qué hablas Maanen?.- Le preguntó Dhur.
— Pasé por la casa de Virgo y el aura celestial de Heze estaba concentrada en el centro de su templo, lo que quiere decir que no esta interesado en esto-. Les comentó el peliceleste quien cruzaba su pierna derecha por encima de la izquierda.
— Creo que te equivocas Maanen, ahí viene Heze-. Le índico Kiki quien apuntaba a la arena donde el joven de cabellos largos y de un rosa pastel caminaba hacía la arena sorprendiendo al peliceleste quien aseguraba que no se presentaría.
Heze de virgo caminó hasta la arena, no miró a nadie en particular, no saludo a nadie, no le prestó atención a su oponente, solo fijo su vista en la cúspide de las gradas, centrando su mirada en Ariandel quien sintió los intensos ojos del santo quien la intimidó.
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