. - . - . S A N C T U A R Y . -. -
Dabih de Capricornio corrió como si su vida dependiera de ello, cruzando la casa de la vasija preciosa que protegía. En un abrir y cerrar de ojos estuvo en la entrada de su vecino de casa.
- ¡Alabi! ¿Escuchaste eso?-. Preguntó el dueño de excalibur quien se encontró con su compañero, quien estaba aún incrédulo viendo el impacto de una fuerte cosmo energía en la cámara del Patriarca. La voz de su compañero de la Cabra Montes lo sacó de su trance y observó a su compañero.
- Dabih, vamos de inmediato.- Dabih asintió y ambos corrieron hacia la última casa del Santuario. La casa de los peces gemelos no estaba custodiada por su guardián, sin embargo si por los peces gemelos de Maneen. El templo de Piscis era un espectáculo maravilloso, estaba rodeada por dos paredes que formaban un acuario gigante, se conectaba además con el piso y el techo donde sus dos enormes peces vivían y protegían el templo de Maanen.
Los peces, se acercaron a la ventana de sus acuarios, eran enormes e imponentes, su cosmo energía era tan grande como las de su amo, sin embargo bajaron la guardia cuando notaron que quien entraron al templo de piscis eran los vecinos, Capricornio y Acuario.
- Namazu e Ikaro se encuentran bien y están custodiando la casa de Piscis. - Mencionó Dabih tocando el vidrio del acuario saludando a los peces, quienes nadaron de manera coordinada.
- Namazu, Ikaro desactiven por favor el camino de rosas, necesitamos llegar hasta el patriarca.- Les pidió Alabi. Ambos peces compartían con Maneen la responsabilidad de cuidar no solo el Templo de Piscis si no que la última barrera defensiva del Santuario. Ambos imponentes peces se movieron de su acuario. Con un cosmos poderosos ambos resonaron al unisono haciendo que el camino de la rosas venenosas bajara su guardia y les dejara el camino libre a los caballeros.
- Muchas gracias chicos-. Se los agradeció Dabih, quien rápidamente volvió a correr con Alabi.
- Namazu, Ikaro, a penas cruzamos activenla de nuevo ¡Nos atacan! -. Les grito Alabi mientras seguía corriendo. Ambos caballeros lograron atravesar el camino de las rosas venenosas y llegar hasta la sala del Patriarca.
Ambos dejaron de correr y se quedaron de pie, atónitos viendo el terrible espectáculo. En el asiento del Patriarca él no era el que estaba sentado, si no que había un hombre de intimidante musculatura, de cabellos rojisos y una exuberante armadura. En su mano derecha una extraña lanza, pero lo que más impacto a los caballeros dorados fue que en la punta de esa lanza estaba la cabeza del Patriarca.
- ¿Buscaban a su Patriarca? Intento dar pelea, lo reconozco, pero ya saben, un humano no puede vencer a un Dios. -.
-.-.--.
- El cosmos del Patriarca. . . ha desaparecido. . . - Susurró Ishiro sin creer aquello, negando con la cabeza ¿Que diablos estaba pasando en el santuario?. El joven aprendiz de caballero se encontraba en las gradas del coliseo junto a sus amigos, a su maestro Dante y a Kiki de Aries.
- El enemigo ha entrado. - Murmuró Kiki de Aries con una expresión de frialdad que pocas veces se le había visto. - Da ordenes ya, Dante-. Le comentó en un hilo de voz apenas audible.
- !Señor Dante!.- Un caballero de plata corrió sin aliento hasta el pelinegro quién estaba de pie con un semblante de seriedad absoluta. El lugar de jefe de guerra se le concedió por demostrar ser el mejor estratega del santuario, por tener la cabeza más fría a la hora de luchar. Sin embargo, no había estado en una situación como esa. El patriarca había muerto, lo sabía, y Athena estaba lejos, con quién se consideraba un enemigo de la Diosa, pero lejos de eso, Ariandel era la que estaba en los templos sub marinos con Poseidon y aquello lo preocupaba tanto que no lo dejaba pensar con claridad.. - Los bersekers han entrado al Santuario, el batallón del Terror se encuentra en la primera defensa del Santuario. El Batallón de la Calamidad se encuentra avanzando por los campos de entrenamiento de los aprendices y no tardan de llegar al Coliseo y el Batallón del Fuego se encuentra a las afueras del Santuario destruyendo todo a su paso.-. Le informó aquel caballero. Pero no tenía tiempo para distraerse pensando en Ariandel, ella estaba con Cástor y Maanen y ellos cuidarían bien de ella. El santuario necesitaba resguardo ya.
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Athena.
FanficOtra guerra santa se avecinaba y no podía des proteger a su amada Tierra, pero tenía que ser honesta, ya no tenía el poder ni la impetud de seguir con esto, no quería tampoco volver a ver a sus caballeros morir, no quería verlo a "él" sufrir de nue...