Te fuiste tan de repente que cuando quise reaccionar de ti solo quedaba un leve perfume flotando por toda la habitación, cuando desperté esa mañana y no te encontré a mi lado supe que la vida como la conocía desde hacía tres años no volvería a ser igual, luego de la última pelea de la noche, me fui a dormir. Di vueltas en la cama hasta que sentí un peso de tu lado de la cama, dormí poco y para cuando desperté ya no estabas.
Salí de la cama y recorrí nuestro pequeño apartamento, no quedaba mucho de ti solo algunas revistas, gran parte de tu ropa a medio recoger y tus flores perfumadas desprendiendo ese olor que solo ellas y tu piel poseían. Tomé los materos y los estrellé contra la pared, solo maldije y llore sin entender en que momento pasamos de amarnos a gritar todos los días por las más insignificantes excusas, me deje caer en el piso entre tus flores, rastros de tierra y de mi vida con una foto de nosotras sonriendo el día que nos mudábamos juntas, lagrimas comienzan a salir, el alcohol comienza a fluir por mis venas poco a poco, un trago, mi garganta arde produciéndome arcadas, segundo trago, sigue ardiendo pero esta vez disfruto como el líquido caliente baja por mi garganta, comenzando a adormecerla, tercer trago, mi garganta entumecida recibe gustosa el líquido color ámbar y gusto rasposo que comienza a hacer efecto, hago un lado el vaso bebiendo directamente de la botella, enciendo un cigarrillo y luego otro hasta que solo queda una pila de colillas y lágrimas secas en mis mejillas.
Creo que ya es de noche cuando despierto todavía embotada en alcohol, no tengo cigarrillos y me veo en la necesidad de abandonar el apartamento, mientras busco algo de dinero escucho como la puerta se abre, te veo hermosa como siempre, me acerco a ti con algo de miedo, alzo mi mano e intento acariciar tu rostro, esquivas mi mano como si de repente mi tacto quemara.
-No me toques, hueles a alcohol y tus manos están asquerosas- dices sin un ápice de remordimiento, mientras te abres paso registrando el apartamento y juntando lo que puedes lo más rápido posible como si el aire fuese toxico y con cada segundo que pasas ahí acorta tu vida.
-¿Por qué?- es lo único que el nudo en mi garganta permite preguntar.
-No vale la pena luchar por algo que hace meses se está viniendo abajo- dices en un tono de voz que nunca te había escuchado utilizar.
-Pero yo te am...- no me dejaste terminar la frase.
-No es necesario que digas que me amas eso no cambiará mi decisión, estoy cansada de las peleas, de dormir con una extraña que solo tiene tiempo para su carrera, yo también te amo o al menos eso creía, no puedo competir con tu carrera porque ella siempre va a ganar- saliste con la poca ropa que habías logrado recoger y te marchaste sin decir nada más esa lluviosa noche de viernes.
Al cabo de unas semanas me enteré por tus redes sociales, que no fue mi carrera la que ocasiono todos los problemas, nuestro problema fue una simpática rubia de senos prominentes que al parecer trabajaba en la misma oficina que tú; y yo la había conocido en una de las fiestas de navidad, fue lo último que vi en el celular, luego quedo enterrado en alguna parte del apartamento y perdí contacto con la realidad, mi rutina iba de embriagarme desde el alba hasta que perdía el conocimiento, solo salía de casa cuando mi dotación de alcohol y cigarrillos se agotaba, comía solo lo necesario para no morir de hambre. Valentina vino los primeros días pero al no recibir respuesta desistió poco a poco, mi madre no dejo de llamar ni una sola vez, tampoco la Sra. Márquez preguntando por el manuscrito o eso entendí en los mensajes que dejaban en la contestadora, las facturas comenzaron a acumularse, igual que tus revistas. Tu perfume no flotaba en el aire que ahora era denso y pesado. Me volví un zombi que en momentos de lucidez pensaba en lo que había hecho mal. Intente acabar con mi vida pero no tuve la determinación para hacerlo, casi un mes después de que me dejaras echándome la culpa toque fondo, pero cuando tocas fondo solo puedes volver a subir, no será fácil pero creo que lo lograré con paciencia y un paso a la vez.
NOTA:
Pues esto es lo primero que me atrevo a publicar, sigue en proceso y algunas veces tendrá errores, apreciaría mucho que comenten y voten si les gusta. Gracias por leer.
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Café frío.
RomanceJulia, una escritora que comienza a ser reconocida, luego de una terrible depresión conoce a Luz, la dueña de un pequeño café que poco a poco le devolverá la calidez a sus ojos.