Fantasmas
Yo no soy una persona impulsiva nunca lo he sido siempre me había costado dar los primeros pasos para casi cualquier ámbito en mi vida, pero esto había ido cambiando sin que yo me diera cuenta aunque siempre estaban los fantamas del pasado que aparecían sin avisar y me hacían retroceder un poco.
-tu también me gustas- solté todo de tirón y me acerque despacio cerrando el espacio entre nosotras pero alerta como esperando alguna señal para retroceder, Luz se encargo de cerrar con más prisa de la que había imaginado.
Llevabamos un rato en esa posición, su boca moviendose sobre la mía y nuestras lenguas acariciandose y conociéndose, me hacían sentir que ese era el lugar en el que debía estar, como si hubiese estado perdida mucho tiempo y no fue hasta que ella me beso que por fin entendí que ese era mi sitio, de pronto un sentimiento de miedo me hizo alejarme lo suficiente para romper la delicada burbuja que nos había estado envolviendo, siempre fui muy transparente eso me volvía predecible y aburrida eso siempre me decía Sahara cuando todo se fue a pique, por qué pensaba en ella en este momento cuando Luz estaba frente a mi con las mejillas sonrojadas y los ojos con un brillo que hasta ahora no había visto salvo cuando reía. Una punzada de culpa me cruzó el pecho y ella lo notó porque tomo mi mano y se apresuró a disculparse.
-Lo siento, yo no debí besarte sin ninguna advertencia, es que te vi acercandote y solo seguí mis impulsos.
Oh no, estaba pensando cosas que el había sido un error y que me estaba arrepintiendo y no podia estar más alejada de la realidad, el beso me había encantado de eso no había dudas, el deseo de besarla se había instalado en mi desde ese incidente en la cena y el estar lejos solo lo había vuelto más grande y cuando crucé la puerta fue casi incontrolable.
En mi mente solo existía las ganas latentes de volver a besarla y un poco más al sur había una humedad que lo confirmaba, pero entonces porque pensé en Sahara por un momento, porque tenía que arruinar el momento con su fantasma haciéndome sentir menos.-No! No es por eso, si te digo desde hace cuanto he querido besarte probablemente me pondría en ridículo a misma y saldrias corriendo- sonreí mientras acariciaba su rostro y en el se formaba una sonrisa burlona.
-No saldría corriendo porque yo quería que lo hicieras también hace un tiempo, pero tengo el presentimiento de que algo te frena lo veo en tus ojos, eres demasiado transparente. ¿Alguna vez te lo han dicho?- ella esbozó una sonrisa que no tardó en borrarse cuando vio como mi rostro solo reflejaba una mueca.
-¿He dicho algo malo? He dicho algo malo verdad, aunque a mi no me parece que sea algo malo, me parece hermoso que seas tan pura que hasta tus ojos digan la verdad-.
Comenzó a murmurar cosas que a penas entendía y me pareció algo muy tierno porque era la primera vez que la veía en esa situación tan timida, casi infantil, no pude evitar suspirar y ella me miró confundida, tomé sus manos para tratar de hacerle entender que todo estaba bien.
-No has dicho nada malo, esas palabras ya las he escuchado y nunca eran buenas, pero en ti suenan distintas, tengo algunas heridas de mi pasado que aún no sanan del todo y tengo miedo, pero no quiero agobiarte con mi pasado, no hoy, podemos dejarlo para otra ocasión? Te prometo que te lo iré contando, solo quiero que sepas que el beso me ha encantado y si me dejas quisiera besarte de nuevo- ella se quedó en silencio y yo comenzaba a asustarme, no la culparia si decidía dejar esto como un beso y ya, yo tenía mucho equipaje emocional y no era tarea fácil involucrarse conmigo por mucho que le gustase, dejé de pensar cuando vi su rostro acercarse lentamente y por instinto cerré los ojos.
Sentí sus labios en mi mejilla y me sentí un poco triste pero tampoco iba a apresurar las cosas.
-yo me muero por besarte pero, te parece si vamos un paso a la vez?- susurró con sus labios rozando mi mejilla y pude sentir un escalofrío recorrer mi espalda, había olvidado lo que se sentía este tipo de contacto
y que fuera con ella lo hacía sentir mil veces más necesario.
-me parece lo más sensato, entonces aceptarias ir conmigo a una cita? - Dalí se levantó de donde estaba y se sentó en medio de nosotras obligandonos a romper el contacto -...Y Dalí que al parecer se enteró de nuestros planes- complete mientras acaricia a mi ya no tan pequeño cachorro.
-Me parece bien pero solo si me dejas elegir el sitio y que sea sorpresa- sonrió creo que no dejaba de sonreír y yo tampoco, asenti y ella continuó.
-Odio ser la portadora de malas notifies pero creo que ya es hora de que me vaya porque si me quedo otro rato no creo que sea capaz de mantaner nuestra palabra, como sé que quieres descansar, te parece si nuestra cita es pasado mañana? Así puedes dormir todo el día mañana.
Hablamos de cosas sin importancia luego de llamar a su taxi y aprovechamos para limpiar un poco rompimos un poco la promesa y nos dimos unos cuantos besos fugaces cuando estabamos en la cocina, luego de media hora recibió una llamada que indicaba que ya estaba el taxi afuera, tomó sus llaves y su abrigo, la acompañé hasta el ascensor y nos despedimos con un abrazo más largo que cualquiera que nos hubiéramos dado hasta ahora, cuando nos alejamos ella tomó mis manos y se volvió a acercar, depositó un beso en la comisura de mis labios antes de entrar en el ascensor y dejarme con una sonrisa tonta y la sensación de sus labios donde me había besado.
Disculpas:
Vengo a pedir disculpas porque no tengo excusas por no actualizar en casi tres meses, bueno si tengo una, estaba seca pero seca como el corazón del desierto de Sahara. El caso es que tenía un bloqueo horrible para esta historia, bueno les informo que también estoy sin laptop porque en un apagón se murió, escribo desde mi teléfono, si tiene errores diganme pls!! Para corregir uds saben. A los que están gracias por tenerme fé a los que se fueron no los culpo y a los que llegan bienvenidos sean, Ah voten y comenten, los quiero mucho.
ESTÁS LEYENDO
Café frío.
RomanceJulia, una escritora que comienza a ser reconocida, luego de una terrible depresión conoce a Luz, la dueña de un pequeño café que poco a poco le devolverá la calidez a sus ojos.