Conversación en el parque.
Fui hasta al parque y le quite la correa a Dalí, este salió disparado y comenzó a correr de un lado a otro mientras yo le lanzaba la pelota, llame a mi madre charlamos un rato y luego llame a Valentina necesitaba hablar con ella de toda esta situación antes de volverme un ocho.
-Aló- contestó una voz masculina del otro lado, eso no lo esperaba.
-Aló, por favor puedes pasarme a Valentina, es Julia, tú debes ser Andy, mucho gusto- contesté, ni en un millón de años pensaría que Valentina tendría este tipo de compromiso con alguien, eso me hacía feliz, ya era hora de que encontrara alguien que la valorara.
-Dime que estas muriendo y que es una emergencia, porque de lo contrario desearas estarlo- arrastraba un poco las palabras, los había despertado.
-Perdón por despertarte a ti y tu recepcionista de voz sexy, pero podrías venir al parque cerca del café de la otra vez, necesito tu sabio consejo- dramatice.
-Dame una hora y estoy allá, te quiero- dijo y sin darme tiempo a responder, colgó, solté un largo suspiro y pase esa hora jugando con Dalí.
Hacía rato que el juego había terminado, Valentina no aparecia y estaba por irme a casa cuando la vi acercarse de la mano de un chico alto, con tatuajes y barba, le hice señas para que se acercará, cuando la tuve cerca lo primero que dijo fue.
-¿no nos vemos por dos días y adoptas un perro?- solo me encogí de hombros sin saber que decir, ella negó levemente a veces parecía mi madre pero la adoraba por eso, mantenía mis pies sobre la tierra cuando lo necesitaba.
- Julia él es Andy, ella es la loca de la que te he hablado- él sonrió y estrecho mi mano.
-hasta luego bonita, nos vemos julia, un placer- le dio un beso en los labios y se despidió al parecer tenia proyectos que entregar o algo así me explico Valen.
Cuando Andy estuvo lo suficientemente lejos le dije -bueno bonita, es guapo eso te lo concedo y tiene tatuajes tu sueño se hizo realidad- le comente tratando de mantener la seriedad.
- Cállate y dime como es que tienes un perro y comienzas a contarme que es eso que necesita de mi sabiduría- comencé a jugar con mi cabello tratando de buscar las palabras para comenzar.
- El perro se llama Dalí respetalo un poquito, ya tendrás tiempo de conocerlo cuando te pida cuidarlo, lo adopté hace unos días y con respecto a lo otro pues...verás, ¿Recuerdas el café que he estado frecuentando y la chica que nos atendió cuando fuimos juntas? Su nombre es Luz y es la dueña pero eso no es lo importante- ella asintió y levanto una ceja en silencio para que siguiera, vi una pequeña sonrisa formarse en su rostro -bueno, hemos salimos a correr y anoche cuidó a Dalí, se quedó dormida en el sofá y la acompañe esta mañana a su trabajo, estoy casi segura de que estoy comenzando a sentirme atraída por ella pero no me siento lista para eso, nos conocemos hace poco, ni siquiera sé si le gusto más allá de lo que escribo y para ser su amiga y siento que debo sanar todavía, aparte acabo de salir de algo muy tormentoso, pero al mismo tiempo estar con ella se siente bien y Dalí parece amarla, incluso más que a mí- solté todo lo que había pasado en esos días de manera atropellada mientras jugaba con el cigarrillo que acababa de encender.
- Sabes que te quiero pero eres algo lenta para ver las cosas Jul, no te diste cuenta de que su cara era un poema cuando nos vio tomadas de las manos, si no le gustas por lo menos interesada esta, entiendo que necesites sanar pero no puedes encerrarte para siempre, ya han pasado dos meses, no pongas como una excusa lo de sanar porque ambas sabemos que es más miedo que otra cosa y al parecer te hace bien hablar con ella porque se te ve más feliz, pero está bien tomarse las cosas con calma, solo deja que fluyan las cosas y ve un paso a la vez- escucharla decir eso me tranquilizó un poco y cuando terminó de hablar la abracé, recibí un mensaje de mi agente, diciendo que dentro de unas semanas comenzarían la publicidad para el libro porque gracias al retraso todo sería apresurado, no le preste atención y pasamos a hablar de su cena con Andy y de lo bien que iban las cosas entre ellos.
Llegue a casa y luego de una ducha y escribir y borrar el mensaje varias veces, le escribí a Luz para que fuéramos a correr y almorzar al día siguiente, le respondí a mi agente que me enviara las fechas, no sé en qué momento me quede dormida con el celular en la mano.
Nota: pidan un deseo no ha pasado un mes desde que actualice, lolcito. Ya han leído esta historia 200 veces :') gracias de verdad, no saben lo mucho que significa para mi que lean esto. es corto i kno, por eso pido disculpas.
ESTÁS LEYENDO
Café frío.
RomanceJulia, una escritora que comienza a ser reconocida, luego de una terrible depresión conoce a Luz, la dueña de un pequeño café que poco a poco le devolverá la calidez a sus ojos.