Closer
Luego del lanzamiento del libro a penas y nos vimos, ella estaba más ocupada con el café, gracias a las temperaturas de la estación y yo con las firmas a las que debía asistir, se ofreció a cuidar de Dalí en las noches para no molestar a Valentina y Tony. El incidente de la comida era un recuerdo que era cada vez más recurrente pero para ella parecía no haber pasado, aunque las cosas entre nosotras fluyeron sin que nos dieramos cuenta. No vernos hizo que nos acercaramos, ella me enviaba fotos o notas de voz contándome cosas interesantes que habían pasado en su día y yo hacía lo mismo, esta dinámica nos mantenía al día; extrañaba salir a correr con ella, extrañaba a Valentina y extrañaba a Dalí, por suerte solo quedaba una semana y sería libre al menos por unos meses.
Cuando por fin volví a casa mi pequeño cachorro había crecido tanto que casi no lo reconocí y tal vez estaba exagerando pero sentía que tenía muchos años sin verlo, se lanzó encima de mí y no pude evitar soltar unas lágrimas que él se encargó de limpiar.
-Yo también te extrañé bebé, ¿Cómo te portaste, fuiste bueno con Luz?- Acariciaba su cabeza mientras intentaba calmarlo y cerraba a puerta del apartamento.
-Pues es la mejor compañía que se puede tener, se portó muy bien, no sé de qué se queja tanto Tony, si este niñote es un amor, ¿verdad que si?- Escuchar su voz luego de casi tres semanas de solo oírla por notas me hacía sentir que estaba de nuevo en casa.
-Gracias por cuidar a mi bebesote, parece no gustarle pasar la noche fuera del apartamento, ¿Cómo has estado, me extrañaste?- bromee y antes de que me diera cuenta Luz me envolvía con sus brazos y su fragancia que era una mezcla entre coco y frutas cítricas.
-Te extrañamos también, salir a correr sin ti no es tan divertido, lo bueno es que ya estas libre verdad?- Comenzó a hablar una vez que deshizo nuestro abrazo y caminábamos al sofá para hablar.
-Pues libre no, pero ya no debo viajar si a eso te refieres, tengo que terminar otras cosas que tengo pendientes pero tengo bastante tiempo hasta la fecha tope- sonreí y ella devolvió el gesto, verla sonreír de nuevo se sentía tan bien.
-Estaba pensando que si no estás muy cansada podíamos ir a comer, celebrar que regresaste y que tú libro será un éxito o lo dejamos para otro día y así descansas- decía mientras yo acariciaba a Dalí y este solo buscaba mordisquear mi mano.
-Me encantaría pero no tengo ganas de salir hoy, podemos ordenar lo que quieras y vemos una película o jugamos algún videojuego, quiero quedarme en casa con la mejor compañía que se puede tener- repetí sus palabras, ella se sonrojó de una manera casi imperceptible, sonriendo asintió y se fue en busca de su teléfono para marcar a la pizzería.
Yo tome mi teléfono y comencé a teclear -Hola General, ya estoy en casa te quiero, todo salió bien a pesar de los retrasos- pulse enviar y recibí respuesta casi de inmediato.
- Soldado, que bueno que se reporte, puedo pasar por tu casa o tienes compañía?- casi pude verla haciendo esa mueca burlona mientras estaba escribiendo eso.
-JA JA, deberías volverte comediante, pero si te refieres a Luz sí, está aquí, vamos a comer pizza y luego veremos una película o jugaremos algo, puedes pasar de todas maneras, solo somos amigas recuerdas?-
- yo conozco una cosa a la que pueden jugar, cuando vas a salir de la zona de amistad, ella siente algo pero tu estás en negación, aunque también hay que ser ciego para no ver que babeas por ella- suspiré y sonreí mientras veía como seguía escribiendo -ahora me despido porque a diferencia de ti yo tengo trabajo por hacer, te amo, cuéntame cómo te fue en tu velada- cerré la conversación.
Llame a mi madre rápidamente y le conté que lo bien que había ido todo, lo feliz que estaba y lo bien que me sentía, Luz ya había pedido la pizza y ahora buscaba algo que ver en la TV, aunque a veces sentía su mirada en mi. La pizza llegó luego de algunos minutos y decidimos ver Pulp Fiction porque era una de mis favoritas y ella nunca la había visto, nos acomodamos en el sofá y Dalí se acomodó a nuestros pies con la esperanza de comerse algún trozo de pizza que cayera al piso, cuando di play a la película solo nos concentramos en el aparato y no hablamos hasta que ella rompió el silencio.
-Entonces cuéntame, ¿qué tal las firmas, algo interesante?- preguntó sin dejar de mirar el aparato donde salía Jhon Travolta bailando con Uma Thurman.
-Esta vez asistió más gente y eso me hace feliz, me gusta mucho saber que la gente puede identificarse con las cosas que escribo, me hace sentir que transmito algo- sonreí orgullosa de lo que estaba logando, mi trabajo comenzaba a ser conocido.
-De verdad amas tu trabajo, tu tono de voz incluso cambia cuando hablas de ello- yo despegué la mirada de la TV para mirarla a ella -Es una de las cosas que me gustan de ti, cuando hablas de las cosas que te mueven, tus ojos brillan- tomé su mano y nuestras miradas se encontraron, yo me perdí en sus ojos, en sus palabas, en sus pecas y en todo lo que ella era en ese momento.
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Café frío.
RomantikJulia, una escritora que comienza a ser reconocida, luego de una terrible depresión conoce a Luz, la dueña de un pequeño café que poco a poco le devolverá la calidez a sus ojos.