Aceptación
Cuando llegue a casa le envié la dirección a Luz, me di una ducha larga, le di de comer a Dalí y deje su taza de agua llena, escribí un poco, saque el traje que me pondría esa noche, me vestí con calma, arregle un poco mi cabello dejándolo en una especie tupe, un vistazo en el espejo me dejo más que contenta, me sentía tan bien, tan yo, un paso a la vez me sentía cada vez mejor y más plena.
– ¿Te gusta Dalí, crees que a ella le guste? - le pregunté y como si pudiese entender lo que le decía meneaba la cola y ladró, era la primera vez que lo hacía y me pareció tierno.
Luz llegó a la hora que habíamos acordado, cuando le abrí la puerta se quedó callada y luego me dijo que lucía bien y solo pude musitar un gracias, no me esperaba eso y sentí mis mejillas arder, le indique que pasara, no pude evitar fijarme que llevaba ropa cómoda y no dejaba de verse linda como se podía lucir bien con unos shorts y un suéter gigante.
- Puedes tomar lo que quieras de la cocina, estás en tu casa- le dije mientras daba un pequeño tour por el pequeño apartamento, me despedí de ella con dos besos y un abrazo algo torpe cuando el taxi llegó.
Llegue a casa en la madrugada, no debí tomarme esas copas de vino. Entré intentando no hacer mucho ruido y lo primero que vi fue una de las cosas que me llevo a aceptar que, en efecto, Luz causaba cosas en mí que no podía controlar, se había quedado dormida con la TV encendida, llevaba unos lentes de montura gruesa, su pelirrojo cabello todo alborotado cubriendo parte de su cara, la manta con la que se cubría estaba en el piso y había cotufas esparcidas alrededor de un bowl que yacía volcado en el suelo, Dalí estaba acostado a sus pies como si ese fuese lugar de toda la vida, sonreí con ternura y me acerque con cuidado, apagué el aparato y le quite los lentes cuidando no despertarla dejándolos en la mesita de la sala, agradecí que estuviese dormida porque su mirada hacia que me quisiera quedar todo el día contemplándola y en el estado en que estaba no habría controlado esas ganas de besarla que amenazaban con nublarme el juicio, la arrope de nuevo, en su rostro todo parecía encajar perfectamente, sus cejas algo gruesas y pestañas claras, su nariz respingada, esas pecas esparcidas por su rostro que hasta ahora no había notado, sus labios gruesos que tenían un color casi rojo natural se encontraban entre abiertos y producía un ronquido leve, cuando ella se removió en el sofá buscando una posición más cómoda salí de mi trance y me dirigí a mi habitación.
Desperté con un pequeño dolor de cabeza y Dalí mordisqueándome los dedos de los pies provocándome cosquillas -basta Dalí, ya estoy despierta- dije enrollándome aún más en la cobija. Tomé a mi amigo en brazos y le di los buenos días mientras me lamia la cara en respuesta, recordé que no estaba sola y fue cuando mire la ropa que llevaba, del traje solo llevaba puesta la camisa azul marino y mi ropa interior el resto estaba desperdigado por la habitación, me coloque un short holgado y una camiseta cortada a los lados, cepillé mis dientes y recogí el desastre.
Llegue a la sala y el desorden había desaparecido, ella estaba con el cabello recogido en un moño desordenado del que se escapaban algunos mechones, tenía una taza de lo que supuse era café y miraba por la ventana.
–Buenos días- dije apoyada en el marco de la puerta -no quise despertarte anoche porque era muy tarde para que fueras a casa, si quieres puedes tomar un baño, espero que no te molestara dormir en el sofá, puedo prestarte algo de ropa si quieres- ella volvió su mirada hacia mí y me sonrió.
–Buenos días, dormí perfectamente, tu sofá es más cómodo de lo que parece, ducharme me viene de maravilla, hice café espero que no te moleste, también unas tostadas pero ya deben estar frías, iré a ducharme mientras desayunas- dejo una taza de café en mis manos y una caricia en mi brazo cuando paso a mi lado, sentí un cosquilleo en el estómago solo atine a sonreír y decirle que había unas toallas limpias en la canasta y que le dejaría ropa limpia en la habitación.
Luego de comer acompañé a Luz hasta el café, se veía linda con mi ropa le quedaba mejor que a mí a pesar de que le quedaba algo holgada por la diferencia de altura, en el camino hablamos de lo aburrida que estuvo la cena, y de lo bien que se lo habían pasado ella y Dalí, le di las gracias por cuidarlo y por el desayuno, cuando llegamos nos despedimos con un abrazo que duro muy poco a mi parecer y un beso en la mejilla, quedamos en vernos para correr al día siguiente, me despedí de ella agitando la mano con una sonrisa tonta en la cara.
Nota:
Es corto y shitty, como yo (soy un bonche, hilarante pues) tenia rato sin escribir nada porque no me provocaba, he estado despidiendo muchos amigos porque se van del país y eso no es nada divertido, tambien me fui cinco días a un rincón del mundo donde no tenía señal pero necesitaba eso, entre otras cosas que involucran viejos sentimientos que me tenían como el meme del rabipelao (zarigüeya) pero ya estoy bien, espero que estas sujetas se besen pronto porque hasta yo me estoy desesperando.
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Café frío.
RomanceJulia, una escritora que comienza a ser reconocida, luego de una terrible depresión conoce a Luz, la dueña de un pequeño café que poco a poco le devolverá la calidez a sus ojos.