06. Delsin - "¿Ideas?"

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¿Ideas?

* * *

—Dame ideas Delsin —insiste Lenin teniendo la hoja de Word en blanco, yo niego. —Delsin —insiste despegando la vista de la computadora.

—No lo sé —digo sincero, además de que no tengo ganas de exprimir mi cerebro. —Pídele ayuda a Flor.

—¿A Flor? ¿La que escribe literatura erótica? —yo le dije sin pensar, el niega a sus preguntas—, quieres que ponga sexo en mi novela, ¡estas loco!

—Es que yo...

—¡Me vale un traste que estés caliente!

¡¿Qué a dicho?!

—Oye, yo no....

—¡En mi novela no va con eso!

Mejor ya ni hablo, esta que hecha humo. Yo nada mas la menciones por decir algo.

Aunque....

—¿Pero atraes mas lectores?

—¡Estas chiflado! ¡Yo no voy a poner de eso!

—Pero tenias los libros de las 50 sombras de Grey.

Apunto, para que no me deje callado. Sin embargo no los e visto en su estante.

—Mamá me obligo a quemarlas, después de que les hecho una hojeada.

—¿¡Quemo los libros?! —exclamo indignado, no era que me gustaran, pero son libros. —Yo que no puedo comprar y tu quemándolos.

—Te regale cinco el día de tu cumpleaños.

Excusa, si claro.

—Sí, pero cumplía trece.

—Te presto a mi amor Freya, para que leas en Wattpad.

Okey, ya no discuto. Creo que voy a salir perdiendo.

—Muy bien. Tu ganas.

—Genial. ¿Ideas?

Quisiera en ocasiones asesinarlo, por ello empezó esta discusión.

Niego con la cabeza.

—¿Ideas? ¿No? —vuelvo a negar, lo cual el resignado cierra Word y se pone de pie —, vamos a jugar al básquet al parque.

*       *       *

—¿Ya te hiciste amiga de Cielo? —indago, mientas el balón cae a un lado de la canasta.

—Fue por ayuda de la chica chiflada.

¿Chica chiflada? ¡Ah, ya!

—¿Lluvia te ayudo? —el asiente tomando el balón dándole un par de botes. —¿Y por que no estas feliz?

Cuestiono al verlo un poco pensativo.

—Lluvia se entero que me gusta Cielo —cuenta dando un salto para dar en la canasta, lo único que logra es golpear un cachete mío.

Porque tengo que ser imán para las pelotas digo balones.

—Gracias por la cachetada indirecta —digo con sarcasmo, sobo con brusquedad mi mejilla que arde. Si mi mamá lo ve, va a creer que me volví a agarrar a golpes con alguien. —¿Qué voy a hacer con mi madre?

Lenin se acerca a mi y observa lo rojo, lo miro mal, sus ojos se abren con asombro dando un paso atrás llevándose su izquierda a su cuello.

—Fue un accidente.

—Un accidente que te hizo desquite —informo tomando el balón y tirándoselo, sin embargo no le golpea ya que lo atrapa en sus manos.

—Voy y le explico, tranquilo —dice botando el balón.

Como si fuera tan fácil, en otra ocasión abrió la puerta de brusco y con su codo fue a dar a mi nariz. En vez de ganarse un segundo, solo con decir las palabras ”yo lo golpeé”, mamá tomo la escoba y le dio carrera hasta la plaza, y yo nada de juntarme con el por ser mala influencia.

—Delsin...

—Mejor déjalo así —digo dando un suspiro.

—Ahora que recuerdo, ¿por qué vas muy seguido a casa?

Alzo una ceja.

—¿Qué? —excepta al verme confundido. —Solo vas a casa dos veces a la semana y los fines de semana. —me recuerda.

—Me suspendieron.

—¿Para qué te vas a un colegio privado? No lo necesitas, cualquier profesor te enseña por igual la decisión de aprender es de uno —entrecierro los ojos, desde que escribe es un poco mas profundo —, solo digo.

—Lo sé —digo para no hacerle el pesado —, sabes por que tengo que ir.

—“Solo para tenerte cerca”, en verdad te tragas eso.

—No, deje de tragármelo cuando papa subió de puesto y ahora es rector —indico aun molesto por el golpe, a papá casi ni lo veo porque siempre visitando quien sabe qué.

Lenin al verme un poco mal humorado deja de decir mas sobre mi padre, soy el único de la familia que conlleva a estudiar en colegio privado. Si claro, como si todo fuera de color azul para disfrutar, los privados son peor que los públicos.

Checo la hora en mi cacahuatero, doy un suspiro al ver que es hora de ir por mi pequeña hermana.

—Nos vemos luego, tengo que ir por Onawa —indico guardando el teléfono. Lenin tan solo asiente.

Después de despedirme de mi amigo con un puño, corro para poder llegar puntual, nunca me a gustado los retardos.

Al correr mas de doce cuadras y cuidar de que no me atropellaran—Los carros, ciclistas y personas —, poso mis manos en mis rodillas jadeando y pasando tragos de saliva por el cansancio, además de que mi garganta se sentía seca.

—Hermanito, —alzo mi vista del suelo y veo a mi hermana con su uniforme deportivo, pans verde, camiseta blanca con bordes verdes diciendo el nombre de la primaria y sus tenias blancos, los cuales ya ni se ven blancos.

—Hola, Ona—indico posando una mano en su pequeño hombro, doy un largo suspiro y me pongo derecho. —¿Qué tal todo?

—Genial, pero venias hecho maíz —hago una mueca. —Bienes hecho agua.

—Onawa —llamo en reproche, ella ríe extendiéndome la mano para tomarla. —¿Traes mucha tarea?

—Sí, dijo la maestra Maritza que quería una imagen de la independencia de México, nos enseño una foto de un viejito medio pelón con una bandera de la virgen de Guadalupe.

—Ese viejito se llama Miguel Hidalgo, fue en que inicio la independencia contra los españoles.

—Bueno, total. Una imagen de ese señor Magal Dalco.

Pongo los ojos en blanco y le corrijo.

—Miguel Hidalgo.

Buscando Wi-Fi  (Borrador) ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora