PANDEMIA

III

Al llegar del trabajo, me sorprendió que en mi casa no había nadie.

Me encerré en mi habitación, y me di cuenta de que había una notita.
"Fuimos a ver a tu tía. Está enferma, llegaré en una hora.
Atte. Tu mami."

- Bueno...

Tomé la laptop y comencé a buscar información acerca de lo que pasaba actualmente, noticias, y eso en general.

"El reciente derretimiento de glaciares está extinguiendo especies y subiendo las mareas."

Me rascaba la barbilla con interés.

"El mar, los últimos 5 años, ha subido 5 cm anualmente."

Me ponía nervioso, pero seguía leyendo, por morbo.

"Los científicos expertos enviados hace tres días...

Mis ojos se pusieron como platos.

... Aparecieron muertos, tal vez por el frío. No se ha asegurado la causa de su muerte, pero se está investigando."

- Uhhhh... - Saqué aire por mi boca frenéticamente.

Tocaron a mi puerta.

Salí, tropezando, casi cayéndome.
Era Cristopher. Venía con una chica, su hermana menor, de 16 años.
Según él me contaba de ella, era un 'aborto mal hecho', sin embargo, me parecía muy atractiva, aún para su edad.

Él y ella tenían una semejanza, pero no eran idénticos. Si eran como hermanos.
Ella era castaña, de buen semblante y preciosa presencia. Era amable, linda.

Todo lo contrario a su hermano.
Aunque su hermano era guapo a su manera, y ambos eran güeros, lo que sumaba algún punto.

Sus ojos eran... Hermosos.

Les dejé pasar y se sentaron ambos en la sala, hablándose y gritándose de cosas, riendo a carcajadas.

- ¿Y bien?, ¿Cristopher?, ¿Ya crees que tiene sentido lo que te dije ayer?
- Jajajaja, no. El cielo aún no se está cayendo.

Entonces, la hermana de Cristopher habló, con su voz linda...

- Me ha contado de ello Cristopher... - Se dirigió a mi - Yo sí te creo.
- Jajaja, ¿De verdad, estúpida? -Gruñó Cristopher.
- Claro que sí, imbécil. - Respondió ella.

Me limité a reírme un poco, y darle las gracias por creerme.

- Bueno, bueno. ¿Qué quieren hacer? - Pregunté.
- Pues, señorcito José, debería usted ir a preguntarle eso a su papá. - Dijo Cristopher con un acento gracioso.
- Pero yo no tengo papá...
- ¡Ni yo ganas de hacer algo!

Estúpidos chistes de humor negro.
Comencé a reírme, preferí tomarlo con humor a un insulto.
Su hermana se disgustó al principio, pero cuando me vio riendo, se desconcertó un poco y se rió también.

- Ahh... - Ella suspiró.

La luz de perfil hacia que su rostro se viera con un brillo fascinante, hacia que se viera aún más hermosa de lo que era.

Me sonrojé y me quedaron viendo.

Cristopher estaba a punto de hablar cuando tocaron la puerta de nuevo.

- Ya vuelvo. - Dije.

Al abrir la puerta, estaba mi madre y hermana; mi madre se notaba algo afligida.

Pasaron y comenzaron a hacer sus labores de siempre.

Al cabo de un rato, se fueron Cristopher y su hermana.

- ¿Cómo les fue? - Pregunté a mi madre, al fin.
- Mi hermana está muy enferma. No se ha podido descubrir de qué. Se piensa que es algún tipo de cáncer, pero no sabemos.
- Oh...

Me quedé viendo a mi hermanita jugando con sus muñecas. Se veía tan linda.

Es noche pensé demasiado.