Al empujar lentamente la puerta, sus manos temblaban.
El mundo, al abrir la puerta, se movió mucho más de lo que esperaba para él.
Lo que fue blanco, se tiñó terriblemente de rojo...
El lavabo tenía sangre por la parte superior, y se derramaba lentamente hacia abajo.
El suelo tenía pisadas y el retrete estaba teñido por fuera, escurriendo hacia adentro, manchando el agua de rojo.Eso solamente le puso nervioso, lo que realmente le golpeó como un rayo por dentro...
En la tina, un cabello rubio salía, dejándose al descubierto...
Me se quedé petrificado.Corrí de nuevo a la sala, para ver a Mónica, quien no estaba.
Comencé a buscarla como un loco, corriendo por todos lados...
(No puede ser, está muerta, no, por Dios, no puede estar pasando)
Y después de un rato, de nuevo, volví a la puerta de la habitación de mi padre, que estaba cerrada.- ¡Mierda! - Pateé la puerta con suma fuerza y logré abrirla.
La escena ya era demasiado.
Lo que fue de mi madre estaba en el suelo, mordiendo y rasgando el rostro y el cuello de Mónica. Al darse cuenta, alzó la cara y me vio con unos ojos perdidos, blancos, extintos. De su boca salía saliva, y sangre que probablemente no era de ella.
(Diablos, no, no es verdad, ella...)
Me hizo un gruñido y mostró sus dientes, afilados, como una navaja.
Soltó a Mónica y ella dió un respiro muy grande, como si hubiese salido del agua del mar estando en él mucho rato.
(Ella mató a Tatiana)
Mi madre se levantó y, rápidamente, corrió hacía mí con una postura horrible. Corrí hacia fuera, con ella persiguiéndome.En ese momento no se me vino en mente Mónica, a quien dejé atrás. Al llegar a la barda que separaba la calle de nuestra casa, me puse en la esquina.
Temblaba, gritaba por ayuda...
Pero nadie vino.Cerré mis ojos, llorando.
Ella, con su boca abierta para cometer lo que quería, se acercaba lentamente.
Y se lanzó contra mí.Sonó un golpe seco y mi madre cayó a tierra, sin conciencia.
Mónica estaba detrás, con un rodillo de madera.
Lo tiró al suelo; corrí a ella y, llorando con ella, la abracé.- Estoy muy asustado... - Admití con toda confianza, aún llorando.
- Yo también, tengo miedo... - Ella me dijo, aún abrazados.Miramos a mi madre, en el suelo.
- ¿Y si despierta de nuevo?... - Ella observó, secándose las lágrimas con su brazo, aún sollozando.
- No lo sé, pero hablaré a los policías... - Le dije, tallándome los ojos.Mónica estaba temblando, pálida, con los rasguños y cortadas hechas por mi madre.
Estaba nervioso, distante, perturbado por la muerte de mi hermana...Esa no era mi madre, para nada.
Salimos de la casa, y dañado por los recuerdos, comencé a llorar de nuevo, y me senté frente la puerta del portón.
El sol quemaba mucho, pero dolía más recordar.
Sonidos extraños venían de dentro la casa. Mi "madre" ya no estaba ahí.Mónica me abrazó de nuevo, como consuelo.
Me limpié y me levanté.
- Ya ha sido suficiente... Hay que ir a la comisaría y hacer algo... - Cerré el puño.
Mónica no dijo nada, y solamente emprendimos el camino.
Ambos temblando aún, con los ojos rojos y algo inflamados...
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PANDEMIA
RandomUna nueva enfermedad ha sido encontrada, sin embargo, la cura no se ha concedido... Cuatro jóvenes puede que sean la última parte de toda la humanidad, puede que vivan... Pero nada es para siempre. Nada sobrevive a la PANDEMIA.