PANDEMIA

V

Mi madre comenzó el día siguiente muy mal.

Parecía que por momentos se distanciaba de la vida y la realidad, se quedaba viendo a lugares como la pared o el suelo, fijamente y por un largo rato.

- Ehm, bueno, mamá, ya me voy...

Ella tardó en contestarme.

- Está bien, cariño...

La miré por un rato y luego fui con Tatiana.

- ¡Ya me voy, bebé! - Le abracé y besé en la mejilla.
- ¡Alios, Joshé!

Partí a mi trabajo.
Al entrar, mi tío me recibe con un saludo.

- ¿Cómo está tu mamá? - Tenía una voz bastante masculina, y una buena estatura. Me gustaba mucho su bigote de candado.
- Hasta ahora todo bien, aunque se ve un poco... Rara.

Comencé mi sesión de trabajo cotidiana.

Pensaba, pensaba. ¿El ambiente realmente cambia?...
Quiero cambiarlo...
El mundo se está moviendo.

De regreso, alguien tocó mi hombro.
Sentí mi cuerpo amenazado; sentí cómo algo pequeño se pegó en mis costillas.

"Diablos" - pensé.

- J a j a j a . Y a  l l e g ó  t u  h o r a -Una voz bastante familiar...

Al voltear la mirada, aún con mi sudor, una brisa fuerte llegó a mi rostro.
Era Mónica.
Aliviado y algo molesto, le quedé mirando.

- ¡Jajaja!, Claro que sí. - Ella dió una pequeña carcajada.
Ella era una chica no muy alta, con el cabello rizado y oscuro. Era de linda presencia y con una linda sonrisa.
La conocía desde pequeño, pero casi no interactuábamos porque vivíamos en lugares algo distantes.

Solo la veía cuando iba a la escuela...

Caminamos lentamente hacia mi casa. Ella sabía dónde era.

- ¿Tienes dinero para tu pasaje? - Ya estábamos en la puerta.
- Si, no te preocupes. - Me dió una sonrisa que realmente me aseguraba todo.

Abrimos la puerta y dentro había un desastre.
Las sillas estaban tiradas, los trastes también.

Me puse muy nervioso en ese momento.

- ¿Mamá?, ¿Dónde estás? - Comencé a buscarla.

Por un momento, olvidé que Mónica estaba ahí.
Volteé a verla, y tenía los ojos muy abiertos, y también se veía inquieta.

El pánico se apoderó de mí, mi cuerpo temblaba y no encontraba a mi madre.

- ¿¡Mamá!?, ¿¡Tatiana!? - Las buscaba por todas las habitaciones..
- Tranquilo, debe ser que salieron y alguien entró o algo así, tranquilízate... - Mónica intentaba calmarme.

Me hacía falta revisar dos lugares, el baño y la antigua habitación de donde dormía Padre.

Abrí la puerta lentamente, el chirrido de la puerta me incomodaba.

Entre el polvo que había, la mesita con desodorante y perfume masculino, más allá, la cama...
Mi madre dormía como un tronco.

Me hizo sentir más tranquilo verla acostada ahí... Aunque me preguntaba cómo era que no se levantaba cuando grité su nombre.

Me alarmaba Tatiana, no la veía por ningún lado...

- Tranquilo, me quedaré contigo hasta encontrarla...
- Es que ahora solo me falta ver el baño... Tengo miedo...

Caminó al baño lentamente, temblando...
La puerta no chirriaba, sino que estaba algo dura.

Al abrir la puerta, descubrió que uno sus más grandes temores se hizo realidad...