Prólogo

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Narra Hipo

Ya un año desde que todo cambio, mi padre murió, soy jefe trival, Chimuelo es el alfa, Astrid y yo estamos por comprometernos, la paz ahora reina en el archipiélago, Astrid y yo estamos por comprometernos y ¿mencione mi compromiso con Astrid Hofferson?.

-Bueno amigo todo esto es nuevo, y vamos a otro dia de agotadoras labores como jefe- dije mientras caminaba rumbo al gran salón con Chimuelo a mi lado.

-Buenos días jefe- decían cada uno de los aldeanos al verme pasar,todo es raro ahora me llaman como mi padre, espero enorgullecerlo y que me vea desde el Vallhala.

Unas delicadas manos me cubren los ojos, pero un delicioso aroma delata a mi atacante.

-As...debes esforzarte más pues, puedo oler tu perfume a kilómetros- dije calmado mientras me daba vuelta para quedará cerca...muy cerca de esa rubia de ojos color zafiro.

-Mi chico dragón no cambiarás cierto, buenos días jefe- dijo de manera inocente antes de unir sus labios con los míos.

-Podría acostubrarme- dije antes de entrelazar nuestras manos para así dirigirnos ha desayunar.

-¡Patán Jorgenson vuelve aquí o te juro que dormirás con Colmillo esta noche!- dijo, bueno más bien amenaza o brutilda cuando estábamos entrando.

-Pero...mi amor yo no hice nada fue culpa de Bruracio- dijo patán antes de que un golpe lo plantará en el piso.

-Buen gancho hermana, aunque usa más tu cuerpo para golpear...- dijo Bruracio antes de que un golpe lo dejara en el piso- exacto, así ya vas entendiendo-

-¿Qué pasa aquí?- pregunté mientras ayudaba a Astrid a  tomar asiento.

-Hipo...digamos que Bruracio y Patán hicieron un comentario de mal gusto y Brutilda los golpeo- dijo Patapez mientras abrazaba a Heather.

-Son esposos asu que podremos decir que es como demuestran su amor- dijo Astrid mientras empezaba a desayunar si, todos están casados Patán con Brutilda y Heather con Patapez, todos menos Brutacio por obvias razones, Astrid y yo, pero pronto sólo será Brutacio.

-En fin necesitaré su ayuda...hay nuevos reclutas así que deben de haber más maestros que les den clases para ser jinetes de dragón...- empecé a decir cuando todo estuvo más calmado, no pude seguir pues por todo el lugar empezaron a escucharse murmullos en un idioma que no conocía pero siento que algo importante pasará.

-Jefe Chimuelo...-dijo un guardia mientras entraba al lugar, sin mas salí corriendo para ver como mi amigo se envolvía en una luz de colores y no sólo el, todos y cada uno de los dragones en Berck hacían lo mismo.

-¡Chimuelo amigo!- grite antes de que un fuerte rugido callará a todos, ante mi en el lugar donde antes estaba mi amigo había un dragón color negro, de dos metros aproximadamente de amo,  su nariz era alargada, sus alas eran fijas membranas, sus escamas brillaban como si de diamantes se tratarán.

-Chimuelo...-fue lo que dije antes de que su cabeza bajará a tocar mi mano derecha la cual empezó a dolerme como si estuviera a fuego vivo, vi como la palma se iluminó formando un pequeño símbolo el cual parecía de plata y brillaba tenuemente como si de una estrella se tratara.

-Espere varios años para poder hablar contigo- dijo una voz grave en mi cabeza profunda, pero inquieta.

No pude evitar soltar unas lágrimas pues ese bello reptil volador en verdad era mi amigo...Chimuelo.

Un Nuevo ComienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora