Tiempo

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Narro yo

Así lentamente los días se volvieron semanas, las semanas se volvieron meses, todo cambio en Berck las patrullas así como la prohibición del uso del idioma antiguo eran una constante día con día.

Hipo cegado por su dolor prohibió todo uso de magia elfica o armamento y equipo enano, la escrituran volvió a su base de toscas y feas runas, olvidando así el estilo afilado, estético y elegante de los elfos.

Así mismo su conducta hacia los extranjeros fue brutal, solo mercaderes podían atracar en sus puertos, quienes en secreto difundían las noticias sobre el ejército que se oponía a Drax y Drago, liderado por Eragon y los reyes de cada raza.

-Sven, ¿cómo están las cosas lejos de aquí?- preguntó una rubia mientras era escoltada por dos de sus escuderas.

-Lady Astrid, las luchas son encarnizadas y más ahora que el invierno nos alcanzó, todo parece indicar que la batalla final está cerca, pero si el Rey no envía apoyo, temo que el resultado es incierto- dijo el mercader mientras despachaba a la rubia, la cual desde hace dos meses vivía con Patan y Brutilda pues su marido no mostraba cambio alguno.

-Y sobre cierto Jinete de Dragón el cual usa una espada negra como la noche, ¿Hay alguna noticia?- preguntó una de las escuderas las cuál era rubia con puntas de colores las cuales estaban ligadas a sus emociones.

-Señorita Caroline, claro el Señor Alexander me encontró antes de venir aquí y me salvo de los corsarios de Drax, es más, tenga es para usted- dijo así el mercader mientras le daba una pequeña carta la cual ella astutamente guardo en su armadura.

-Gracias Sven nos has dado noticias importantes- dijo Astrid mientras pagaba por los víveres y así las tres mujeres avanzaban por la ciudad.

-Lady Astrid, necesitamos pelear-

- Lady Astrid, hable con el Jefe Hipo, muchos no vemos a nuestras esposas o esposos a causa de su ley, ayudémonos-

Esos eran los reclamos de la gente pues estaban desesperados, Drago masacraba a diestra y siniestra, Drax con ayuda de sus jinetes y su sombra mantenían a raya los ejércitos rebeldes, aunque siempre era derrotado nunca caía en combate.

-No puedo creer que ya sean seis meses- dijo Eva mientras miraba su anillo de bodas.

-Hace seis meses que se fueron pero tú no perdiste el tiempo ya hiciste a Dany un berckiano, aunque aún se comporta como un extranjero, nunca se deja la barba y usa cubiertos para todo- dijo Caroline con tono de burla pues hace poco menos de tres meses ellos se volvieron marido y mujer.

-Calla que es difícil, hay días que quiero usar mi espada de nuevo para atravesarlo, no entiendo el por qué hay otros días en los que me hace tan feliz- decía su compañera mientras escoltaban a una Astrid la cual ya no sonreía.

-¿Lady Astrid?- dijeron ambas chicas al unísono.

-Oh chicas lo siento yo...iré con Bocón ustedes lleven ellas provisiones a casa de los Jorgenson- dijo rápido pues necesitaba aclarar sus ideas.

Ambas asintieron para después tomar las cosas y partir, mientras tanto Astrid caminaba hasta la forja en la cual dos niños ayudaban a Bocón con sus labores

-Lady Astrid- dijeron ambos mientras hacían una reverencia.

-Astrid niña, si hubieras avisado que vendrías al menos me hubiera puesto mi mano más elegante- dijo Bocón mientras salía de la forja para saludar.

-Bocón tú más que nadie debes saber que no necesitan hacer esto, me has cuidado desde que soy una niña- dijo Astrid mientras lo abrazaba.

-Lo sé pero ahora es diferente todo- dijo su amigo mientras gritaba para que los niños volvieran a su trabajo.

Un Nuevo ComienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora