Doble risa, doble travesuras, doble PROBLEMAS.
Eso es cuando se tiene gemelas.
¿Qué sucede cuando las separan recién nacida?
Una tiene una vida normal hasta que en su adolescencia descubre que todo su mundo fue una mentira y la otra crece cociente...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Phoenix
～o～o～o～o～
— ¿Cómo estas?
Pregunto sonriente, le mostré el dedo del medio.
— Sera mejor que borres esa sonrisa de tu rostro si no quieres que te arranque la garganta con mis dientes.
Ignoro mi amenaza como siempre y permaneció con su sonrisa.
— Por las buenas vibras y tu calurosa bienvenida lo tomare como un no.
— Púdrete en el infierno...
Él levanto un bolsa de compras.
— Compre comida chatarra.
Le hice espacio en la cama, pude apreciar como su sonrisa se hace más grande, lo deje pasar porque me trajo papas fritas y chocolate.
— Te amo.
Dije antes de comenzar a engullir mi comida
— Me hablas a mí o a la comida.
— Te dido la vedad o te miento.
Intente decir.
— Mejor espero mas tarde —estuvimos un rato en silencio, no era incomodo, aunque se sentía raro suele ser muy charlatán, me sobresalte al sentir su mano sobre mi vientre, pude sentir como el bebé se removió ante el tacto— ¿Ya arreglaron como van hacer las cosas?
Trague mi comida y tome un poco de agua.
— Score y yo decidimos que lo mejor para el bebé es que permanezca conmigo, correrá menos peligro, él intentara que su familia no pueda rastrearnos.
Paso su mano de mi vientre a mi cara.
— Sabes que haré todo lo posible para que tú y el bebé sean las criatura más feliz sobre la tierra.
Sonreí levemente.
— Lo se.
Él deslizo su mano sobre mi nuca y me beso, mordí su labio inferior, solté el paquete de papas y lleve mis manos hacia su cuello, intente subir sobre su regazo pero por el tamaño de mi vientre no pude.
Me separe un poco y apoye mi frente contra su hombro, bufe frustrada.
