Doble risa, doble travesuras, doble PROBLEMAS.
Eso es cuando se tiene gemelas.
¿Qué sucede cuando las separan recién nacida?
Una tiene una vida normal hasta que en su adolescencia descubre que todo su mundo fue una mentira y la otra crece cociente...
Advertencia: A partir de aquí habrá subida de tono, lenguaje inapropiado, violencia y mas adelante tan vez escenas sexuales.
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Omnisciente
Su voz sonaba como si dos personas hablaran al mismo tiempo, en un tono escalofriante.
— ¿Tú eres la bestia?
Sonrió juguetona dejando relucir una hilera de colmillos desproporcionados.
— Si, ¿no era obvio? Es muy divertido ver su reacción de —se enderezo—¡oh dios ellas son el monstruos que hemos estado cazando!
Dice entonando una voz gruesa y burlona.
— Prepárate a morir monstruo.
Exclama un cazador corpulento.
Torció la cabeza de costado sin borrar su sonrisa siniestra.
— Oh que miedo, no es como si alguien lo haya intentado antes.
Expresó sarcástica. El hombre cabreado carga su arma y le apunta a la cabeza.
— Ya veras monstruo.
— Lo que digas —apoya su mentón sobre su mano— por si se te olvida, el círculo de sal nos protege, genio.
— Permanecerás ahí como una cobarde.
— Naha solo aun no tenemos hambre.
Señalo antes de arrojarse en el suelo y estirarse perezosamente.
— No me ignores.
Nox lo observa con indiferencia.
Será al primero que le arranquemos la garganta.
— Disculpe señora bestia.
Miro hacia uno de los cazadores, es bajo, menudo y tiene unos bonitos ojos azules.
Es adorable, sus manos están limpias.
— ¿¡En que demonios piensas!?
Reclama furioso el mayor.
— Si, en que demonios piensas, apenas tenemos diecinueve y ni casadas estamos, que tenga un hijo no significa que debas dirigirte a nosotras como señora.
