Narra Jane
—¿En que parte de Nueva Orleans creciste amor?
Deje salir un leve suspiro.
— Crecí en los pantanos hasta la muerte de mis padres adoptivos, luego me mude al barrio francés.
— ¿Por qué en los pantanos? Ustedes no parecían gente humilde, lucían como personas de la clase media alta —señalo Elijah.
— Los licántropos están prohibidos en el barrio francés, además los que desataron su maldición ya no pueden estar ahí, se le es imposible.
— ¿Por qué?
Cuestiona curiosa Rebekah, comencé a apretar con fuerza el bazo.
— Una bruja, modifico la maldición de los luna creciente —apreté con más fuerza el vaso— hizo que la maldición sea al revés, que ellos sean siempre lobos y en la luna llena se volvieran humanos —quebré el vaso— lo siento.
Elijah tomo mi muñeca con suma delicadeza.
— No lo lamentes, debe ser muy duro para ti, que tu familia sufra de esa manera —me dio una sonrisa cálida y yo se la devolví— hermana trae una pinza, así le saco los fragmentos restantes.
Él corrió un poco la manga y vio el pentagrama que tengo grabado en mi muñeca.
—¿Cómo te hiciste esto?
— Mi madre, me lo hizo una semana antes de el accidenté, es de protección.
— Debió ser una bruja poderosa, es muy poco común que una de ellas abandone su aquelarre para irse con un hombre lobo.
Sonreí ante recuerdo de ellos.
— Padre era un hombre encantador y carismático, supo como conquistarla, mi hermano solo saco su físico en personalidad era mas como madre.
En eso llego Rebekah y le paso la pinza a Elijah. Él me empezó a retirar los pedazos de vidrio.
— ¿No te duele?
Cuestiono la rubia.
— No, he tenido peores heridas, que unas simples cortadas con vidrio.
Mencione indiferente.
— Corrección, eso no solo son cortadas, te enterraste pedazos de vidrio.
Indico Rebekah con una sonrisa burlona.
— Da igual, no me afecta en lo más mínimo.
— Bien por ti amor, cambiemos de tema, ¿Qué te gusta hacer, además de matar vampiros?
Se inclino a mi dirección con una amplia y coqueta sonrisa.
— Dibujar, leer, escribir y bailar.
Enumero con mi mano sana.
— Así que te gusta el arte.
— Desde que tengo memoria, me fascina el arte, la danza es uno de mis mayores pasiones.
— ¿Alguna danza particular?
— Bueno, ballet, tango, flamenco y danza árabe, en realidad cualquier danza me viene bien.
— ¿Sabes la danza del vientre?
— Si quieres te la muestro algún día —dije coqueta.
Klaus amplio su sonrisa y se relamió los labios.
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La gemela de Elena
FanfictionDoble risa, doble travesuras, doble PROBLEMAS. Eso es cuando se tiene gemelas. ¿Qué sucede cuando las separan recién nacida? Una tiene una vida normal hasta que en su adolescencia descubre que todo su mundo fue una mentira y la otra crece cociente...