Dark Paradise | Shawn Mendes©

CAPÍTULO XVI

—¿Por qué regresaste?—preguntó Shawn tomando asiento en el sillón blanco, Rubí tenia su mirada fija en sus movimientos.

—Ya te lo dije Daddy, regrese porque quería seguir con lo nuestro—respondio la rubia con una sonrisa muy forzada, Shawn se dio cuenta pero solo negó divertido.

—Nunca hubo un “Lo nuestro” Rubí, solo fue sexo—comentó Shawn sonriendo dejando en Rubí una sensación de que algo iba mal—eres igual que tú madre.

—No pronuncies a mi madre, en esto Mendes—reclamo Rubí con el rostro rojo de coraje, cerró sus puños—sabes que no es verdad.

—Claro que lo es Rubí. Las dos se perecen tanto—desafio Shawn incorporándose, se quito el saco café y lo dejo en el sillón—ambas creyeron que las amaba, cosa que jamás he hecho.

—¡Sí!—gritó furiosa, sus ojos cristalizados dejaban ver su alma destrozada ya no quiera seguir escuchándolo—te haz enamorado de Inna.

—No. Te equivocas ella esta enamorada de mí—dijo Shawn con un tono de voz más fuerte de lo normal—Yo jamás me he enamorado, dejate de estupideces Rubí.

—¡No son estupideces Shawn Peter Raul Mendes!—exclamó con una sonrisa irónica.—Por el amor de dios Shawn, aceptalo de una vez te haz enamorado de ella.

—¡Callate Rubí!—tomó su pelo con frustración, estaba llegando aun punto de que explotaría de furia y la única que saldría lastimada seria la rubia.—¡Solo callate de una puta vez!.

—A mí no me vuelves a gritar, eres un monstruo y jamás serás feliz con nadie—se acerco a él con una valentía impresionante pero no le duraría mucho—¿sabes por qué? Porque de los monstruos nunca se enamoran.

Shawn no soportó más le dio una bofetada, que resonó en todo la sala, un quejido salio de los labios rosa de Rubí quien estaba tirada con un gran dolor en su mejilla izquierdo. Shawn la tomó de sus antebrazos para poder mirar sus ojos verdes los cuáles estaban adornado con sus lágrimas saladas, la soltó para dejarla caer en el sillón y se alejó de ella para poder tomar un respiro, tomó el puente de su nariz para poder pensar mejor.

—¿Por qué me golpeas?—preguntó Rubí con un hilo de voz, se sentía una basura en ese momento en que lo vio sonreír ante su pregunta.

—No eres la única que he golpeado, te sorprendieras lo mucho que algunas pueden soportar—respondió deteniéndose en frente donde lo único que lo separaba de Rubí era la pequeña mesita—Nunca dijiste nada cuando lo hacia, así que callate.

—Te odio como no tienes idea, eres un maldito hijo de puta—solto Rubí con más lágrimas en sus ojos, jaló su cabello con desesperación—maldigo el día en que mi estúpida madre tubo que conocerte.

—Me halagan tus insultos, pero vamos Rubí deja de hacerlo como una adolescente ya haz dejado de serlo—Shawn se cruzo de brazos y río—dejate de mamadas conmigo.

—Eso no decías ¿verdad?, cuando tenias a dos pendejas que te hacían sexo oral cada vez que querías.

—Sí por pendejas hablas de Betuel y tú, así es pero vamos no vas a negar ahora que no disfrutabas hacerlo conmigo—comentó Shawn con sentido del humor, Rubí solo negó—Solo quiero saber el porque regresaste, ¿qué quieres?.

—Nada que tú puedas darme Mendes.

—Te equívocas Rubí, yo puedo mover muchas cosas—se acerco a ella señalándola con su dedo índice—y puedo hacer que jamás vuelvas a molestarme.

—¿Vas a matarme?—preguntó cabreado, dandole una sonrisa irónica—Haz lo de una buena vez para que estés con tú querida media hermana Inna.—soltó Rubí, Shawn se tensó al escuchar ese comentario—vez eres un monstruo que se acuesta con su propia media hermana.