Suspiré. La casa de fachada blanca y techo negro se erguía frente a mi, parecía burlarse, cómo si de seguro al entrar me daría un ataque de paníco, eso me prometía, y tan solo la estaba viendo desde el asiento trasero del taxi. Apoye mi rostro en el hombro de Katherine que venía cabeceando, a segundos de dormirse, volví a susírar intentando no ver la jodida casa. Esto no podía ser posible, ¿Cómo en dos jodidos años todo está bien y ahora, todos los malditos fantasmas deciden revivir a la vez? ¡Es estúpidamente injusto!
Sentí una corriente de aire frío y me volteé instintivamente, encontrandome con la media sonrisa de Logan, estaba parado junto a la puerta abierta, listo para extender su mano y ayudarme a salir. Acumule aire en mi pecho y me acerqué a él, saliendo del auto, luego de darle un codazo a Katherine para que se despertara. Ella salió por la otra puerta. Solté todo el aire que llevaba conteniendo cuando enfrentamos la entrada de mi casa.
-Llave -murmuró Kate con voz algo ronca por el sueño. Le pasé las llaves que apretaba en la mano intentando disimular que estás me temblaban como si fuera a encontrarme con mi peor pesadilla dentro, joder, ¡Que es solo una casa!, me grité.
Katherine abrió la puerta y entro, yo me quede un segundo, o quizas varios segundos afuera, parada en la entrada, sin poder avanzar. Sentí la mano de Logan tomando la mía e incitandome a entrar. -Todo va a estar bien -susurró -, estoy aquí para tí -Sabía que el estaba. Lo sabía.
Suspiré. Otra vez. No podía estar parada fuera toda la vida, no podía volver a Soria derrotada y el hotel ya no era una opción, las reservaciones habían sido solo por una puñetera noche y esa ya había pasado, a demás pedir una habitación de nuevo, suponía un gasto elvado y estúpido sabiendo que hay una casa a disposición. Infle mis cachetes de aire y lo solté, Bien Valerie, es hora.
Ordené a mis pies que avanzaran, me sentía en medio de una pruba con un terapeuta, caminé sin detenerme hasta entrar en la sala, Logan seguía pegado a mi mano. Katherine cerró la puerta detrás nuestro, todo seguía exactamente igual, los mismo sillones, el mismo color en las paredes, la mesa de té, el tv, la cocina a la derecha, el baño escondido en la izquierda después de la sala, las escaleras frente a mí, la decoración de mis padres. Me solté de la mano de Logan, ahora quería observar todo, subí las escaleras con cuidado, como si sospechara que algo pudiera atacarme o salir de algún escondite. A mi derecha la puerta de mi habitación estaba abierta, así lo había dejado, la cama estaba hecha, con las mantas que solía utilizar. Me negué a reproducir el recuerdo que forcejeaba en mi mente, Zayn y yo haciendo el amor por última vez, joder. Cerré los ojos bloqueando mi mente y salí del cuarto. La habitación de mis padres tenía la puerta cerra, me armé de valor para abrirla, lo primero que ví fue la cama, y cómo si mi imaginación me jugara una mala pasada solo era capaz de ver una y otra vez la mancha de sangre en las sabanas, que me decía que Ariel jamás fue mío, oh, Ariel. Grité.
Un dolor desgarrante logró que me doblara y cerrara los ojos, las lagrimas mojaron mi rostro, intenté volver a abrirlos, pero la mancha seguía allí y el dolor continuaba ganando terreno dentro mío. Oí pisadas rapidas en la escalera.
-Oh, díos, Valerie -Logan me abrazó fuerte, queriendo evitar que me desarmara. Katherine estaba junto a nosotros, totalmente desorbitada, se acercó a la habitación de mis padres temiendo encontrarse con la escena de un crimen.
-No hay nada, Logan -murmuró asustada.
-¡Cierra la puerta! -chilló él. Me sostuvo aun más fuerte y me alejó de las habitaciones, bajamos las escaleras con cuidado, como si creyerá que en cualquier momento fuerá a quebrarme, merecordó un poco a la situación con mis padres en Soria.
Me senté en el sillón junto con Logan, quien acariciaba mi cabello intentando calmarme, sentía la lengua pastosa y la respiración pesada, vi a Katherine venir detrás de nosotros a paso lento y preocupado. Me quedé en silencio. Me sentía completamente patética pasando por esto, otra vez. Esto no era lo que tenía que pasar. Logan apretó su agarré y deslizo su cuerpo en el sofá, intentando mantenernos más cómodos, Kate nos cubrió con una manta, sonriéndome al hacerlo, era completamente consciente de que Logan estaba muy cansado, la noche anterior a duras penas había dormido bien, ella también estaba exhausta, se dejó caer en uno de los sillones individuales a mi derecha y cerró los ojos, intentando relajarse.
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