Still the One. [Terminada]

Antigua tú. [Zayn]

Me levanté sin despertador y sin Zahira a mi lado, revolvi las sábanas desesperandamente, sintiendo cómo mis palmas sudaban y el pecho se me ahuecaba. -¿Bebé? -pregunté en un intento fallido de que mi hija corriera hacía mi, o riera dejando a la vista su posición.

Me levanté y salí de la habitación, sin preocuparme por tomar o verificar mis ropas, buscando a Zahira con la mirada y la respiración contenida. Un par de risas me alertaron en el silencio de la gran casona, seguí el sonido y me encontré rápidamente con la imagen de una morena de espaldas con mi hija parada en las piernas, sonreí creyendo que era un sueño y me acerqué a ellas.

-Hola -mi voz se tiñó de decepción al ver el rostro de Sam, con una brillante sonrisa.

-Lo siento, ella se despertó y al parecer salió de la cama -se apresuró a disculparse.

-Tranquila, solo que... ¿Sabes el gran parecido que tienes con Valerie? -solté. Ella asintió y bajó la mirada. Joder, la había cagado.

-Lo siento -dijimos a la vez. Ladeé una sonrisa y me concentré en Zahira.

-Ella es hermosa -murmuró mirando a mi hija.

-Lo sé.

En silencio me recosté sobre la silla, observandolas a ambas, Sam sostenía a mi hija con adoración y hasta cariño. Sonreí.

Fui consciente de la mirada enternecida que de seguro llevaba no se comparaba con la ilusión que se tatuaba en la mirada verde de Harry que nos observaba desde la entrada a la pequeña sala, rodeada de flores. Él me miró y le di un asentimiento, seguido del suyo, cómo un saludo. Entonces, entro al circulo que habíamos formado, pasando un brazo por los hombros de Sam, susurró un saludo mañanero a su amante.

-Buen día, Harry -Cuando la mirada de Sam se unió a la de Harry, vi el amor destellando en ambos.

-No quiero interrumpirlos, pero me llevaré a esta pequeña para cambiarla -Sonreí y tomé a Zahira, sin esperar u obtener respuesta de ellos, me retiré.

-¡Papi! -mi hija pellizcó mi mejilla. Besé su frente mientras caminaba de vuelta a la habitación.

-Hola cariño -Sonreí -Te darás un baño, ¿Sí?

-Nop -cruzó sus brasitos. Intenté no sonreír.

-Si dejas que papá te dé un baño, dejaré que visites al tío Niall, ¿De acuerdo?

Sus ojitos brillaron, y sabía que otra vez, había ganado a costa del rubio. ¿Qué era lo que tenía ese duende?

Con Zahira lista, limpia y con un cambio lindo de ropa, y por supuesto luego de cambiarme, emprendí camino hasta el departamento de Niall. No quedaba muy lejos, a pesar de que todos suponíamos que él estaba en Londres, se había comprado un pequeño y casi invisible departamento en Bradford para alejarse de Letty, pero siempre estando cerca de mi. Maldito rubio, siquiera merezco el cariño que me tiene, es mi hermano, realmente.

Lo encontré en la puerta de su casa, como discutiendo con alguien dentro y lo llamé. Quizó inventar alguna excusa estúpida Oh, vamos.

Era hora de utilizar a mi pequeña, después de todo, parecía que ambos eran débiles el uno al otro, y ella era quién quería ver a su tío favorito.

Cuando entramos sentí cómo si me golpeara un viento helado, que solo podía dejarme congelado en mi lugar. Allí estaba ella.

Valerie siquiera llegó a ver a mi hija, cuando Niall ya la había tomado en brazos y alegando que debía ir a comprar el almuerzo se la llevó. No opuse resistencia, no podía, ver a Val ocupaba toda mi mente, apostaria a que lucia cómo un idiota.